El Establecimiento juega sus fichas

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Aunque el Gobierno ya preparaba reformas laboral, pensional, y ahora tributaria, aprovecha el confinamiento para imponerlas, sin grandes acciones de respuesta de los sectores populares. Aunque hay que esperar, las calles siguen siendo el escenario principal para defender y conquistar derechos

Redacción Laboral

A principios de mayo, uno de los alfiles políticos del Establecimiento, Germán Vargas Lleras, hizo una propuesta para proteger el empleo en el contexto de la actual crisis, que él mismo calificó de impopular; pero que en realidad es una reforma laboral con el propósito de descargar la crisis sobre los trabajadores, como fue calificada por centrales obreras y analistas económicos.

Entre las medidas que pide al Gobierno nacional está: “…debería pensarse en la reducción de los salarios y la revisión de los contratos de trabajo y las convenciones colectivas, las cuales pueden suspenderse. Para ello sería indispensable reconocer la existencia de una anormalidad económica en los términos de los artículos 50 y 480 del Código del Trabajo.

“Debería, igualmente, permitirse el salario mínimo por horas, que posibilitaría avanzar en la formalización del empleo. También se deberían flexibilizar los horarios de trabajo, dadas las actuales medidas de aislamiento y la necesidad de hacer turnos nocturnos, dominicales y festivos. Estos cargos representan el 75 % de los costos para un trabajador con salario mínimo”.

El líder político también cree en la necesidad de eliminar transitoriamente las primas de junio y diciembre. Argumenta: “Si no hay con qué pagar los salarios, mucho menos las primas, que valen más de $ 1 billón si tan solo calculamos los salarios mínimos”.

Vargas Lleras exhorta a que se permita la suspensión de las cesantías y los intereses de cesantías, que cuestan mucho más de $ 2,3 billones. “Hay que repensar también, en estas épocas de teletrabajo, en eliminar para estos trabajadores los subsidios de transporte y las dotaciones obligatorias. Solo el subsidio cuesta más de $ 600.000 millones por mes”.

Reacciones

De ser tomadas en cuenta las propuestas, no sería la primera vez que el Gobierno de Iván Duque aprovecha la crisis para hacer jugadas en favor de los grandes capitales. Basta recordar el reciente Decreto 558 del 15 de abril pasado, con el que favorece a los fondos privados de pensiones.

En esta oportunidad la propuesta es directa. Así lo afirma el economista y analista Mario Osorio: “Directamente dice que quienes deben pagar la crisis son los trabajadores, sobre la base de quitarles todo, disminuyendo el salario con el cuento de que en la quincena es mejor tener un poco a no tener nada. Es una reforma laboral que él plantea temporal, pero seguramente será definitiva”.

Por otra parte, el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, Diógenes Orjuela, comentó que Germán Vargas ya se había pronunciado presionando al Gobierno para hacer una reforma laboral y una pensional aprovechando la pandemia: “Lo que está diciendo es que quienes tenemos que pagar la crisis somos los trabajadores, pero se equivoca porque es imposible reactivar la economía quitándole a los trabajadores los pocos derechos conquistados, sobre todo, los que están en las convenciones colectivas”.

Para el dirigente sindical, el político solo es un vocero de los cacaos, del Consejo Nacional Gremial, del sector financiero, de Fenalco, de Iván Duque, pero en especial de la Asociación Nacional de Industriales, ANDI. “A los sindicatos nos corresponde dejarle claro a los colombianos que la actual situación ha sido mucho más difícil por las desgracias que el modelo económico ha traído al país desde hace décadas”.

Asimismo, la CUT rechazó la propuesta y reiteró que la salida a la crisis económica debe ser atendida de manera directa por el Estado: “…financiando los sectores determinantes para afrontar la pandemia como el sistema de salud, el otorgamiento de subsidios monetarios y en mercados a la población vulnerable en confinamiento obligatorio, crear la renta básica universal, financiar el pago de la nómina por los tres meses y subsidiar a las empresas medianas y pequeñas para que no se quiebren y así aportar a la reconstrucción de la economía posterior a la pandemia. Esto es todo lo contrario a la que plantean Vargas Lleras y Duque en su pretendida reforma laboral, que desde ya el sindicalismo se prepara para derrotarla.

“Con su propuesta Vargas Lleras busca la destrucción de lo poco que aún queda de derechos laborales para los millones de trabajadores en Colombia, sumándose al ramillete de medidas que, desde hace tiempo, este y los anteriores gobiernos han intentado hacer realidad en la legislación colombiana, no lo han podido cristalizar por diversos motivos, pero ahora, aprovechan la grave situación creada por la crisis económica y sanitaria, producto de la pandemia del coronavirus”.

Propuestas democráticas

Los dirigentes sindicales como varios analistas económicos coinciden en señalar que será en las calles y con grandes movilizaciones sociales como se evitará que el Gobierno y el capital no descarguen la crisis sobre los trabajadores y los menos favorecidos.

En ese sentido hacen propuestas. Para el analista consultado, para proteger el empleo hay que cambiar el modelo económico. “Para hacer una reactivación económica se debe aumentar el empleo en condiciones de formalidad; una renta básica progresiva que le dé ingresos a quienes no los tienen; una renegociación de la deuda externa, más allá de la moratoria, para que buena parte del ingreso no se vaya en ese pago; y un sistema fiscal progresivo que implique que pueda financiar inversión pública y haya aumento del empleo”.

No obstante, para el momento se requieren medidas urgentes que protejan el empleo como el subsidio de la nómina a las medianas, pequeñas y microempresas, lo que cuesta 20 billones de pesos mensuales, y en lo que Osorio coincide con Vargas Lleras.

“Lo complicado es que se puede dar una renta básica por unos meses, pero después de ese tiempo no hay garantías de que la economía esté reactivada. El tema es cómo reactivarla con medidas permanentes como reformas fiscales e incluso impuestos directos a los grandes capitales”, explica el analista Mario Osorio.

El presidente de la CUT está seguro que estudiantes, bancada de oposición en el Congreso de la República, el Comité Nacional de Paro, los productores nacionales, las organizaciones campesinas, los productores agrarios y muchas organizaciones más deben unir esfuerzos porque cuando pase el confinamiento habrá una recesión económica y vendrá una fuerte lucha para evitar que la crisis sea pagada por los trabajadores y los sectores de menos recursos, para que sigan ganando solo los grandes capitales, sobre todo financieros. De momento, en el tablero del ajedrez del establecimiento, hay jaque al rey.

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