Se siguen reduciendo las brechas de género en los espacios laborales, no obstante, falta mucho
Valentina Bolaño Senior
@Vale_BoSe
Danna Vargas habla de los derechos de los trabajadores y trabajadoras, es risueña, de baja estatura y con mucha potencia en su sentir. Ha estado junto a la Unión Sindical Obrera, USO, escuchando y analizando los problemas de las comunidades en diversas regiones del país, incluso, de la Colombia profunda.
Es impulsora de la Reforma Laboral. Hija de la clase trabajadora, luchadora política, sindical y social. VOZ habló con ella sobre los derechos laborales de las mujeres en la Reforma Laboral.
Usted es una defensora de los derechos del trabajo. ¿Cuándo empezó este proceso político?
Empecé a mis catorce años, iba a un sindicato donde iba mi padre mientras él estaba en lo político y lo sindical, yo me quedaba por ahí con algunas personas. Allí fue donde me propusieron que diera clase de alfabetización, pues, había trabajadores y trabajadoras que no sabían leer y escribir.
Ese fue uno de mis primeros trabajos en la vida. Y ahí empiezo, cómo voy a sentir de verdad ese amor por la defensa de las y los trabajadores. Yo vivía en Engativá y en el colegio también estaba en un proceso de liderazgo. Era muy inquieta con el estudio, empecé a estudiar la masacre de las bananeras y despertó el sentimiento al saber que aquí no había una defensa de los trabajadores.
Las trabajadoras
¿Cómo ves actualmente la situación de los y las trabajadoras en Colombia?
-Estamos en el primer gobierno que habla de derechos laborales, de la clase trabajadora. Esto es un hito histórico porque estamos pensando en qué hacer por los trabajadores, por las madres cabeza de hogar, por las mujeres, por los jóvenes en el mundo del trabajo.
En este momento la tecnología ha tomado mucha fuerza en los entornos laborales. Y, desafortunadamente, esto ha hecho que muchos empleos hayan sido informales, y que a los jóvenes no se reconozcan como trabajadores. Y eso ha sido un reto muy importante que, en la reforma laboral, que está en el Congreso de la República, se ha tratado de cobijar a través de acuerdos.
Afortunadamente, la reforma pasó en la Cámara de Representantes. Esto es importante porque la reforma ha pensado en licencias mensuales, en reducir brechas de género, en devolver el contrato de aprendizaje para los aprendices del Sena, el cual era un contrato laboral antes del 2002, y con la ley 789 emitida por el Gobierno de Álvaro Uribe Vélez, este pierde su carácter laboral, y desafortunadamente, se vuelve una labor precaria para la juventud colombiana.
¿Cuáles son las estrategias para cerrar las brechas laborales entre las mujeres y hombres?
Uno de los contextos en el país es lo que se ha llamado las labores del cuidado, sabemos que una de las grandes brechas es que la mayoría de las mujeres están a cargo de las labores del cuidado. Muchas de ellas tienen una jornada laboral y después deben cuidar a alguien, o sea, están haciendo una doble jornada.
Ahora, también en los cargos directivos y demás miramos que los hombres ganan, mucho más que las mujeres, y eso es una brecha que, históricamente se sigue reduciendo.
Estamos tratando que la economía del cuidado se vea como trabajo. Se supone que hay un principio del derecho laboral que es a salario igual, trabajo igual, pero no hemos visto que, a salario igual a trabajo igual a valor, y cuando miramos el concepto del valor, está emanado desde la diferencia de género.
Por otro lado, otro de los logros es la licencia menstrual, porque hay muchas que sufrimos endometriosis o de muchas enfermedades que están arraigadas con la menstruación. Esto es una licencia que reconoce que debemos tener días de incapacidad. Esto es un avance sobre los derechos de las mujeres.
La Laboral en pie
-Has estado frente a la Reforma Laboral junto a María Fernanda Carrascal. ¿Cómo ha sido el proyecto?
Esta Reforma Laboral es un sentir de la clase trabajadora colombiana. Es una necesidad que teníamos todas las trabajadoras y todos los trabajadores y es que se debe modificar en el mundo del trabajo, porque no está bien que persona desde las cuatro de la mañana estén en un TransMilenio para llegar a sus trabajos con salarios y condiciones precarias.
Uno de los objetivos es que esta Reforma llegue a todo el mundo, a los trabajadores, sindicatos, madres y jóvenes. Esto es un sueño de la clase trabajadora de tener mejores condiciones laborales, porque esto no es un regalo, sino que lo merecemos.
Seguimos luchando
El feminismo cada vez está más fuerte en Colombia, cada vez somos más…
-Sí, he sido víctima de diferentes violencias basadas en género en el mundo del trabajo, pero, uno de los lazos más fuertes para seguir adelante ha sido el feminismo. He encontrado una red de mujeres maravillosas para poder hablar, expresarme y luchar.
Ahora bien, seguimos luchando contra los comentarios que tratan de denigrar el feminismo. Porque nosotras somos esto, hablamos, gritamos, tenemos pañuelos verdes y morados que han salvado vidas.
-¿Los liderazgos políticos han sido principales para poder seguir alzando la voz?
-Claro, el hecho de tener mujeres en la política como nuestra ministra Gloria Inés Ramírez, o representantes a la Cámara como Mafe Carrascal ha hecho que nos podamos empoderar y ver que sí se puede, que podemos seguir en la lucha por la defensa de los derechos de las mujeres.
Que nuestra lucha es a nivel nacional y no solo a espacios pequeños. Y que nuestros sacrificios tendrán recompensa.
¿Cómo llegan las mujeres a la III Asamblea Nacional por la Paz?
-Fueron meses de escucha en los territorios, sobre sus violencias y cuáles deben ser las soluciones, como la pedagogía. Sabemos que seguimos fortaleciendo la participación activa de las mujeres en el territorio, y porque la paz debe ir de la mano con eso, con reducir las brechas de género.