El pasado 22 de abril el Consejo de Estado anuló la destitución del general Álvaro Velandia Hurtado como responsable de la desaparición forzada de Nidia Erika Bautista, por razones de forma.
Nidia Erika Bautista, activista del M-19, tenía 33 años de edad cuando fue víctima de desaparición forzada. Su cuerpo apareció en julio de 1990 con signos de tortura y de violencia sexual. Para esa época Velandia Hurtado era comandante del Batallón Charry Solano en el rango de coronel.
El sargento Bernardo Alonso Garzón, perteneciente para la época al Batallón de Inteligencia y Contrainteligencia Charry Solano Brigada 20, declaró ante la Procuraduría en enero de 1991 lo siguiente: “La Unidad de Operaciones Especializadas del Batallón Charry Solano fue la responsable de la desaparición de Nydia Erika Bautista. Se llevó a cabo la desaparición con el conocimiento y aprobación del coronel del Ejército Álvaro Velandia Hurtado”.
La Procuraduría, según el Consejo de Estado, tuvo que haber resuelto la investigación e imponer la sanción disciplinaria dentro de los cinco años siguientes, plazo que se venció el 25 de julio de 1995. Dicha notificación llegó solo el 18 de agosto de ese año. ¿Negligencia o conveniente demora? El fallo obliga a la Procuraduría a pagar a Velandia Hurtado todos los sueldos dejados de recibir desde 1995.
En 1995 el presidente de la República destituyó a Velandia de su rango de comandante de la Tercera Brigada del Ejército a través del decreto 1504 del 11 de septiembre. Sin embargo, con la decisión del 22 de abril pasado del Consejo de Estado, ésta quedó anulada.
“Esta decisión es un botón de muestra de la impunidad con la que son tratados los militares responsables de violaciones de derechos humanos en Colombia. Esta decisión irrespeta el fallo del Comité de Derechos Humanos de la ONU, que condenó al Estado colombiano por la desaparición forzada, tortura y muerte de Nidia Erika Bautista”, sostuvo Janette Bautista, directora de la Fundación Nidia Erika Bautista.
