viernes, marzo 29, 2024

¡Es legal!

En un fallo histórico, la Corte Constitucional despenalizó el aborto hasta la semana 24 de gestación. En Colombia ya no será un delito interrumpir el embarazo voluntariamente

Diana Alfonso y Mónica Miranda

El 11 de junio de 2007 falleció Martha Sulay González, dejando a cuatro hijas huérfanas. Un año antes, la hasta entonces madre de tres menores solicitó a las autoridades médicas la interrupción de su embarazo en curso, pues en un giro de desafortunados acontecimientos y pese haberse ligado las trompas, Martha quedó embarazada y prontamente le detectaron cáncer de cuello uterino. A pesar de todo, su petición fue negada por el personal de salud y luego por la justicia.

En esa penosa situación, abogó para que se declarara la inconstitucionalidad de varios artículos de la draconiana Ley del Código Penal de 2000, que fijaba la “clasificación entre aborto consentido (Art. 122 CP 2000) con pena de 16 a 54 meses de prisión, y no consentido (Art. 123 CP 2000) con pena de 64 a 180 meses de prisión”.

El caso concluyó con la sentencia de la Corte Constitucional C-355 del 10 de mayo de 2006, por la cual se legalizaba el aborto inducido en Colombia en tres supuestos: malformación del feto, embarazo producto de una violación o cuando peligra la vida de la madre.

Aun cuando la nimia victoria salvaría a miles de mujeres en su situación, en un desenlace digno del Cuento de la Criada, Martha Sulay González no pudo gozar la sentencia. Parió y murió, o siendo más justas, fue asesinada por motivo de la vulneración sistemática y misógina de las instituciones de justicia y salud.

El caso de Martha Sulay es similar al de las 70 mujeres que fallecieron en el 2021 por complicaciones originadas en abortos inseguros. En Colombia los embarazos no planeados alcanzan un 52%, se calcula que se practican al año cerca de 400 mil abortos, en los cuales 132 mil mujeres tienen complicaciones en procedimientos clandestinos (ya sea infertilidad o muerte) y más de 26 mil mujeres sufren dificultades luego de practicársele un aborto al no recibir la atención médica que necesitan.

Aborto legal, ¡en Colombia también!

El 21 de febrero del 2022 pasará a la historia de nuestra maltrecha democracia, como el día en que por fin fueron reconocidos los derechos sexuales y reproductivos de los cuerpos gestantes. La medida tomada por la Corte Constitucional, permite que “se pueda abortar libre y legalmente hasta la semana 24 de gestación (cinco meses y medio de embarazo), y siguiendo con las tres causales actuales durante el tiempo que reste hasta el término del embarazo se podrá acceder a la Interrupción Voluntaria del Embarazo, IVE”.

La despenalización del aborto llegó luego de una larga lucha, donde es importante destacar el papel del movimiento feminista Causa Justa por el Aborto, no solo en la movilización de las mujeres para exigir sus derechos sino fundamentalmente por el trabajo jurídico que desplegó. La decisión que se esperaba para octubre del año pasado, tuvo que posponerse primero por impedimentos frente a algunos magistrados del alto tribunal, luego por votaciones que terminaron en empates y finalmente con la decisión de acudir a la figura del conjuez para dirimir el debate.

Aunque todos los caminos conducían a que la Corte Constitucional decidiría de fondo sobre el tema, lo cierto es que la decisión tomó por sorpresa a la militancia feminista que en poco tiempo se agolpó a las afueras del Palacio de Justicia “Alfonso Reyes Echandía”.

Brotaron lágrimas y los abrazos se repartieron a la velocidad de las sonrisas. A un costado, un pequeño grupo de creyentes antiderechos, autodenominados “Provida”, recogían cabizbajos los trapos azules y las cajitas blancas, adornadas con cruces que simbolizaban lo que ellos consideran infantes muertos. Fueron necios los pocos intercambios que pidieron reflexionar al respecto. Un grupo de jóvenes vestidas de verde les gritaron en la cara que era un acto de suprema ignorancia confundir un embrión con un ser autoconsciente, ante lo cual afloraron crucifijos y deseos infernales. No hubo caso.

¿Por qué tiene que ser legal?

Más allá de las pugnas previsibles, con esta sanción Colombia se alinea con el camino emprendido por el movimiento feminista latinoamericano, por el cual ya han transitado Uruguay, Argentina, y recientemente, México.

A contramano de lo que aseguran quienes se aponen a la medida, el aborto no es un método anticonceptivo. Si la instancia del aborto existe es justamente porque muchas cosas pasaron antes. Y aquí podemos listar variables como la pobreza, el abandono estatal, el conflicto social y armado, las relaciones de poder en los circuitos precarizados de la economía o la creciente negativa al mandato de la maternidad. Como sea, tal como lo afirma la periodista argentina Gabriela Cerruti, “el mundo es injusto, pero la respuesta no está en nuestro útero”.

La despenalización del aborto resuelve una deuda constitucional y brinda herramientas para dar el debate en términos eminentemente políticos, con el objetivo de interpelar la estructura patriarcal de nuestra sociedad, para que nuestras vidas realmente nos pertenezcan.

Se trata de aborto legal o aborto clandestino. Y la clandestinidad nunca salvó ninguna vida.

Legal, seguro y gratuito… y en el hospital

Las expectativas son altas, pero ¿cuáles son los alcances y límites de la medida? Según la abogada feminista Carolina Latorre, “los retos que vienen son grandes, porque lo que tenemos que hacer ahora es luchar para que en el sistema de salud realmente se cumpla este fallo histórico. En el sistema de salud hay toda ‘una movida’ con la objeción de conciencia de los médicos. Entonces sí, podemos llegar allá porque tenemos derecho a abortar, tenemos derecho a decidir, pero los médicos invocan la conciencia y se empieza a pasar el tiempo, y nuestros derechos siguen en segundo plano”.

Para Heidy Sánchez, concejala de Bogotá por la coalición Colombia Humana-Unión Patriótica, los retos más importantes son “el fortalecimiento de la salud pública, la educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y que se encuentre disponible la información para acceder al derecho a decidir libremente sobre nuestros cuerpos”. Según la cabildante de izquierda, este es un paso importante, pero sigue siendo insuficiente. Aun hay que apuntar a la despenalización total del aborto.

Sobra destacar que un aborto cuidado y en condiciones sanitarias óptimas es menos riesgoso que cualquier parto normal.

La maternidad puede ser maravillosa… si la deseamos.

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