Golpeada por el Esmad y carabineros población de Doima (Tolima) esta mañana. Dura represión contra los presos de Picaleña anoche.
Nelson Lombana Silva
La conmemoración del 1 de mayo, Día Internacional de la Clase Trabajadora, se realizó con entusiasmo en la ciudad de Ibagué (Tolima), a pesar del fuerte chaparrón en las primeras de cambio, porque después se presentó una resolana que ayudó poderosamente para que trabajadores, pensionados, desempleados, sindicalistas, campesinos, indígenas y juventud salieran a rechazar categóricamente la política antipopular del presidente Juan Manuel Santos Calderón, el modelo neoliberal y la inseguridad galopante que afecta al pueblo tolimense, a pesar de la fuerte militarización y el gasto irracional para la represión que cada año destina el gobierno de turno y que Santos no es la excepción.
Los sindicalistas tuvieron en cuenta cuatro puntos fundamentales en sus intervenciones durante la marcha que comenzó en la Casa del Maestro (Calle 37 Cra. 4J) y terminó en la calle 15 con Cra. 3ª después de la una de la tarde. En una primera parte se hizo énfasis en la memoria, en recordar a los trabajadores héroes de Chicago y los luchadores en todo el mundo, América Latina y Colombia, que han caído creando las condiciones objetivas y subjetivas para el tránsito del capitalismo al socialismo. Son ellos campeones eternos en nuestros corazones que nos dan fortaleza para seguir batallando en el marco de la lucha de clases.
Un segundo punto central tiene relación con la paz con justicia social. La necesidad de fortalecer decididamente los diálogos de La Habana (Cuba) entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el gobierno Santos, de tal manera que no abandonen dicha mesa hasta tanto no haya un acuerdo plausible para el pueblo colombiano.
El tercer aspecto predominante durante la marcha fue el relacionado con el medio ambiente. Hay preocupación no solo entre los ambientalistas, sino entre los partidos de izquierda, personalidades democráticas, campesinos e indígenas por la implementación de tal política tiene consecuencias graves contra los recursos naturales, especialmente el hídrico, la fauna y la flora. Se gritó con fuerza la consigna: “Queremos chicha, queremos maíz: Anglo Gold Ashanti fuera del país”.
Todo parece indicar que el gobernador Luis Carlos Delgado Peñón tiene dos discursos sobre el particular: al pueblo tolimense le dice que rechaza la megaminería irresponsable y al gobierno nacional le dice lo contrario. Como dirigente del Partido Comunista, en nuestras dos intervenciones que hicimos al comenzar la marcha y en la plaza de mercado de la calle la 21, le exigimos la definición de un solo discurso. De igual manera, rechazamos la propuesta del alcalde Luis H. Rodríguez de acabar con el hospital San Francisco y la Unidad de Salud de Ibagué (USI), lo cual implicaría dejar en el pavimento a más de 650 trabajadores.
El cuarto aspecto fundamental fue lo relacionado con el rechazo absoluto a la agenda legislativa del señor Santos. En ese sentido, el presidente de la CUT regional Tolima, Héctor González, señaló: “Rechazamos de plano las reformas que el gobierno nacional ha presentado en materia laboral, en materia pensional y la reforma a la salud”.
Sobre el significado histórico del 1 de Mayo, Antonio Quintero, dirigente sindical de Asonal Judicial, indicó: “Es una alegría enorme del movimiento obrero internacional, es la conmemoración de una fecha histórica que nos compromete a todos recordar aquellas luchas que daban nuestros antepasados en busca de los tres ochos, nos recuerda la masacre de Chicago”.
Horacio Sierra, dirigente sindical y popular, subrayó: “En la medida de las circunstancias, el 1 de Mayo que estamos celebrando en la ciudad de Ibagué es positivo. La cantidad de masacres laborales que se han dado en el país, la intención del gobierno nacional de acabar con las empresas rentables del Estado, la situación de la economía informal. Todo esto ha golpeado duro a los trabajadores”.
Golpeada población carcelaria y del municipio de Piedras
La población carcelaria de Picaleña fue duramente golpeada anoche, sometida al gas lacrimógeno del criminal Esmad, tratos denigrantes y humillantes al parecer por una protesta pacífica que algunos internos desarrollaban al completar más de diez días sin energía y sin una explicación seria y oportuna.
Además del inhumano hacinamiento, la pésima y escasa alimentación, el poco recurso hídrico, ahora los presos de la penitenciaria de la ciudad de Ibagué se encuentran a oscuras. Varios detenidos, sobre todo de edades avanzadas, se han accidentado y las atenciones no son las ideales, como organismos de derechos humanos han venido denunciando.
De otra parte, se pudo establecer que la comunidad de Doima, corregimiento del municipio de Piedras fue golpeada por el Esmad y carabineros esta mañana. Al parecer hay varias personas contusas ante la bárbara arremetida de la fuerza pública empeñada en defender los intereses imperialistas de la transnacional Anglo Gold Ashanti y en detrimento del medio ambiente, especialmente el recurso hídrico.
Como es de conocimiento público, esta comunidad hace más de tres meses viene luchando para que los tentáculos de esa transnacional no arrasen con el suelo y el río Opia, único en Sudamérica en contar con ostras de agua dulce y una serie de pequeñas quebradas que surten del preciado líquido a la comunidad piedruna.
La respuesta del gobierno regional es la represión. En varias oportunidades han sido agredidos violentamente. Sin embargo, la comunidad resiste y pide solidaridad nacional e internacional, por cuanto se está luchando allí por la defensa del medio ambiente.
Los campesinos de esta localidad conmemoraron el Día de la Clase Obrera con la bestial represión del Estado.
