Hernán Camacho
@camachohernan
Puede parecer un disco rayado, un discurso repetido o una plegaria de fe, pero no hay que dejar de decirlo: la unidad es estratégica. El día que el Senado de Colombia escuchaba a los candidatos a la Contraloría regarse en buenas intenciones para asumir la dirección del ente de control, la izquierda se ponía de acuerdo para trabajar en conjunto en la llamada bancada por la paz.
Senadores y representantes del Polo Democrático, Decentes, FARC, UP, Colombia Humana, Mais, Partido Verde y un disidente del partido de la U, se sentaron a manteles y coincidieron en que solos son fuerzas débiles, pero juntos pueden ser una oposición fuerte en el parlamento o en la calle, y ganar una considerable porción del poder local de Colombia el año entrante.
Un día antes se conocía la foto de Jorge Robledo y Gustavo Petro compartiendo en la casa de este último un almuerzo. Para muchos fue un mensaje tardío. No sé si esa foto hubiera alcanzado para cambiar la suerte de las pasadas elecciones, pero sí estoy seguro que esa foto y la cena de los partidos de izquierda con asiento en el parlamento, son mensajes que llegan a tiempo.
La izquierda está enviando un mensaje de madurez, de realismo político, de coincidencia en los diagnósticos y en las necesidades. Por primera vez en Colombia todos los combos coinciden que el siguiente paso para todos es ganar gobernaciones, diputaciones, alcaldías, concejalías y edilatos.
Las pasadas elecciones son el resultado de esfuerzos colectivos que superaron el estrecho margen político de la izquierda, logrando juntar a sectores democráticos y una ciudadanía inquieta por cambios, fastidiados de la corrupción, con alto valor de lo público, un inmenso sentido de la democracia y agradecidos por la paz.
Por eso las primeras iniciativas de esa unidad serán de cara a las regiones y sus necesidades básicas, veremos materializada la unidad de distintos colores en una misma mesa y empujado para el mismo lado.
En ese sentido la UP planteó audiencias sobre el Plan Nacional de Desarrollo del gobierno Duque en regiones. Se discutirán las implicaciones en el recorte de derechos sociales para la ciudadanía y la profundización de las políticas económicas en favor de los grandes empresarios. Sacar el Plan de las comisiones económicas y de las plenarias del Congreso, para ser debatidos en asambleas ciudadanas para convertirlo en una herramienta de movilización social y el afinamiento político las mayorías para el cambio.
La línea está clara y la oportunidad es irrepetible, la clase política tradicional unida es paradójicamente débil. Un gobierno nuevo que en menos de cien días ya tienen derrotas políticas, y una ciudadanía dispuesta a movilizarse sin temor, puede ser la combinación perfecta para un mejor futuro.