La escuela itinerante es impulsada por la Sociedad de Activos Especiales, SAE, y es un homenaje a Manuel Hernández, un símbolo del campesinado rebelde del Sinú. La primera sesión fue en el corregimiento de Las Flores en La Mojana, un territorio donde nunca había llegado el Estado
Simón Palacio
@Simonhablando
Dos horas y media dura el recorrido que conecta al municipio de San Marcos, Sucre, con el corregimiento de Las Flores. Las chalupas deben navegar por las aguas de la ciénaga Florida, perteneciente a la subregión de La Mojana. También existe una carretera destapada que puede enlazar el casco urbano con el corregimiento, aunque la duración del viaje depende al estado del terreno, caracterizado por ser una sabana inundable.
Sin embargo, toda la logística y las personas asistentes a la primera sesión de la Escuela Agraria Itinerante, Manuel Hernández ‘El Boche’, se tuvieron que desplazar por las aguas de ese territorio anfibio. Gaitas, tamboras y consignas por la reforma agraria acompañaron permanentemente la jornada.
La escuela se desarrolló el 23 y 24 de agosto, fechas que quedarán en la memoria de los más de 200 habitantes de Las Flores. Es la primera vez que el Estado hace presencia en ese recóndito corregimiento mojanero.
La escuela
La escuela ‘El Boche’ es una iniciativa de la Sociedad de Activos Especiales, SAE, bajo el liderazgo del presidente encargado y ahora ministro de Educación, Daniel Rojas Medellín. Su objetivo es fortalecer los procesos organizativos, liderazgos, capacidades de incidencia y participación, así como las actividades productivas sostenibles de las comunidades y organizaciones que hacen uso de los bienes rurales bajo la administración de la SAE.
Lleva el nombre de Manuel Hernández ‘El Boche’, personaje oriundo de San Jacinto y símbolo del campesinado rebelde del Sinú y el San Jorge, asesinado el 5 de octubre de 1908 por la clase terrateniente del territorio. La lucha de ‘El Boche’ fue en contra de la “matricula”, una ordenanza del departamento de Bolívar, que prácticamente legalizaba la esclavitud del campesinado en favor de las grandes haciendas, controladas en su mayoría por capital estadounidense y francés.
En la sesión desarrollada en el corregimiento de Las Flores, participaron 85 estudiantes provenientes de distintas organizaciones campesinas. Y en la clausura 300 personas escucharon las intervenciones de Martha Carvajalino, ministra de Agricultura; y Felipe Harman, director de la Agencia Nacional de Tierras.
Reforma agraria
“Quisimos hacer esta primera sesión de la escuela en el corregimiento de Las Flores por ser un territorio especial para la reforma agraria. Esta es una región con alta concentración de la tierra y con una fuerte demanda de organizaciones campesinas por tener acceso a ella”, fueron las palabras de Jaime Osorno, vicepresidente de bienes muebles y inmuebles de la SAE.
Además, agregó Osorno, al ser un territorio anfibio, hay muchos terrenos baldíos de la nación inadjudicables y reservas territoriales del Estado que han sido históricamente acaparadas por sistemas productivos, ligados ya sea a la ganadería extensiva o a la hacienda improductiva, así como a la violencia y el despojo.
La SAE proyecta la realización de la escuela itinerante para los próximos dos años. Sobre las metas, Osorno es claro: “Queremos dar herramientas e insumos para el fortalecimiento de las organizaciones campesinas que están peleando y luchando por la reforma agraria. El propósito también es entender el problema y articularse con el conjunto del movimiento social para transformar estos territorios”.
Por su parte, la ministra de Agricultura Martha Carvajalino, destacó la importancia de impulsar la capacitación del campesinado, fortalecer los comités de reforma agraria y promover la alianza entre el Gobierno y las organizaciones rurales, en perspectiva de democratizar no solo la tierra, sino también el crédito, el agua y los recursos para desarrollar el campo.
“Sin ustedes este Gobierno no logrará avanzar en las reformas institucionales que queremos hacer. Hemos dicho que la reforma agraria es la revolución por la vida. La tierra en función de la paz es la única posibilidad que tenemos de transitar a una Colombia justa que sea una potencia agroalimentaria. Ese país que nos hemos soñado por décadas”, dijo la jefa de la cartera de Agricultura.
Muerte imaginaria
Para Argemiro Lara, líder social de los Montes de María y estudiante de la escuela, el espacio creado permite elevar los conocimientos en las buenas prácticas agrícolas y potenciar la organización campesina. “Este corregimiento de Las Flores es un territorio abandonado. Hasta esta fecha, nunca había llegado el Estado. Por eso tiene un alto valor su realización, porque es capacitar al campesino para el cambio, no solo en San Marcos y La Mojana, sino para todo el Caribe”.
Por su parte, Eduvigen Ruiz, oriunda de Morroa, Sucre, representante legal de la organización campesina Asococo y también asistente a la escuela, destaca la experiencia: “Soy una campesina que labra y que cultiva su tierra, que siembra con amor para buscar un bienestar en las comunidades. En esta lucha incansable por la tenencia de tierra, la escuela ha sido maravillosa porque resalta nuestra obra como organizaciones campesinas”.
Esta opinión positiva también la comparte Juana de la Cruz, representante legal de la Asociación de Mujeres Rurales y Campesinas del municipio de Palmito: “Muchísimas gracias a la SAE por abrir este espacio a los campesinos de la región. Aprendimos cosas que no sabíamos. Somos de hacha y machete, como organizaciones agrarias no nos rendimos en la lucha por la tierra para quien la necesita”.
Para el sociólogo y tallerista de la escuela, Sebastián Reyes, el balance es más que positivo: “Juntos, sin miedo, con amor, avanzamos en la realización de la escuela, llegando a las veredas y corregimientos apartados a cortar los alambres del miedo. El mensaje fundamental es que el movimiento agrario unido, fuerte y movilizado es quien protagonizará la reforma agraria”.
Así las cosas, en Las Flores Gobierno nacional y campesinado conjuraron el regreso de Manuel Hernández, mientras se recuerda la puya de Máximo Jiménez, cantautor, acordeonero y máximo exponente del vallenato protesta: “El Boche fue un hombre bueno / Su muerte es imaginaria / Él nos enseña el camino de la lucha libertaria”.
