Nelsy Esther Contreras
Sin lugar a dudas la Federación Colombiana de Educadores, Fecode, se ha convertido en uno de los más importantes actores en los procesos de interlocución, diálogos y posturas frente al estallido social que vive Colombia producto de la crisis de desigualdad, falta de oportunidades de la juventud y crisis socioeconómica que hoy afronta la inmensa mayoría del pueblo colombiano.
Nuestra organización no solo defiende los derechos del magisterio, sino la educación pública en todo el territorio puesto que somos conocedores de primera mano de la problemática debido a la cercanía directa con los actores: estudiantes, padres y madres y acudientes.
Anualmente sale un sinnúmero de estudiantes bachilleres que por su situación económica y las pocas ofertas educativas en universidades públicas no pueden seguir sus estudios superiores. En reiteradas ocasiones, Fecode ha denunciado la necesidad de direccionar políticas educativas estatales para garantizar el derecho a una educación universal.
Desafortunadamente estas políticas se quedan cortas en cuanto a la oferta educativa en el sector de la educación superior puesto que el Estado no analiza los problemas de fondo, se dedica a seguir directrices de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional, FMI, el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, entre otras instituciones financieras, que solo buscan recortes del gasto público en detrimento de la educación superior.
La educación se define como un derecho, así lo contempla nuestra Constitución Política, además va más allá expresando que también es un estímulo al crecimiento y el perfeccionamiento del ser. ¿Por qué protestan los jóvenes en Colombia? Analizaremos las causas más importantes:
- Falta de oportunidades educativas para el acceso, debido a la crisis socioeconómica, baja cobertura debido a la brecha entre oferta y demanda. Colombia cuenta con 32 universidades públicas que son insuficientes para garantizar cupo a los miles de bachilleres que anualmente salen de los colegios estatales. Solo como ejemplo, en el año 2020 salieron 12 mil bachilleres, ¿dónde está estudiando esa juventud recientemente graduada?
- Trabajo. Colombia es uno de los países de América Latina con más desempleo juvenil, sus causas son multidimensionales, entre ellas se puede identificar que las oportunidades son escasas y que el Estado no cuentan con políticas públicas claras para afrontarlas, pero eso sí, invierte millonarias sumas de dinero en publicidad engañosa que se trasmite en radio, televisión y prensa escrita, que todo el mundo sabe no es para nada económica. Es el caso de la famosa ley de emprendimiento que nunca llegó a la juventud afectada y que se quedó en letra muerta.
- Bandas criminales y narcotráfico. A falta de oportunidades esta juventud se convierte en víctima o carne de cañón de estas bandas que ofrecen y engañan con trabajos estables y sueldos apetecibles. Luego aparecen como desertores del sistema educativo y engrosan la fila de la delincuencia organizada, que más tarde hacen parte de las estadísticas de muertes violentas del país y en la mayoría de los casos las visibilizan como guerrilleros muertos en combate.
Nuestro deber ético como ciudadanas nos obliga a luchar juntas por un país donde prevalezcan los derechos. Basta de estigmatización y muertes selectivas. La juventud necesita mejores y mayores oportunidades para expresar su voz. Colombia está repensando su rumbo, su historia debe cambiar, el sometimiento y la esclavitud de este capitalismo salvaje ha llegado a su fin. Sin lugar a duda, el protagonismo es de la juventud.