viernes, abril 19, 2024
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El discurso de Camilo

Ser revolucionaria y revolucionario es el acontecimiento del cristianismo a través del amor sincero y eficaz del Padre Camilo Torres Restrepo

Vladimir Zabala Archila
Frente Unido del Pueblo

El 3 de febrero de 1929 nació Jorge Camilo Torres Restrepo en Bogotá y murió el 15 de febrero de 1966 en Patio Cemento vereda del Carmen del municipio de San Vicente de Chucurí municipio del departamento de Santander, Colombia. Nació en la capital y murió en una provincia. La distancia en el tiempo son 37 años y 12 días. Hoy tendría 87 años de edad, por eso este lunes 15 de febrero de 2016 se cumplieron cincuenta años sin su presencia física y también 50 años de su humana iluminación al mundo desde Colombia. La distancia en el espacio es entre el egoísmo de la metrópoli y la solidaridad del amor sincero y eficaz, sincero porque es impecable, no requiere explicación, simplemente es acción y compromiso como lo fue su sacrificio. No fue al monte para matar a nadie fue a la guerrilla para morir por todas y todos, por eso vive en una cruz de luz.

“Mi muerte abrirá caminos”, fue la sentencia que el Profeta del pensamiento y la acción por, para y con la clase popular repitió muchas veces cuando tomó la decisión de irse para el monte a asumir la lucha armada con todas sus consecuencias.

Los años han pasado y cada vez se ve con mayor claridad que la consigna de liberación o muerte se superó al llegar al camino actual de liberación con vida, en la fundamentación teológica del principio cristiano de la Resurrección, para liberar al Ser Humano del pecado original, en el sacrificio del hijo de Dios, que se redime para devolverle su libre albedrío en la figura de Jesús.

Esta constante en el devenir cristiano, se nos revela en las enseñanzas de Pablo, que pone a Jesús como testimonio de la liberación de la humanidad, haciendo de ella la posición ecuménica que Juan XXIII iluminó con la encíclica Paz en la Tierra en la conciencia católica del sacerdote Camilo Torres Restrepo.

“El amor eficaz es el amor revolucionario” es otro de los planteamientos esenciales de Camilo, cuando dijo a quienes lo seguíamos, que no bastaba con tener un discurso sociológico y político para comprometerse con los intereses de las comunidades, sino que era necesario encontrar a través de la investigación, los procesos de transformación que permitieran contribuir realmente con los intereses populares.

Aclaró que no se trataba de la eficiencia individual que generalmente prepara al Ser Humano para la competencia egocéntrica, en el sentido de sobreponerse sobre los demás en razón de la mayor productividad; sino de llevar a término la solidaridad de las comunidades, haciendo de la acción social un proceso eficaz para resolver las necesidades populares.

Por eso la investigación por la investigación no conduce a nada, quedando siempre en discursos demagógicos, que solo sirven para justificar certificaciones. La investigación como la veía Camilo, es una herramienta para el cambio, que permite desde el inicio ser un proceso revolucionario, que resuelve problemas reales a las comunidades.

“En la realidad factual de las comunidades se realiza la revolución”

De todas las afirmaciones que Camilo expresó como investigador, la más cierta fue aquella que terminó diciendo: que solo era válido aquello que las comunidades afirmaban en la construcción de su devenir por encima de los planteamientos. Un ejemplo vivo de esta situación fue la modificación que hizo de su posición cuando afirmó que los males de la Universidad Nacional eran por causa de la intromisión de los comunistas en ella; después de convivir con ellos en la práctica universitaria, terminó por afirmar que esos estudiantes eran los más comprometidos con el prójimo en y fuera del claustro universitario.

En el camino de afirmarse en la investigación de la realidad, se fue acercando a encontrar en la vía armada, un propósito que los pueblos escogían como una solución a la injusticia. Sin vacilar acabó por escoger ese camino, por entender que era el que las masas populares más conscientes de la clase popular, encontraban como salida en ese momento.

“La pobreza redime a los seres humanos”: Al acercarse a la clase popular, encontró en ella el milagro: que la vida nos muestra todos los días, al comprobar que los que producen todas las riquezas, a través de todos los tiempos, a pesar de la explotación a que han estado sometidos por parte del poder de la fuerza, siguen siendo los mismos que le aseguran a la humanidad la esperanza de su existencia.

En los primeros momentos de la historia los más fuertes impusieron a los pobres los trabajos más duros, en el esclavismo; cuando la humanidad encontró la producción, responsabilizó de esa labor a los esclavos, en la Edad Media a los siervos y artesanos, en el capitalismo a los obreros, pero siempre a los pobres que han sido el denominador común que produce la riqueza de cada uno de esos momentos.

Camilo evidenció que esto no era posible porque el obrero es hijo de la injusticia y postuló la existencia de la clase popular, como la única capaz de llevar a término esa liberación, por estar sustentada en la raíz y en el origen del ancestro.

Estos cuatro principios: el amor, la resurrección, la factualidad y la pobreza, recogidos del mensaje cristiano de Juan XXIII, al formular su acción ecuménica sobre los pueblos del mundo, le permitieron a Camilo Torres Restrepo realizar; con su posición radical, que no se trataba de redes formadas por puntos aislados, que desde su individualismo, solo querían imponer sus puntos de vista, sino redes multiversales que desde la continuidad de su desplazamiento fueran capaces de distribuir el humanismo en todas las direcciones desde la ligazón de la tradición ancestral de cada territorio con las innovaciones del presente planetario.

Al mirar retrospectivamente la historia de la humanidad, vemos al sujeto humano que aparecía para hacer avanzar la sociedad, era el arquetipo de los imitadores de Ulises que se imponían a la adversidad con la fuerza de la capacidad física, triunfando en el combate para ser recordados como los héroes de la verdad; hoy los personajes que se destacan son figuras sociales sacrificadas en el intento de mejorar la situación humana, como Camilo Torres y Che Guevara quienes como Cristo murieron por la liberación de los errores humanos, demostrando que en el pasado la resurrección se conseguía en el deber cumplido del trabajo transformador.

Actualmente, en nuestro tiempo el ser humano se renueva en el placer de lo gozado, para potenciar la esperanza del camino de la felicidad, por lo cual es absoluta verdad la iluminación de Camilo para el cristianismo y todos los seres humanos.

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