jueves, marzo 28, 2024
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El camino hacia la integración latinoamericana

La agudización de la contradicción entre monroísmo y latinoamericanismo, contradicción que puede profundizarse y presionar una mayor integración del latinoamericanismo

Gerardo Esteban Vargas*

América Latina ya no es el patio trasero del imperialismo norteamericano. Salvo algunas naciones que se ven gobernadas por serviles dispuestos a los dictámenes de Washington. Mercaderes que venden a costos irrisorios los recursos naturales a las transnacionales. Mercenarios dispuestos a ver morir sus pueblos en la pobreza y la indigencia, mientras ellos se lucran con el saqueo y la corrupción. Por ello, es necesaria la unión de los pueblos, para trabajar conjuntamente por proyectos comunes.

Sueño bolivariano frustrado

La primera idea de integración en Latinoamérica y el Caribe fue planteada por el libertador Simón Bolívar en el Congreso Anfictiónico de Panamá[1. Carmen Victoria Montes. Alterinfos América Latina. http://www.alterinfos.org/spip.php?article6447 (Consultado el 28 de noviembre de 2014).], celebrado el 22 de julio del año 1826. Desde la otra latitud se comenzaban a imponer las ideas de dominación, bajo la influencia de los Estados Unidos, a través de la Doctrina Monroe, Destino Manifiesto, el Corolario Roosevelt y las Conferencias Interamericanas o Panamericanas, celebrada la primera de ellas en el año 1889, en Washington. De la IX Conferencia celebrada en Bogotá, en el año 1948, surge la Organización de Estados Latinoamericanos (OEA).

Los procesos de integración en América Latina y el Caribe comienzan a gestarse en el año 1960, pero con una visión mercantilista y comercial. La proliferación de los acuerdos regionales es posible gracias a la tramitología para generar permisos establecidos en el artículo 24 GATT, el cual establece, como excepción a sus principios de la no discriminación y de la Cláusula de la Nación más Favorecida, la formación de uniones aduaneras y zonas de libre comercio. Las primeras iniciativas de integración económica surgidas en la región fueron: la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (Aladi-1960); el Pacto Andino (1969); la Comunidad del Caribe (Caricom-1968) y el Mercado Común del Sur (Mercosur-1991).

Imposición del neoliberalismo

La integración suramericana nació bajo la influencia de las ideas estadounidense y europea, que no se correspondían con nuestras realidades. Hubo intentos en la región de impulsar un modelo de desarrollo propio, con el modelo de sustitución de importaciones, sin embargo este fracasó y se adoptaron finalmente las políticas neoliberales recomendadas en el Consenso de Washington, generadoras de grandes problemas económicos y sociales en nuestra región.

Estados Unidos no ha abandonado sus pretensiones hegemónicas en el continente. El intento más reciente lo constituyó el Acuerdo de Libre Comercio para las Américas (ALCA), que fracasó gracias a la posición firme que asumieron los países del Mercosur y la República Bolivariana de Venezuela de oponerse a este tratado por considerarse que no estaban dadas las condiciones para su entrada en vigencia. Como alternativa a este intento, el presidente Hugo Chávez impulsó la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).

Urge la unidad latinoamericana

Actualmente varios gobiernos hacen grandes esfuerzos para transcender lo meramente económico-comercial, e incorporar el elemento social en este proceso de integración. Sin embargo, para que el mismo pueda fungir como un verdadero ente de integración debe incorporarse el tema de la supranacionalidad, para que sus decisiones sean vinculantes de manera inmediata y no retardarlas en la espera de la ratificación de los diferentes congresos nacionales.

Ante las nuevas amenazas al proceso de integración regional, con el surgimiento de iniciativas como la Alianza del Pacífico, es importante continuar fortaleciendo las instituciones de integración existentes, entre ellas el Banco del Sur, Banco del ALBA, el Sucre, El Consejo de Defensa Suramericano, entre otras, para que en el futuro estas mismas instancias pasen a conformar la estructura institucional de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. Ningún país de manera individual está llamado en la región a ser el motor de la integración, sólo unidos va ser posible consolidar el ideal integracionista planteado por el padre de la patria.

* Economista Investigador del Centro de Estudios e Investigaciones Sociales (CEIS).

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