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“El bloqueo es ya un cascarón”

El anuncio de Barack Obama y de Raúl Castro del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos es histórico. Júbilo por la liberación de los tres patriotas cubanos que permanecían en prisión de manera arbitraria e infame

Silvio Rodriguez y Gerardo Hernandez en concierto Foto 1

Carlos A. Lozano Guillén
Enviado especial

Nadie lo podía creer. Aún dos días después de las históricas alocuciones simultáneas de Barack Obama y de Raúl Castro, algunos cubanos no tenían la certeza de que el anunciado restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos pudiera lograrse. Hay muchos factores en contra, entre ellos la mayoría republicana en el Congreso de los Estados Unidos y la tenaz oposición de la comunidad cubano-norteamericana de Miami en la Florida.

Sin embargo, tras el anuncio de Obama y Castro se dieron las liberaciones de los prisioneros, acusados de espionaje en ambos países, lo que disipó todas las dudas y manifestaciones de pesimismo. “La suerte está echada y ahora la normalización es irreversible”, dijo un analista internacional en la televisión cubana. Otro, más avezado, declaró que “el bloqueo es un cascarón”, porque el anuncio de Obama va más allá del simple restablecimiento de las relaciones diplomáticas.

Los acuerdos

Trascendió que entre Obama y Castro hubo una larga conversación telefónica en la que se sentaron las bases concretas del acuerdo logrado, luego de conversaciones secretas a instancias del papa Francisco, del presidente Pepe Mujica y del gobierno de Canadá. Nada fue improvisado. El punto de llegada se tejió puntada a puntada, sin apresuramientos ni propósitos descabellados. Primó el realismo y el interés de ambos países. Como lo dijo el presidente Raúl Castro: no hubo concesiones de principios.

Cuba no cedió en nada distinto a lo que ya se conoce por los hechos concretos. Por ahora se abrirán las sedes diplomáticas a nivel de embajadas, mientras que los viajeros desde Estados Unidos podrán regresar con USD 400 en bienes, los bancos de EEUU podrán tener sucursales en Cuba y será permitida la exportación para la construcción privada. Es un buen comienzo.

Pero el júbilo más importante fue la liberación de Gerardo Hernández, Antonio Guerrero Rodríguez y Ramón Labaniño Salazar, los tres patriotas antiterroristas cubanos, condenados a largas penas de prisión desde hace 16 años en EEUU, junto a Fernando González Llort y René González Sehweret, quienes ya habían obtenido la libertad. Gerardo estaba condenado a dos cadenas perpetuas y 15 años más de prisión, situación que hacía increíble que pudieran ser indultados por el presidente Obama.

El encarcelamiento inhumano de los cinco patriotas cubanos que enfrentaron a los terroristas de las mafias de Miami, ligadas a la CIA, que tanto daño le hicieron a la Revolución Cubana, era un punto de fricción muy fuerte entre Cuba y Estados Unidos. Fue una lucha permanente que contó con la solidaridad del mundo. “¡Volverán!”, había dicho el comandante Fidel Castro en junio de 2001, como lo recordó Raúl Castro en la sesión del Cuarto Periodo de Sesiones de la VIII Legislatura, el pasado 19 de diciembre, dos días después del gran acontecimiento histórico.

Esteban Lazo, miembro del Buró Político y presidente de la Asamblea Nacional, diría en la instalación: “El júbilo expresado en cada rincón de Cuba y por los amigos solidarios de todo el mundo tiene una particular significación en los diputados y demás representantes del pueblo en las instancias municipales y provinciales del poder popular”.

El punto más alto, el éxtasis del regocijo colectivo, fue la tarde del 20 de diciembre, a partir de las 18 horas, con el magistral concierto de Silvio Rodríguez y otros reconocidos artistas cubanos, en honor de los cinco patriotas, en el Parque del Estadio Latinoamericano. Con lleno a reventar, el cantautor cubano estremeció a los asistentes cuando, en compañía de los héroes rescatados de las mazmorras del imperio, cantaron “El necio”, uno de los temas antológicos de Silvio.

Una nueva situación

El anuncio del restablecimiento diplomático abre una nueva etapa en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, después de 55 años de permanente agresión de la potencia del Norte, que agenció acciones terroristas de los gusanos de Miami, entrenados y financiados por la CIA y la extrema derecha estadounidense. Mientras que para Obama Estados Unidos rompe las cadenas que ataban a su país con el pasado con la necesidad de auscultar otras vías distintas a una “política estéril”, para Raúl Castro es un paso significativo, pero que “no quiere decir que lo principal se haya resuelto. El bloqueo comercial y financiero que provoca enormes daños humanos y económicos a nuestro país debe cesar”.

Y no será fácil por la oposición de los republicanos y el poder de los gusanos con conexiones en altas esferas del Estado y su estrecha vinculación con la CIA y otras agencias de inteligencia estatales. “Ellos (los de Miami) saben mucho; conocen del financiamiento de la CIA para que cometieran atentados terroristas en Cuba y de los frustrados atentados contra Fidel”, comentó un cubano en el lobby del Hotel Quinta Avenida de La Habana. Son un poder no solo electoral en Estados Unidos sino de chantaje porque amenazan con revelar las acciones ilegales a las que acudieron los gobiernos de Estados Unidos desde John F. Kennedy hasta el de Obama para desestabilizar a la Revolución Cubana.

Con todo es un paso adelante. Convierte al bloqueo en un “cascarón” pero aún con capacidad de daño. Supera una abominable expresión de la guerra fría, jamás abolida como lo predicaron los historiadores burgueses tras el derrumbe del Muro de Berlín, porque Estados Unidos y las potencias europeas continuaron la política del “gran garrote” y de agresión a otros países soberanos e independientes. La misma política exterior de Barack Obama es contradictoria, da este paso histórico hacia Cuba pero aprueba el bloqueo y el aislamiento de la Revolución Bolivariana.

Obama dio el paso audaz y definitivo que no dieron Ford, Carter ni Clinton en el pasado, quienes tuvieron intenciones de acercarse a Cuba para restablecer relaciones o al menos tender puentes hacia ellas. Pero no se arriesgaron ante la oposición recalcitrante de los republicanos y de la comunidad cubana de Miami.

Cuba siempre estuvo abierta al mundo. Demostró firmeza y dignidad ante la prepotencia del imperio. La solidaridad y el apoyo mundial llevaron a que cada año la Asamblea de las Naciones Unidas se pronunciara de forma aplastante por el fin del bloqueo. Es el próximo paso que debe dar Obama, doblegando la oposición republicana y de algunos demócratas electoreros que no quieren perder los votos de la Florida. Pero la suerte está echada, como dijo el analista cubano, se abre una nueva página de la historia para Cuba revolucionaria y el movimiento de solidaridad no puede bajar la guardia.

La Habana, Cuba, 21 de diciembre de 2014.

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