Un mensaje y un llamado a la solidaridad con el semanario VOZ, el periódico más antiguo de la izquierda, testigo, memoria y parte de las luchas populares y sociales por la paz, la democracia y la justicia social
Zabier Hernández Buelvas
En un encuentro interregional del Caribe, escuché una historia ocurrida entre 1985 y 1995, en medio de la arremetida más dura del paramilitarismo en esta región. En un municipio del Magdalena, cuentan militantes del Partido Comunista Colombiano, PCC, de sindicatos afiliados a Fecode, sindicatos agrícolas y bananeros, luchadores y luchadoras por la tierra, la vivienda y del movimiento comunal:
“En esa época, para poder recibir la orientación del Partido, para mantenernos organizados y coordinados con las acciones del movimiento social y popular en lucha, cómo podíamos recibir la VOZ en nuestro pueblo, un compañero o compañera con todas las medidas del caso, en medio del acecho militar y paramilitar, iba hasta Santa Marta y traía encaletado entre sus ropas interiores (Risas) un solo ejemplar de VOZ. Lo rotábamos entre los militantes del municipio y, a veces, cuando la situación lo permitía nos reuníamos clandestinamente y leíamos colectivamente ese solo ejemplar. La VOZ era lo que nos mantenía informados y la que nos daba la fuerza y los elementos necesarios para orientarnos en nuestras luchas. Sabíamos que no estábamos solos y que otros y otras en otros lugares también luchaban. VOZ nos mantenía vivos”.
Organizador y orientador
Se me erizaba la piel al escuchar a la camarada; pensaba en el valor del papel que juega la prensa alternativa y revolucionaria. Recordaba las palabras de Lenin escritas en el ¿Qué hacer? en 1902: “El periódico del Partido es un organizador y un orientador”.
El 20 de noviembre pasado, VOZ completó la edición 3200 con la histórica coincidencia de que fue la edición violeta, 100 porciento escrita, coordinada, diseñada y editorializada por mujeres comunistas, de izquierda y progresistas.
VOZ, cada semana, como se dice popularmente, se mete al rancho del debate mediático enfrentando a los grandes medios de los poderes que hoy se oponen a los cambios, las reformas y la Paz Total. Llegamos con la verdad, llegamos con la defensa de la justicia social y de los derechos de las y los trabajadores. Llegamos con una visión de país con democracia y justicia social.
El lector perspicaz podrá confirmar que VOZ es un periódico que no tiene publicidad por ningún lado, lo único que podría catalogarse como tal son los eventos, actos y acciones del movimiento social, popular y académico que aportan a las reformas, el cambio, la justicia y la paz de Colombia y el mundo. VOZ no recibe recursos del Estado, del Gobierno ni de la empresa privada.
Solidaridad
Cabría entonces preguntarse desde el argot salsero, ¿y cómo lo hacen? A diferencia de lo que insinúa Franky Ruiz, en su famoso disco, la respuesta es: la convicción de un Partido, la mística de una militancia y el apoyo de una gran y valiosa franja de demócratas, progresistas y personas que, sin ser comunistas, sin ser de izquierda, saben y valoran nuestro trabajo, la ética y la responsabilidad con que tratamos los temas, nuestra persistencia en lograr la paz y, sobre todo, nuestra coherencia, compromiso y sentido de la justicia y la verdad.
Los periodistas de VOZ, sus colaboradores y colaboradoras, los celadores, el personal de servicios y logística, los y las vendedoras que los distribuyen en campos y ciudades, es un equipo de una profunda calidad humana, a la vez, provistos de una mística y una convicción que les ha permitido soportar las más duras crisis económicas y también de seguridad, teniendo que soportar los ataques del paramilitarismo, del uribismo y de una oposición criminal y fustigante.
Al solicitar la solidaridad y el aporte voluntario para seguir sosteniendo la VOZ, hablamos en nombre de ellos y de miles de hombres y mujeres que necesitan a VOZ como alimento político, social y emocional. Apóyennos para que VOZ siga difundiendo la verdad el pueblo.
