martes, abril 23, 2024
InicioEdición impresaEcuador: Remezón electoral

Ecuador: Remezón electoral

Un año después de las últimas elecciones generales, en las que el presidente Rafael Correa obtuvo el 57.17% de los votos, el mapa político del Ecuador se ha transformado. Una variopinta gama de fuerzas políticas, con una fuerte presencia democristiana, influenciada por sectores de la burguesía desafectos al primer mandatario, ha ganado las elecciones en Quito, Cuenca, Guayaquil y Manta.

Rafael Correa, presidente de Ecuador.
Rafael Correa, presidente de Ecuador.

Pese a que la prensa occidental ha presentado estos resultados como un duro revés para la política del presidente Correa y un eventual final de la ‘revolución ciudadana’, la realidad es que la figura del carismático mandatario no ha sido cuestionada. Los resultados electorales se explican más en la desacertada gestión de los gobiernos locales y que, especialmente en Quito, la capital del país, el candidato ganador realizó una hábil política de alianzas, la que no proyectó el gobernante partido Alianza País, en una actitud de autosuficiencia.

De las diez ciudades con mayor población, Alianza País gana solo en una, Durán, en la provincia de Guayas. El mayor efecto mediático lo ha tenido, sin embargo, que el partido gobernante perdió Quito, la capital, que representa un importante centro estratégico para el desarrollo de la política oficial.

En el caso de la capital, el actual alcalde, Augusto Barrera, que se había postulado a la reelección, recibió un voto castigo por los reiterados errores en su administración. Pese a que Quito fue la ciudad que, en el pasado inmediato, recibió mayores recursos para inversión, el burgomaestre se limitó, de manera burocrática, a ser caja de resonancia del discurso oficial, sin tomar mayores iniciativas para ejecutar una política propia.

En este sentido, se le asocia al cobro de elevadas multas a los vehículos mal estacionados; el mal estado de las vías principales, llenas de huecos, que son cubiertos de rellenos de brea que a los pocos días vuelven a estar en las condiciones de antes; al mal servicio de transporte público; a la puesta en funcionamiento -para paliar el problema- de una flota de desvencijados vehículos que no sólo prestan un servicio deficiente sino que contaminan el medio ambiente. En fin, una gestión administrativa que llevó al mandatario seccional a perder legitimidad ante los electores.

En contraste, el opositor Mauricio Rodas, un joven exponente del pensamiento neoliberal, vinculado a sectores demócrata-cristianos con fuerte respaldo en el exterior, mostró un discurso moderno que insinuaba la disposición de acuerdos con otras fuerzas políticas, seguramente con miras a las elecciones presidenciales de 2017. Analistas ecuatorianos aseguran que Rodas representa a un sector de la burguesía local que no se identifica con la gestión de Rafael Correa.

En los demás casos en que el partido de gobierno perdió alcaldías, se señala que los candidatos de Alianza País basaron su discurso en la figura de Rafael Correa, sin preocuparse por levantar una plataforma de gobierno propia. A esto se suma un modelo de gestión local que no caló en los electores.

Pese a los resultados, en Ecuador todos coinciden que el gobierno de Alianza País no está en peligro. Correa sigue teniendo un enorme prestigio entre su pueblo, a tal punto que en el Palacio de Carondelet se estudia la posibilidad de que el gobernante se postule a una nueva reelección.

Los logros en salud, empleo, vivienda, y seguridad social son la fortaleza de la ‘revolución ciudadana’. Pero es necesario entrar en un proceso de reflexión y autocrítica, abrirse a alianzas con otros sectores, superar la dispersión en que se encuentra el movimiento indígena, discutir con la izquierda acuerdos programáticos para apoyos más decididos a la obra de gobierno, sobre la base del afianzamiento de las reformas sociales y de una política internacional independiente y soberana.

RELATED ARTICLES

Most Popular

Recent Comments