Ancízar Narváez M.
En una columna anterior habíamos hablado de un aspecto de la Economía Política de las TIC: la relación capital trabajo. Aunque esta es la principal relación capitalista, a nosotros el capitalismo nos afecta doblemente por ser parte de la periferia del sistema, con lo cual los trabajadores de estos países están doblemente sometidos.
En este aspecto hay que poner de presente que la gran inversión en ciencia y tecnología actualmente en el mundo la llevan a cabo tres países, en su orden, Estados Unidos con 496.000 millones de dólares (26% del total mundial), China ocupó un segundo lugar decisivo, con un 21% (408.000 millones de dólares)(https://universoabierto.org/2018/01/19/indicadores-mundiales-de-ciencia-y-tecnologia-2018/) y un 6% de Rusia. (El presupuesto de Colombia es de aproximadamente 100 millones de dólares, que es el equivalente de 400 mil millones de pesos). Eso quiere decir que al menos la mitad de la inversión en investigación y desarrollo y, por consiguiente, de la inversión en la producción de tecnologías está concentrada en solo tres de los 192 países que están actualmente registrados como estados miembros de la ONU.
En este cuadro es obvio que debe encontrarse una de las explicaciones a la guerra comercial declarada por Estados Unidos a las compañías chinas, especialmente a Huawei y a otras, porque lo que está en juego es el dominio sobre los estándares de tecnología que se van a imponer o que van a operar en el mundo. Por consiguiente, los esquemas a los cuales se van a tener que acoger todos los otros países para poder hacer parte de eso que se llama el ciberespacio o el sistema mundial de información.
Incluso países con una tradición científica tan destacada como Inglaterra están ahora ante la disyuntiva de escoger entre los estándares norteamericanos y los estándares chinos; teniendo en cuenta que han tenido una relación histórica de colaboración científica, política, militar y económica con Estados Unidos, esta situación no se debería estar presentando.
Pero lo que ellos nos indican es que China ha adquirido un estatus de competidor mundial en materia tecnológica y que en la tecnología 5g, que es la que está marcando la idea de futuro, posiblemente esté tomando la delantera a los Estados Unidos.
Aun así, las relaciones de fuerza entre los dos países son todavía muy desiguales, pues si tenemos en cuenta que el mundo que llamamos interconectado, el ciberespacio y todos esos nombres dependen de cinco o siete grandes empresas en el mundo, el hecho es que de esas las más grandes y las más importantes y el mayor número están en los Estados Unidos, que son las llamadas gafam (Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft).
Algunas de estas compañías llegan a tener unos ingresos iguales o mayores al Producto Interno Bruto, PIB, de un país que no es de los más pequeños del mundo como Colombia. Si los miramos en términos de nuestro PIB, que actualmente apenas llega a unos 263.000 millones de dólares a precios de hoy (3.800 pesos por dólar), mientras que los ingresos anuales en 2019 de una compañía como Apple ascienden a 262 000 millones de dólares, o sea que tiene los mismos ingresos que el producto completo de Colombia durante un año.
En comparación con el presupuesto nacional, maneja tres veces más dinero que el Estado colombiano teniendo en cuenta que el presupuesto de Colombia es de 270 billones de pesos, menos de 70 mil millones de dólares. Eso quiere decir que triplica la capacidad de Colombia para ejecutar.
Si consideramos el valor de mercado, o sea el valor de todas las acciones de una empresa, las de Apple alcanzaron en la bolsa de Nueva York una cifra que bordea los dos billones de dólares, que es aproximadamente igual al producto interno bruto que actualmente tienen países tan importantes en el mundo como Inglaterra o Francia y superan por ejemplo el de Italia o Rusia.
Estas cifras hablan por sí solas de la economía política de las TIC en términos de la relación centro – periferia. La pregunta es ¿pueden no tener relación con la política unas empresas que acumulan semejante cantidad de ventas y de ganancias gracias precisamente a su relación estrecha con el Estado norteamericano que defiende sus intereses en el resto del mundo? La respuesta es obvia: son una parte de la estrategia de dominación norteamericana en términos políticos, económicos y militares sobre el resto del mundo.
Pero sobre todo, son también un componente ideológico: el dominio de los estándares y de las redes, de los protocolos de internet, por ejemplo, son también una forma de mostrar que todo lo bueno, lo útil, lo moderno, lo bello viene de las empresas norteamericanas, que no hay vida fuera de su dominio.
No es que nosotros entremos a Google impunemente y podamos hacer uso del correo electrónico y de todas las demás aplicaciones que nos ofrecen sin que eso tenga consecuencias en el control que esas compañías tienen sobre la población mundial, sobre los gobiernos, sobre los Estados y sobre las otras empresas. Este es el primer aspecto de la economía política de las tic que es al mismo tiempo la economía política de la dominación del centro capitalista sobre el resto del mundo.
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