La dirección de la empresa anuncia que de los 292 campos de producción, estaría anunciando la venta de 194, lo cual sería un descalabro grande para los trabajadores y para las comunidades de estas áreas
Según la Unión Sindical Obrera, USO, en Casanare comienzan a verse los efectos de la lesiva política de Ecopetrol, consistente en la venta de los campos menores y el daño colateral que esto traerá consigo para los trabajadores y las poblaciones que dependen de esta actividad.
La dirección de la empresa anuncia que de los 292 campos de producción, estaría anunciando la venta de 194, lo cual sería un descalabro grande para los trabajadores y para las comunidades de estas áreas.
Por ejemplo, en el municipio de Maní, donde está el campo Santiago, más de 100 trabajadores pasarían a otra condición laboral. Al mismo tiempo, se estarían trasfiriendo más de medio millón de barriles anuales que se producen y un bombeo de 130 mil barriles diarios.
Otro caso está en Cupiagua, donde hace apenas año y medio, Ecopetrol hizo inversiones significativas en una planta de gas. Hoy plantea que la pasaría a una empresa del grupo empresarial de Ecopetrol, pero afectaría a las comunidades porque el salario que recibirían estará muy por debajo de la norma convencional.
Inclusive, representan reservas nuevas de más de 3.600 millones de barriles al país, entonces, no son tan despreciables, porque son las que han podido sostener las exportaciones y la meta del millón de barriles de Ecopetrol. Tales cifras señalan que son campos importantes para la producción y el transporte de crudo.
Ante estas referencias, la USO no comparte esta decisión de la venta, Ecopetrol alega que lo hace porque el precio del barril disminuyó. Fabio Díaz, presidente de la subdirectiva USO SUO, replica: “por supuesto, que son rentables. Lo que estamos viendo es la orgía del capital privado que quiere apoderarse de estos campos y con sus tentáculos ir más allá para quedarse con los oleoductos. No podemos hacerle eco a lo que viene planteando Ecopetrol, que esto es una crisis total y que hay que vender los activos del Estado”.
Para la USO no es así, la tendencia del precio del petróleo es que debe subir. El mundo consume más de 89 millones de barriles y cada vez hay menos de este recurso en el planeta, lo que implica un incremento en los precios a mediano plazo. Lo necesario es un replanteamiento estratégico, como afirma Díaz: “exigimos unos cambios de fondo en el manejo de la política petrolera, que es una ley de hidrocarburos que regule la explotación petrolera a futuro”.
