miércoles, abril 24, 2024
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Desminado humanitario: “Hay construcción de confianza”

En la vereda El Orejón, en Briceño, Antioquia, el primer paso del plan piloto es el desminado y limpieza de artefactos explosivos y minas del terreno. El segundo es un plan de desarrollo social para las comunidades. Se calculan dos décadas para la limpieza de minas en Colombia

Hernán Camacho y Marcelo Molano
Enviados Especiales

El primer combate de Rafael Colón fue contra el Frente 29 de las FARC-EP, según se lo relató a la periodista Martha Ruiz, de Semana, el hoy exgeneral de infantería a cargo de la operación de desescalamiento más importante que hace junto a esta guerrilla, en medio del proceso de paz de La Habana.

Al arribo de los helicópteros que trasportaban las delegaciones internacionales de garantes y la prensa nacional para el balance de la operación de desminado en El Orejón, al exgeneral Colón se le veía muy preocupado por cada detalle de la visita. Conversaba muy de cerca con el negociador de las FARC Pastor Alape, seguramente de los pormenores del balance y del trabajo que se venía, pues la promesa de entregar el cerro El Capitán libre de minas a la comunidad, debía ser en diciembre próximo. El General habló con VOZ, y dijo que un gesto de paz acordado en La Habana y hoy materializado es el primer paso para la paz. Reconoce el papel que han jugado las FARC-EP entregando información y trabajando hombro a hombro con los miembros del Ejército. Subrayó en la rueda de prensa: “el camino para la paz está dado”.

–Balance de la entrega de la vereda El Orejón, limpia de explosivos. Pero ¿qué falta en el plan piloto?

–Falta hacer una estrategia de salida que le dé tranquilidad a la comunidad para que ellos puedan estar seguros de no tener riesgos. De otra parte, esa misma estrategia servirá para revisar los elementos técnicos, políticos y sociales. En los primeros, es revisar una información nueva que contemple ubicaciones de más minas para que exista el menor riesgo para la comunidad. En factores políticos es terminar este proyecto para que en el futuro la comunidad de El Orejón, se sienta tranquila. Y por último contemplar los factores políticos que parten de la confianza de las partes en el trabajo en terreno. Eso nos permite avanzar en otros territorios donde hay problemas de minas. Todos los factores sociales que están relacionados con el piloto nos indica que se deben consolidar los proyectos que necesita la comunidad para mejorar su calidad de vida y restituir los derechos que fueron vulnerados por la presencia de minas antipersona.

–¿Lo nuevo del proceso?

–Nunca una organización internacional como la Agencia Popular Noruega, IAP, había trabajado con el Ejército de Colombia. Fue una estrategia mixta que permitió varios tipos de desminado utilizados sobre el terreno como el desminado manual, el desminado canino y el desminado mecánico. El esfuerzo, por ejemplo de los soldados, de llegar a un cerro que está a 1800 metros de altura sobre el nivel del mar y entrara una máquina barredora de minas que pueda revisar buena parte de ese terreno inclinado es un esfuerzo inmenso que no tiene en Colombia antecedente alguno. Técnicamente se ha enriquecido el proyecto y la Dirección de Acción Contra Minas porque se ha hecho una revisión de calidad y monitorea del trabajo. Otro elemento nuevo es tener un buen relacionamiento con la comunidad de El Orejón en la que han estado las FARC-EP como protagonistas al lado del Ejército.

–Está calculado que hasta tres décadas se demore la limpieza de las minas en todo el territorio nacional. ¿Eso puede ser menor a la hora de evaluar todo el plan piloto o esa es la fecha definitiva?

–Las políticas públicas se hacen a la medida de los territorios y esas políticas necesitan unos recursos para hacerlos realidad. Colombia tiene una capacidad nacional para hacer un plan nacional de desminado optimista. Si retiramos las minas de donde hoy están presentes podríamos hacer un esfuerzo que llegara a los 20 años, pero no podemos fijar una fecha exacta porque el plan es complejo pues no solo es la limpieza sino factores de todo tipo, por ejemplo: capacidades de todas las instituciones que aporten al desminado.

–¿Ha habido riesgos en la operación del desminado con factores de violencia como el paramilitarismo?

–No. Los hechos que se han presentado asociados a grupos criminales están más distantes de este proyecto piloto a una distancia de 40 kilómetros. Allí hay un anillo del Ejército que los ha combatido y ha tenido resultados contra los paramilitares y la comunidad de El Orejón ha estado protegida por un anillo de seguridad de las fuerzas militares que nos permite estar tranquilos tanto la comunidad como el equipo multiétnico. No hemos tenido problemas.

–Hay denuncias sobre tierras de EPM que se verían beneficiadas por el desminado ¿qué responde ante eso?

–Esta comunidad es muy dispersa, tiene casas muy alejadas y cada casa tiene sus propias realidades. Lo cierto es que cuando se toman las decisiones frente a las áreas que se demarcan con minas, esa decisión se toma en conjunto con la comunidad y se aprueba que esos territorios son los que se deben desminar y nosotros no entramos a verificar si son terrenos o nos son terrenos de EPM. Aquí llegamos hicimos un diagnóstico y la comunidad nos indicó los sitios en que se podrían hacer las operaciones de desminado y se hicieron.

–¿Está cumpliendo la mesa de La Habana?

–Es un hecho evidente que lo que se acordó en La Habana como una medida de desescalamiento aquí lo cumplimos, es tangible. Hay construcción de confianza y ese es el camino a la paz.

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