El Congreso aprobó por unanimidad el proyecto de Ley que erige en municipio al primer pueblo libre de América. Sin embargo, es necesario analizar la municipalización más allá de la euforia del momento
Aiden Salgado Cassiani (*)
El 21 de mayo de 2024, Día de la Afrocolombianidad, fue la fecha exacta para que el Congreso de la República aprobara en último debate el proyecto de ley de Palenque como municipio especial.
Este hecho originó que el nombre de Palenque de San Basilio estuviera de moda en diferentes medios de comunicación, en el escenario político y social, y nuevamente en los espacios culturales y académicos donde tiene un espacio ganado desde hace un buen tiempo.
El proceso
Sin embargo, es necesario analizar el tema de la municipalización de este pueblo más allá de la euforia del momento. Lo primero es que esta iniciativa tiene antecedentes históricos, tanto en el Congreso como en las y los palenqueros que han trabajado por esta causa.
Para el caso de Palenque, es de resaltar la participación de Basilio Pérez Reyes a quien le realizamos un homenaje de reconocimiento en el libro Kuttura ri Palenge: Rondas, poesía y personajes y música palenquera (2022). Más recientemente estuvieron el abogado Manuel Cáceres, el profesor Miguel Pérez, entre otros.
Por el lado del Congreso, en el período 2014-2018, fue el senador del partido MIRA Carlos Alberto Baena, acompañado de su asesor Luis Ernesto Olave, y en el período 2018-2022 el senador del Centro Democrático, Fernando Araujo, quienes lideraron la propuesta.
A propósito de la columna que escribí en 2019 para Las2Orillas, hoy reafirmo que Palenque de San Basilio tiene un debate que dar, sobre todo cuando se encuentra una vez más en el foco de medios y analistas. Por esta razón, he acompañado algunas invitaciones donde todas coinciden en que es un gran éxito, aunque al expresar mis reflexiones, afloraran sentimientos que pueden ser encontrados.
Preguntas necesarias
En este momento, hay un hecho fáctico, Palenque será municipio especial y es una noticia que debe alegrar a todos los y las palenqueras, así como a toda la gente que, de una u otra forma, tiene un sentimiento hacia el Palenque de San Basilio, el territorio y sus habitantes.
Es allí donde comienza el papel de la responsabilidad de las y los palenqueros. De mi parte, aplaudo la iniciativa de municipalización del primer pueblo libre de América y el Caribe, pero no es cómodo quedarse en el aplauso. Es allí que la convocatoria al pueblo palenquero sea pensarse las consecuencias, los pros y contras, con el fin de profundizar y establecer los alcances con ese concepto de municipio especial.
¿Cómo se va a sostener el municipio más allá de las transferencias nacionales del Gobierno, que para el caso de Palenque serían las de un municipio de sexta categoría?, ¿cómo será el relacionamiento de las autoridades policiales con la Guardia Cimarrona y la justicia consuetudinaria de Palenque, que, a pesar de no tener un reconocimiento legislativo, está en el día a día de sus habitantes?, ¿cómo funcionará el Concejo municipal, teniendo en cuenta la existencia del Consejo comunitario Ma-Kankamana?, ¿cómo se va a escoger el alcalde y cuáles serán los requisitos?, ¿cómo la medicina ancestral va a armonizar la llamada medicina occidental? Por último, ¿cómo se fortalecerá ese carácter especial que responde a la riqueza cultural de las y los palenqueros?
Estos interrogantes deben ser respondidos en la propuesta presentada por el representante palenquero de Cambio Radical, nacido en Barranquilla, Gersel Pérez Altamiranda, y refrendada por Cha Dorina Hernández Palomino, representante por Bolívar del Pacto Histórico, nacida en Palenque.
Propuestas
En mi opinión, propongo algunos puntos. Lo primero es que para la sostenibilidad económica es posible crear una estampilla de impuesto pro Palenque en el departamento de Bolívar, que puede ser alrededor de $0,50 por cada contrato firmado en Cartagena. También estaría un porcentaje del impuesto predial y el impuesto de vehículos que pagan los palenqueros residentes en otros lugares. Estas iniciativas económicas son entendidas en el marco de una reparación histórica por su aporte a la nación.
En segunda medida, es importante otorgar un subsidio a los diferentes servicios públicos que existen en la comunidad, para que sean de calidad y eficientes. No es justo que el pueblo palenquero tenga uno de los servicios más caros de gas natural del país, por encima de lo que pagan estratos altos del barrio Bocagrande en Cartagena o El Nogal en Bogotá.
La tercera propuesta es que se incrementen y reinviertan los aportes destinados a cultura, que sean para el fortalecimiento de esas expresiones y a los sabedores culturales. Un ejemplo es que los velorios que lo requieran se ayuden a financiar, así como explorar la posibilidad de entregar una pensión a los que mantienen vivas las expresiones culturales, entre otras.
Finalmente, es importante la creación de una empresa de servicios públicos varios para satisfacer las necesidades del pueblo palenquero, administrada y gestionada desde el territorio.
Un cambio histórico
Todas estas iniciativas las propongo a las y los palenqueros, a los congresistas y al Consejo comunitario Ma-Kankamana, para debatirlas en los diferentes espacios públicos, con el fin de escuchar muchas más opiniones de los palenqueros profesionales, así como los de a pie descalzos, incluyendo a los kuagros y juntas.
Los debates en la Asamblea departamental de Bolívar son una oportunidad para enriquecer la propuesta de Palenque como municipio especial, para que realmente este cambio tenga impactos positivos en la condición y calidad de vida para el pueblo palenquero.
Si nuestros cimarrones y cimarronas resistieron a la esclavización y conquistaron la libertad, con esta iniciativa debemos dar el cambio de la pobreza, la discriminación y la exclusión, a la vida digna y honrosa, lo que nuestra vicepresidenta Francia Márquez ha llamado el vivir sabroso.
Desde el Palenque, un cimarrón todavía.
(*) Profesor, palenquero y defensor de los derechos humanos