Saludamos al pueblo Cubano con motivo del 60 Aniversario de la Revolución, que ha significado un viraje profundo para la vida y la historia del continente al demostrar que otro proyecto es posible para los pueblos de Latinoamérica siendo motivo de gran alegría, esperanza y confianza en la lucha, así como en la amistad solidaria entre nuestros pueblos.
La revolucionaria rebeldía anti sistémica, la resistencia indoblegable y la experiencia de construir una sociedad libre e igualitaria han enseñado a comprender el enorme contenido transformador del antimperialismo como vía alternativa a la explotación capitalista. En medio del bloqueo criminal y de las dificultades excepcionales afrontadas, la Revolución plantó muy alto la bandera del internacionalismo, compartiendo, cooperando, basados en el respeto mutuo y la solidaridad, como nuevas formas de entendimiento entre personas y sociedades diversas. Las figuras de Fidel y del Che siguen iluminando el camino de nuestros pueblos.
En especial, reconocemos la voluntad, hospitalidad y el acompañamiento garante de Cuba a los procesos de diálogo para la paz en nuestra patria. Sin lo cual no tendríamos un acuerdo de paz y reconciliación que hoy el mundo entero observa con vigilante benevolencia junto a la preocupación por su implementación.
El 60 aniversario de la Revolución cubana se celebra en un mundo convulsionado dado el avance de las fuerzas de extrema derecha, por lo que los retos a afrontar son mayúsculos para las fuerzas democráticas. En ese sentido, la nueva carta política de Cuba plantea una apuesta modernizadora y vanguardista para el desarrollo de la vida y las perspectivas revolucionarias y progresistas en el continente, mientras en Colombia debemos afianzar los avances que en el plano electoral se dieron en el 2018.
Las elecciones del 2019 serán escenario de importantes batallas para el avance de la lucha popular, para lo cual la unidad de los sectores alternativos será definitiva en tanto transformar la resistencia política y social en alternativa de gobierno nacional implica avanzar en las administraciones locales desde las fuerzas democráticas construyendo colectiva y ampliamente los programas electorales, escogiendo candidaturas pluralistas y transparentes, sin sectarismos, y desarrollando una campaña que recoja la insatisfacción que genera el gobierno nacional.
Hay que estar alertas a los intentos de la ultraderecha de conculcar los derechos políticos a la oposición, la judicialización de los liderazgos alternativos, así como el uso de la violencia para frenar las fuerzas alternativas pues los gamonales, las fuerzas económicas asociadas a la concentración de la tierra, las multinacionales, el narcotráfico, la megaminería y los dueños del mercado clientelar, acostumbran defender sus privilegios usando la barbarie.
Lo que está en juego este año, es el futuro de una Colombia libre y soberana, contra las fuerzas de la guerra, el despojo y el extractivismo que será determinante en el futuro democrático de América Latina, como ha sido la dignidad del pueblo cubano en 60 años de resistencia, proceso del que aún nos falta mucho por aprender.
El futuro que quieren imponer empieza a develarse en el incumplimiento del Gobierno nacional a los acuerdos de paz, en materia de reincorporación para los exguerrilleros, el interés de extraditar a excomandantes de las FARC basados en montajes judiciales, y la eliminación física de ellos, dando paso a un nuevo periodo de violencia; los incumplimientos en la redistribución de tierras y el programa de sustitución voluntaria de cultivos de uso ilícito; respaldados y acompañados por una política de impunidad frente al incremento sin precedentes de asesinatos y amenazas contra líderes sociales, defensores de la paz y los DD.HH., reclamantes de tierras, líderes y lideresas de izquierda, particularmente de la Colombia Humana.
Estas luchas deben reflejarse tanto en las elecciones como en la movilización permanente y diversa desde lo local contra la desigualdad, la explotación, la privatización, la contaminación, la destrucción de la naturaleza, la dominación económica y política del capital financiero, entre otros, convirtiéndose en instrumento hacia el paro cívico nacional que debe exigir también garantías democráticas para la paz en todo el país defendiendo lo pactado con las FARC-EP, y promoviendo el proceso de paz con el ELN.
¡Viva la amistad y la solidaridad entre los pueblos de Colombia y Cuba! ¡Viva el 60 Aniversario de la Revolución!