La isla hace esfuerzos no solo para vacunar a toda su población, sino por alcanzar la vacuna universal y gratuita para las demás naciones
Ricardo Arenales
Los resultados de la lucha de las autoridades cubanas contra la pandemia del coronavirus son colosales: no solo ha mantenido a raya los niveles de contagio, ha desarrollado al menos cinco candidatos vacunales, sino que aspira a inmunizar toda su población antes de que termine el año, y todo ello a pesar del criminal bloqueo económico y financiero impuesto por Estados Unidos, que para el caso cubano impone escasez de insumos en su esfuerzo para evitar la propagación del virus.
La perspectiva además es que Cuba se convierta en el primer productor de vacunas contra el covid-19 en América Latina y en inmunizar a su población con recursos propios, mientras en el mundo todavía hay países sin el dinero necesario o que no poseen dosis de ningún tipo y dependen de la llegada de vacunas extranjeras, entregadas a cuenta gotas.
En febrero pasado, el secretario general de la ONU, Antonio Gutérres, alertó que más de 130 países no han recibido ni una sola dosis de vacuna, y dijo que el 75 por ciento de las inmunizaciones aplicadas hasta ahora se han concentrado solo en 10 naciones, todas ellas desarrolladas, proceso de vacunación tremendamente desigual e injusto.
Política de prevención
Contrario a esta situación, Cuba hace esfuerzos no solo para vacunar a toda su población, sino por alcanzar la vacuna universal y gratuita para las demás naciones del mundo, y tiene justificado reconocimiento por ello. “El programa de salud internacional tiene que ver con la solidaridad; Cuba cree que las poblaciones sanas son la base de la sociedad global y quiere apoyar eso de cualquier manera que pueda”, asegura Clare Wenham, profesora asistente de política de salud global en la London School of Economics and Political Science de Londres.
La exitosa respuesta de la isla al covid-19 es el resultado de años de inversión en atención primaria y de una rápida y eficiente atención a la salud de la población. No en vano Cuba erradicó hace rato la poliomielitis, el tétanos, el paludismo y el sarampión. Cuando Cuba registró el primer caso de covid-19 el año pasado, ya tenía un mapa del paradero de los ciudadanos más vulnerables. Cuba tiene un registro actualizado de personas con comorbilidades como diabetes, sobrepeso o hipertensión.
Una vez se confirmó el primer caso de contagio, más de 28.000 estudiantes de medicina efectuaron una operación de ‘peinado’ de regiones y en pocas semanas lograron llegar a nueve millones de cubanos. Las autoridades cerraron rápidamente las fronteras y establecieron centros de aislamiento y un eficaz sistema de pruebas y rastreo.
Inmunización total
Cuba cuenta hoy con cinco candidatos vacunales, desarrollados íntegramente en los laboratorios de la isla: Soberana 01, Soberana 02, Soberana Plus, Abdala y Mambisa. Soberana 02 y Abdala se encuentran en la segunda fase de ensayos, con resultados satisfactorios. De hecho, el pasado 10 de abril concluyó la administración de la primera dosis al personal de la salud en La Habana con estas dos vacunas. En total, 75 mil trabajadores de la salud fueron cubiertos en esta jornada.
Para finales de abril estaba previsto se empiece a vacunar a un millón 600 mil habitantes de La Habana y para agosto la idea es que hayan sido vacunados seis millones de habitantes. Las autoridades aspiran a que, para fines de año, los 11 millones de habitantes de la isla hayan sido inmunizados.
Soberana Plus está en la segunda fase de ensayos clínicos, con una particularidad: es la única vacuna para personas ya contagiadas por el virus. Se estima que en el mundo hay ya 133 millones de personas convalecientes del virus, de ahí la importancia de ofrecer alternativas a este grupo humano. Mambisa, por su parte, tiene la peculiaridad de poderse administrar por vía nasal.
A pesar del bloqueo
El ensayo en la fase tres de la vacuna Soberana 02 se realizará en Irán, como parte de un convenio entre el Instituto Finlay de Cuba y el Instituto Pasteur, del país islámico. Soberana 02 es la más avanzada de las producidas en laboratorios cubanos y se espera que muestre una eficacia del 80-95 por ciento.
En relación a los nombres de las vacunas, Soberana se refiere a quien posee autoridad suprema e independencia. Abdala es el nombre de un poema de un revolucionario cubano. Mambisa lleva el nombre de los guerrilleros cubanos que enfrentaron el colonialismo español en el siglo XIX.
La campaña de vacunación es una cuestión de orgullo nacional. En el exterior, la identidad de Cuba socialista está ligada a la salud. La Brigada Henry Reeve, creada en 2005, ha enviado médicos y personal de la salud a todo el mundo a enfrentar epidemias y catástrofes, y en los últimos meses, a combatir el covid-19. A finales de abril de 2020, más de mil médicos cubanos ayudaban a países extranjeros a enfrentar la actual pandemia. Semejantes avances de la medicina cubana que ha logrado poner a raya el coronavirus, y contribuye a combatirlo en el mundo, se dan pese al bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por Estados Unidos y a las limitaciones a la hora de la distribución de patentes.