jueves, marzo 28, 2024
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Crisis en el Medio Oriente: Todos bombardean a Siria

El ingreso formal de Rusia en el conflicto sirio es una advertencia contra los planes hegemónicos de Washington en la región. La artillería rusa ha sido más efectiva en dos semanas, que la norteamericana en más de un año de intervención directa

Escenas de destrucción y muerte en Siria.
Escenas de destrucción y muerte en Siria.

Alberto Acevedo

La primera lectura que se desprende de la participación de fuerzas navales rusas, en el conflicto sirio es la decisión de apoyar a un gobierno legítimo, salido de la voluntad de su pueblo en las urnas; en defensa de una sociedad agredida, de poblaciones enteras que día a día son destruidas a punta de bombardeos, decapitaciones, fusilamientos sumarios. Es la decisión de combatir fuerte y claramente a quien hay que combatir.

Pero al mismo tiempo, la intervención de la Federación Rusa busca la destrucción del Estados Islámico, como representante del fundamentalismo religioso de la rama suní del Islam, y a partir de allí facilitar la coyuntura política, con base en un verdadero diálogo nacional, representativo y democrático, de buscar una salida de transición a la actual crisis política siria.

Los primeros disparos de misiles rusos sobre objetivos del Estado Islámico, se produjeron el pasado 30 de septiembre. En realidad, la Federación Rusa participa en una coalición de apoyo al gobierno de Bashar Al-Assad, de la que hacen parte también Irán, junto al Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), el ejército sirio y el ejército iraquí.

En tan corto tiempo, la artillería rusa ha demostrado ser más efectiva que los disparos de la Flota Norteamericana sobre la región, que interviene en el mismo escenario de guerra desde hace más de un año. En efecto, la participación norteamericana no había logrado hacer retroceder a las fuerzas del EI, que por el contrario, conseguían avances en algunas regiones de Siria.

Estados Unidos utilizó la táctica de financiar, entrenar y suministrar armamentos a una serie de grupos calificados por la Casa Blanca como “rebeldes moderados”, opuestos al gobierno de Al-Assad. Lo que muestra la práctica es que tales fuerzas “moderadas” no existen y el armamento entregado a estos grupos, rápidamente pasó a manos de fundamentalistas como el Estado Islámico, Al-Qaeda, y en general las fuerzas terroristas conocidas como los salafistas.

Repliegue

En cambio las tropas rusas en pocas semanas identificaron y destruyeron al menos 50 objetivos enemigos y por primera vez en la actual ofensiva de los grupos fundamentalistas, éstos comenzaron a replegarse. El EI tuvo que abandonar varias regiones del norte de Siria, y es probable que esta misma semana los disparos rusos se dirijan contra objetivos estratégicos en ciudades importantes como Alepo y Palmira.

Una novedad en el terreno militar es que Rusia estrenó por primera vez sus misiles crucero. En efecto, 26 de estos modernos artefactos fueron disparados desde el Mar Caspio, contra objetivos del Estado Islámico, destruyéndolos en su totalidad. Constituyeron el primer uso operacional de ultramodernos misiles crucero SSN-30A Kalibr, capaces de ubicar y atacar objetivos a 1.500 kilómetros de distancia.

El Pentágono norteamericano no sabía que los misiles Kalibr podían ser disparados desde barcos pequeños. Esto plantea un enorme reto frente al poderío bélico norteamericano, que requiere de gigantescos barcos paran el disparo de misiles Tomahawk, los más parecidos al arsenal ruso.

En medio del desconcierto en la Casa Blanca, al almirante William Gortney, del Consejo Atlántico se le ocurrió decir que la aviación y los misiles crucero rusos representan una nueva amenaza para la defensa estratégica de los Estados Unidos. En realidad una amenaza directa en esta dirección no existe.

Lo que les espera

Pero en un escenario de tercera guerra mundial, los misiles y submarinos serían las armas decisivas y no los enormes portaaviones al estilo norteamericano. La tecnología rusa revela el fin del monopolio norteamericano sobre los cruceros de largo alcance. En todo caso, sí hay un mensaje al comando estratégico de los Estados Unidos: “¿Muchachos, quieren pelear con nosotros? Miren a lo que se exponen”.

En el Medio Oriente, quienes han puesto el grito en el cielo por la intervención rusa en el conflicto sirio, han sido Israel, principal aliado de los Estados Unidos y los gobiernos títeres de Turquía, Arabia Saudita y las monarquías feudales del Golfo Pérsico. Todos a una alertan sobre el ‘peligro’ que Moscú y Teherán intervengan en defensa del pueblo sirio.

Y aunque desde otros sectores que posan de objetivos, se critica a Rusia por esgrimir una política intervencionista que favorece sus intereses en la región, los misiles crucero rusos son en lo inmediato un muro de contención a las guerras de agresión en el Oriente Medio. Políticas intervencionistas que en el caso de Siria, ya han causado 250 mil muertos, un millón de heridos, ocho millones de desplazados internos y cuatro millones de refugiados. Además de la destrucción de la infraestructura, y de valiosos bienes culturales. A tal extremo, que algunos afirman que Siria como país ha dejado de existir y hoy se reduce a un campo de batalla, peor que Afganistán e Irak juntos.

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