viernes, abril 19, 2024
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Constituyente, centro de la discusión

Empieza décima ronda en La Habana. Los voceros del Gobierno Nacional y de las FARC-EP debaten sobre el significado e importancia de la Asamblea Nacional Constituyente en desarrollo del segundo tema sobre participación política

El fin de la semana pasada, una delegación del Partido Comunista Colombiano, integrada por Jaime Caycedo y Carlos Lozano, se reunió en La Habana con la Delegación de Paz de las FARC-EP. Intercambiaron opiniones sobre el proceso de paz. En la foto los dirigentes comunistas con Ricardo Téllez, Andrés París, Marco León Calarcá y Yuri.
El fin de la semana pasada, una delegación del Partido Comunista Colombiano, integrada por Jaime Caycedo y Carlos Lozano, se reunió en La Habana con la Delegación de Paz de las FARC-EP. Intercambiaron opiniones sobre el proceso de paz. En la foto los dirigentes comunistas con Ricardo Téllez, Andrés París, Marco León Calarcá y Yuri.

Carlos A. Lozano Guillén

El pasado martes 18 de junio empezó la décima ronda de conversaciones entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP, luego de un retraso de ocho días respecto de la fecha en que debía comenzar, debido a que ambas partes, en comunicado conjunto, así lo decidieron para que las dos delegaciones por separado estudiaran las relatorías del reciente Foro sobre Participación Política, organizado por las Naciones Unidas y la Universidad Nacional en Bogotá.

Fue la forma hábil e inteligente como eludieron los efectos de la crisis que salpicó a la mesa tras la reunión del presidente Juan Manuel Santos con el golpista venezolano Henrique Capriles, y del absurdo anuncio del primer mandatario de que Colombia ingresaría al bloque militar agresivo de la OTAN, viejo esperpento militarista de la “guerra fría”, lo que desató la reacción del vecino país bolivariano y de otros países del continente.

Las relaciones con Venezuela y con el gobierno bolivariano son un punto sensible en el proceso de paz. Para Iván Márquez, “si no hubiera sido por Venezuela las FARC no estarían en La Habana”; mientras que para Humberto De la Calle Lombana, “Venezuela no solo fue importante para iniciar el proceso de La Habana, sino que es fundamental para el logro de la paz”.

ANC y elecciones

Sin que se haya recobrado de manera plena la confianza, y a la expectativa de la cumbre de los presidentes Nicolás Maduro y Juan Manuel Santos, se reanudó la Mesa de Diálogo. Aunque comenzó con el debate público entre los principales voceros de las dos partes sobre la pertinencia o no de la Asamblea Nacional Constituyente, propuesta de la insurgencia, acompañada de otra no menos polémica en el sentido de postergar las elecciones por un año a fin de evitar la presión de los tiempos fatales.

“Con el aplazamiento de las elecciones se le da tiempo a la discusión y le salimos al paso a la presión de los tiempos electorales y de los tiempos legislativos con los que se corre el peligro de un mal acuerdo”, dice Iván Márquez. El Gobierno Nacional, por boca del presidente Santos y del jefe de la delegación en La Habana, Humberto de la Calle Lombana, opinó que “no existe la más mínima posibilidad de que se aplacen las elecciones”. De nuevo remplazan el diálogo entre las partes, como está acordado, por el debate público. Ha sido la constante gubernamental. Responder con un no rotundo a las propuestas insurgentes.

Las FARC aspiran a que se abra un debate nacional con los partidos políticos y las organizaciones sociales y populares sobre la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente y la conveniencia de postergar las elecciones. Hay unas líneas rojas en los diálogos, que van quedando pendientes y que son temas de vital importancia para la paz estable y duradera. ¿Cómo concertarlas para que no empantanen el acuerdo final? Para las FARC ello es posible en la Asamblea Nacional Constituyente. La consideran viable y legítimo escenario del constituyente primario.

“Líneas rojas” o “cláusulas frízer”

En el tema agrario, por ejemplo, primer punto de la agenda, hubo el acuerdo parcial histórico, pero quedaron pendientes otros que son fundamentales para erradicar la pobreza en el campo. Los acuerdos están contenidos en 25 páginas. Son bastantes y no de poca monta. Varios puntos fueron propuestos en los foros y por vía de las organizaciones agrarias, sociales y populares, pero otros quedaron en el congelador sobre la base de que “nada está acordado hasta que todo esté acordado”.

¿Cómo superar los disensos? Basta citar uno: el de la tenencia de la tierra que es un inamovible del Gobierno, pero para las FARC es esencial. Inclusive, también para las Naciones Unidas, pues en el Informe de Desarrollo Humano de 2012 sobre Colombia quedó consignado que sin una redistribución más democrática de la tierra será difícil el logro de la paz.

Hay otros temas que están pendientes. Son las “líneas rojas” para el Gobierno y “cláusulas frízer” para la guerrilla, que no se conocen en su totalidad por el acuerdo de confidencialidad, pero que son demasiado importantes para la insurgencia, claves para el progreso social y la erradicación de la pobreza en el campo. Iván Márquez dice que “no estamos dispuestos a aceptar nada que esté por debajo de las conquistas del movimiento agrario y menos de sus necesidades más importantes”. Se espera que al final de esta ronda se conozcan, porque Gobierno y guerrilla deben hacer un balance de lo acordado y de lo que está pendiente para darle un informe claro y conciso al país y al mundo.

Para definir estos temas pendientes, inamovibles “líneas rojas” del Gobierno, es procedente la Asamblea Nacional Constituyente, dicen las FARC-EP, la cual también fue propuesta en el Foro de Participación Política y llega con fuerza en las iniciativas consignadas en las relatorías de la ONU y de la Universidad Nacional. Casi todos los partidos políticos la respaldaron, además de organizaciones sociales y populares.

Participación política

El segundo tema de la agenda contenida en el “Acuerdo General para ponerle fin al conflicto y construir una paz estable y duradera” comienza, entonces, bajo los efectos del acuerdo parcial sobre el tema del Desarrollo Agrario Integral y de la crisis reciente aun no resuelta. Sin embargo, las FARC-EP, dicho por los miembros de la Delegación de Paz, están resueltas a jugársela para defender la permanencia de la Mesa y abrirle el camino a un acuerdo final concreto, sin afanes ni tiempos fatales.

El pasado miércoles 12 de junio, los delegados de la ONU y de la Universidad Nacional entregaron las relatorías del reciente Foro de Participación Política, realizado en Bogotá los días 28, 29 y 30 de abril, que contienen las memorias de los paneles y los debates en comisiones, así como el conjunto de las propuestas, cerca de un millar, insumos para el debate que reflejan el interés de la “sociedad civil” por entregar sus aportes e iniciativas.

Al comenzar la décima ronda las FARC-EP hicieron 10 propuestas concretas, incluyendo la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente y otras para garantizar la participación de las comunidades, que le da especial significado a la llamada democracia participativa. También están consignados aspectos sobre medios de comunicación y reformas políticas avanzadas.

Las FARC consideran que no es “reduccionista el tema de la participación política”, refiriéndose a que el Gobierno y la información de los grandes medios de comunicaciones limitan el punto de manera exclusiva a las garantías para la participación política de la insurgencia. Precisamente, los diez puntos propuestos, según dicen voceros de la delegación de paz de la guerrilla, salieron de lo planteado en los foros nacional y regionales.

Es parte de la inquietud de las organizaciones sociales y populares, así como de organizaciones de la izquierda; también para oxigenar la democracia con el Estatuto de la Oposición y para que hechos como el genocidio de la Unión Patriótica no puedan repetirse. El tema del reconocimiento de la personería jurídica a la UP en el marco de la estricta reparación política y a los familiares de las víctimas está planteado en este contexto.

Así las cosas, lo atinente a la participación política será un tema de debate profundo, igual o más largo en el tiempo que el anterior, para llegar a un acuerdo. El Gobierno Nacional debe bajarse de la nube de los tiempos fatales y de los acuerdos fáciles cuando se trata es de construir democracia y espacios de participación ciudadana en la toma de decisiones.

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