jueves, marzo 28, 2024
InicioEdición impresaCon conciencia no violenta

Con conciencia no violenta

Encuentro de Jóvenes por la Paz, los Derechos Juveniles y la Paz con Justicia Social, en Malambo (Atlántico)

Redacción Juvenil

El 10 y el 11 de agosto, cerca de 500 jóvenes de Barranquilla, Malambo, Soledad, Galapa, Polo Nuevo y Baranoa, de expresiones como Gestores de Paz, Fundación Fe y Alegría, Asociación Nacional de Estudiantes de Secundaria, Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios, Red Juvenil del Suroccidente, Red de Universitarios, Juventud Comunista, Fuerza Patriótica Juvenil, Federación de Estudiantes Universitarios y del Sector Juvenil de Marcha Patriótica se dieron cita en el II Encuentro Departamental de Juventud, donde construyeron su lectura de la realidad del Atlántico y su situación como jóvenes, en la idea de aportar a una sociedad para la paz.

El primer día intervinieron en un panel del tema de paz Jaime Verdugo, secretario de Gobierno del Atlántico; el vocero de la Coordinación Nacional del Servicio de Paz y Justicia América Latina, Fabio Monroy; el Monseñor de la Iglesia Anglicana Fernando Sánchez; y William Monsalve, secretario general de la Juventud Comunista; que se expresaron en su mayoría a favor de la lucha por los derechos juveniles y de un sistema democrático para construir la paz.

El evento contó con comisiones de educación pública, seguridad social, y vida digna de la juventud, participación social y política de los jóvenes, contra la discriminación, por el respeto a la diversidad y por el libre desarrollo de la personalidad, calentamiento global, crisis ambiental y territorio, que entre otras mandataron a la juventud atlanticense en su declaración política:

“No ha calado la tesis de la solución guerrerista, porque no remedia el problema real; por el contrario, estamos abanderando la solución política y negociada del conflicto social, político y armado, que por más de medio siglo ha llenado de sangre la tierra fértil y las aguas mansas de Colombia”, dijo el evento.

El aporte de las juventudes atlanticenses a la búsqueda de la paz está enmarcadoa por la consecución del reconocimiento de los más amplios derechos por parte del Estado.

Y agrega la declaración: “Pero no nos basta el simple reconocimiento que no conlleve al efectivo cumplimiento de los mismos. Y estos derechos no pueden ser otros que la educación, la salud, el empleo digno, la igualdad social, el medio ambiente sano, la vivienda, la dignidad verdaderamente humana, la objeción de conciencia, la recreación, la cultura y, sobre todo, la libertad, entendida esta de la manera más amplia, como la de expresión, la sexual y reproductiva, entre otros”.

“El Espacio de Articulación Juvenil del Atlántico saluda las diversas iniciativas de paz, tanto a nivel internacional, nacional o local. Especial mención corresponde a los diálogos entre la insurgencia y el Gobierno, en La Habana (Cuba), esperando no sólo mayores esfuerzos y compromisos por las partes para llegar a buen término…”.

Redacción Juvenil habló con algunos asistentes al evento:

–¿Cuál piensas que deben ser los ejes para una sociedad en paz?

–Gloria Barrios: Comenzar por la igualdad de clases, porque estamos en una sociedad donde es una de las principales fuentes del conflicto. Además, crear una conciencia de no violencia porque la alternativa que mostramos a la violencia y guerra es generar espacios académicos, que concienticen a la gente de los movimientos no violentos. Como Gestores de Paz nos hemos comprometido a una conciencia de no violencia, que se convierte en una herramienta sociopolítica, siendo nuestra base la corriente de Ganhdi. Comienzan por los niños creando valores.

–¿Cómo piensas que el Estado debe contribuir a la paz y a la realización de los derechos juveniles?

–Garantizando nuestra participación activa en todos los procesos que ellos lideran, y que nosotros lideramos como organizaciones. Dándonos apoyo económico.

–¿Qué piensas de la estigmatización juvenil?

–Hace parte de la desigualdad social, pues simplemente se estigmatiza a algunos jóvenes, barrios y clases sociales. Además se genera violencia, pues hay maltrato, discriminación y sentimientos errados que se les inculcan a los jóvenes.

–¿Cómo crees que podríamos aportar los jóvenes a discusión de La Habana?

–Es un proceso complejo, pues los afectados somos toda la sociedad. El Gobierno no da participación en las discusiones, excluyendo a la sociedad de la verdadera problemática. La paz no se va a lograr con que se firme un acuerdo, pues no es una simple firma, dado que el conflicto no es solo de ellos, sino está en toda la sociedad.

–¿Qué piensas del servicio militar obligatorio?

–Qué no debe ser obligatorio, pues los jóvenes son los que deben decidir qué hacer en su vida. No se invierte en estudio obligatorio, y sí un servicio militar. Lo ideal sería que si el joven no se encuentra estudiando una carrera universitaria se le dé la oportunidad de hacerlo.

VOZ también conversó con Libardo Diago Velázquez, otro de los asistentes al encuentro.

–¿Cuál es el nombre de tu organización?

–Red Juvenil del Suroccidente. Desarrollamos acciones desde el suroccidente, suroriente y la localidad metropolitana de Barranquilla, y en el municipio de Baranoa, con hombres y mujeres jóvenes de estrato uno.

–¿Cuáles piensas que deben ser los ejes para una sociedad en paz?

–Primero, el reconocimiento como hombres y mujeres sujetos de derechos. Segundo, una sociedad que reconozca su propia historia, la construcción de una memoria para poder identificar aquellas vulneraciones que se dieron y no volver a repetirlas. Fortalecer los derechos como la igualdad, una vida digna, además de ejercicios de participación, libres de fenómenos como la politiquería y la corrupción, que están arraigados a las comunidades, se supere la pobreza, se reestructure el modelo educativo, que responda a las necesidades de niñas, niños y jóvenes.

–¿Cómo piensas que el Estado debe contribuir a la paz y a la realización de los derechos juveniles?

–Garantizando a hombres y mujeres jóvenes el libre derecho a la participación, toma de decisiones, en espacios incluyentes que sean construidos desde sus realidades, y que sean ellos mismos quienes ejecuten y direccionen las acciones que se proponen.

–¿Qué piensas de la estigmatización juvenil?

–Es una forma desde las instituciones del Estado de establecer cortinas de humo, sofismas, ocultando lo que realmente acontece, llamando a los jóvenes como generadores de la violencia, pero olvidando que existe una problemática mucho más amplia.

–¿Cómo crees que podríamos aportar los jóvenes a la discusión de La Habana?

–Ya los jóvenes han venido construyendo propuestas desde diferentes espacios. Lo que hay que hacer es articular esas propuestas, construyendo el espacio, ese medio donde se presenten, con la mirada joven, el sentir nuestro sobre la paz.

–¿Qué piensas del servicio militar obligatorio?

–Existen otras acciones más relevantes que empuñar un arma por los y las jóvenes. Desde temprana edad han estado reivindicando aquellos derechos, y subsanando aquellas necesidades que en sus comunidades el Gobierno no soluciona, y que no se le reconocen ni se les incentiva económicamente, resultando contradictorio con invertir en tiempo de servicio o de la tarjeta que te sirva como paso para acceder a un empleo o un título universitario. A esas acciones que se han venido haciendo, deben asumirlos como un verdadero servicio con el Estado, pues están trabajando con la comunidad.

Artículo anterior
Artículo siguiente
RELATED ARTICLES

Most Popular

Recent Comments