Cinco deudas con la Unión Soviética

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Cuando se cumplen cien años de la Revolución de Octubre y un cuarto de siglo de la caída de la Unión Soviética (simbolizada en un hecho anterior, la caída del Muro de Berlín), sigue estando de moda señalar algunas vergüenzas del sistema comunista. Hay que anotar que, en buena parte, el estigma viene de los medios de comunicación del mundo capitalista. No vamos a plantear un debate acerca de lo que era el comunismo clásico y lo que resultó ser el estalinismo –cuyas atrocidades fueron condenadas desde el mismo Partido Comunista de la URSS en 1956– pero sí es oportuno recordar algunas cosas que el mundo contemporáneo le debe a la URSS, deudas que nunca reconoce.

1. Derechos de la mujer.
Mientras que durante el siglo XIX se «otorgó» a las mujeres el derecho al voto, la primera oleada de cambios ocurrió a comienzos del siglo pasado. En el año 1917, solo cuatro grandes países (Australia, Finlandia, Noruega y Dinamarca) habían adoptado el sufragio femenino. La Revolución Rusa de 1917 defendió la igualdad de derechos para todos, lo cual asustó a quienes pensaban que las feministas podían verse atraídas por el comunismo y unirse a los bolcheviques para exportarlo a los países occidentales. La mejor manera de cortar de raíz semejante amenaza era permitir que las mujeres votaran. Inglaterra y Alemania lo legalizaron en 1918, Estados Unidos en 1920, y otras potencias tomaron después el mismo camino a excepción de Francia (égalité, igualdad, pero no para las mujeres), que esperó a 1944 para reconocer ese derecho básico. En América Latina, las mujeres votan desde 1927 en Uruguay, 1929 en Ecuador, 1932 en Brasil, 1947 en Argentina y, tardíamente, en Colombia desde 1957.

2. Legislación laboral.

Esto es obvio. Gracias a la presión que ejerció el comunismo sobre el capitalismo, en la mayoría de los países de Europa Occidental la semana laboral es de cinco días, hay vacaciones pagadas, permisos de maternidad y de paternidad, cobertura de salud y normas de seguridad para operarios, entre muchas otras reivindicaciones que a menudo se consiguieron a través de la lucha social. «Nunca logramos ver la faceta humana del comunismo, pero gracias a la URSS, sí vislumbramos un lado más humano del capitalismo», comenta la observadora india Aanchal Anand. Hay que tenerlo en cuenta en estos días de las contrarreformas del presidente Trump y del ascenso de la extrema derecha en Europa.

3. La Segunda Guerra Mundial y la reconstrucción posbélica.

La Unión Soviética desempeñó el papel fundamental en la derrota de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. Las batallas de Stalingrado y Kursk aniquilaron la guerra relámpago de Hitler y cambiaron el curso de la contienda. La URSS perdió 23,4 millones de personas (más que en Alemania y más de 26 veces el número de muertes que sufrieron los Estados Unidos y el Reino Unido juntos), sin hablar de las pérdidas materiales. Por algo la victoria en la Segunda Guerra Mundial sigue siendo el acontecimiento histórico que más enorgullece a los rusos. Tan pronto concluyó la guerra se diseñó el Plan Marshall, porque los países aliados de Occidente no querían que Europa se contagiara de comunismo cuando reinaban el hambre y la desolación. El plan se implantó bajo la condición de que los comunistas fueran excluidos de los parlamentos de los países receptores de ayuda. Por ejemplo, el Congreso francés lo votó en una sesión fugaz citada a espaldas del fuerte bloque comunista. ¡Vive la democratie!

4. El camino anticolonial.

Mientras que el imperialismo alimentaba la maquinaria industrial y capitalista, la URSS defendía la causa de las colonias que luchaban por su liberación, especialmente en África, y a los que habían logrado recientemente su independencia. No son secretos los apoyos soviéticos a la lucha libertaria de la India, Argelia y Sudáfrica o a la consolidación de China y el sudeste asiático. Para naciones pobres que buscaban ponerse en pie, la ideología comunista podía resultar atractiva. De alguna manera el poder militar soviético fue en su momento un tatequieto a los planes más agresivos del colonialismo.

5. Descubrimientos científicos.

La ciencia soviética estuvo a la vanguardia del mundo. La URSS lanzó al espacio el primer satélite artificial, al primer hombre y a la primera mujer. También estuvo a la vanguardia de las ciencias físicas y matemáticas y de la televisión. Los soviéticos se llevan la medalla de haber creado órganos artificiales, el primer helicóptero, la xerografía y, por qué negarlo, poderosas armas que van desde bombas nucleares hasta el sencillo y efectivo fusil AK-47, utilizado por ejércitos formales y por bandas armadas a lo largo y ancho del planeta.
A estas cinco deudas del mundo con la URSS podemos agregar que los gobiernos soviéticos siempre cultivaron y difundieron el patrimonio literario y artístico suyo y ajeno, al tiempo que estimularon la mejor cualidad del pueblo que hoy constituye la Federación Rusa: una singular combinación de sencillez, paciencia y firmeza.

Entre muchas inquietudes, nos quedan dos preguntas: si hoy existiera la abominable Unión Soviética, ¿se habría atrevido Occidente a emprender aventuras como las de Afganistán, Irak y Siria? ¿Por qué la prensa de Occidente no ha vuelto a echar pestes contra el Muro de Berlín?

Hace falta la Unión Soviética.

(Se utilizó una reflexión de Aanchal Anand, RBTH).