jueves, marzo 28, 2024
InicioVisiónCulturalCentenario de la muerte de Rubén Darío

Centenario de la muerte de Rubén Darío

Su obra marcó una huella muy grande en la historia de la literatura de letras castellanas.

Ruben Dario

Hernán Ortiz Rivas

La vida y la obra de un gran hombre de letras, como Rubén Darío, no puede condenarse en un breve y ligero artículo periodístico. En esta oportunidad, sólo vamos a recordar que en el presente año, se cumple un centenario de su muerte física, ocurrida un 6 de febrero de 1916, porque sigue vivo en su existencia literaria, como un formidable “libertador”, según el calificativo dado por Borges, al extraordinario nicaragüense. En efecto, con Rubén Darío, las letras castellanas adquirieron una nueva visión libertadora de la poesía y en ensayos tradicionales, sin duda grandiosos; pero que se habían detenido en su esplendor, que Rubén Darío transformó, enriqueció, liberó, mediante un ritmo fresco, una métrica inédita, una permanente actualidad, sin haber perdido su fuerza castiza de estirpe americana, latina, en sus bellos cantos a América y España.

Nacimiento

Félix Rubén García Sarmiento, nacido un 18 de enero de 1867, en Metapa (hoy ciudad Darío), Departamento de Segovia, desde muy joven empezó a escribir versos con la firma Rubén Darío, cuyo segundo nombre lo tomó de una tradición del abuelo, que había cambiado su apellido por el de Darío.

En plena juventud viajó a Managua, donde se enamoró perdidamente de una bella mujer, por lo cual, fue enviado a El Salvador, regresando pronto a su patria para publicar su primer libro de poesía, en 1866 emprendió un viaje a Chile, donde se dedicó al periodismo, para retornar a Centro América, viajar luego a España, como delegado de Nicaragua al IV Centenario del Descubrimiento de América. Cuando estuvo en Buenos Aires, el gobierno de Colombia, a cargo de Rafael Núñez, lo nombró cónsul en la Argentina en representación de nuestro país, nombramiento que produjo una fuerte reacción de Vargas Vila, que lo llamó “poeta cortesano” al servicio de una dictadura. Más tarde, los dos hombres de letras se reconciliaron, gracias a una nota de Rubén Darío, generada en una falsa noticia del suicidio de Vargas Vila, en compañía de una bella dama, información falaz; no sobra recordar que Vargas Vila escribió un hermoso libro sobre Rubén Darío, a los pocos años de la muerte del nicaragüense, que evocamos en un libro nuestro en próxima publicación.

La vida de Rubén Darío iba y venía en medio de viajes y producción literaria, vida que tan solo alcanzó unos cuarenta y nueve años, de los cuales, la mayoría los dedicó a su obra poética y ensayística, que ha sido un faro administrador de las letras castellanas. En 1906 viajó a Río de Janeiro, como diplomático de Nicaragua, de allí volvió a Europa, más tarde a su patria, para morir en la fecha indicada. A pesar de la brevedad de su vida, su obra en verso y ensayo, fue abundante, obra que ha sido publicada profusamente, por diferentes casas editoriales. Aquí, no podemos referirnos a la obra de Rubén Darío, que repetimos, marcó una huella muy grande en la historia de la literatura de letras castellanas. Rubén Darío, fue poeta, ensayista, diplomático, literato, viajero incansable, hombre al que le gustaba vivir bien, comer exquisito, beber buen vino, rodearse de hombres y mujeres prestantes de Estado y toda la sociedad civil, especialmente de las personas consagradas a las letras y las artes.

RELATED ARTICLES

Most Popular

Recent Comments