viernes, marzo 29, 2024

Cartas

Republiquetas independientes

Esta expresión, utilizada por el ex ministro de Agricultura Juan Camilo Restrepo en alguna oportunidad, bien puede aplicarse a ciertas empresas de servicios públicos que actúan como si estuvieran por encima de la estructura institucional del país. ¿Desde cuándo, nos preguntamos los ciudadanos de bien, cada ocho días una empresa coloca el servicio de agua durante dos días para luego dejar la cabecera municipal (con diez mil habitantes) sin ese mismo líquido durante cinco o seis días, argumentando siempre “rupturas en las líneas de conducción, de Ricaurte a Agua de Dios?

¿Y desde cuándo las denominadas autoridades locales, incluyendo adicionalmente al defensor de los derechos ciudadanos y a los “representantes” del pueblo (cabildantes), no actúan abierta y contundentemente para exigir la solución a tan grave problema que ya tiene al borde de una emergencia humana y sanitaria al municipio y sus habitantes?

Es por eso que pareciera ser que, bajo la protección (por omisión o complicidad) del Estado a nivel local, existen en ciertos municipios unas republiquetas independientes a las cuales no llega la acción de ese mismo Estado y a quienes no se les puede obligar a que cumplan sus obligaciones porque tienen “autonomía”; es decir, que la privatización de las empresas de servicios públicos trajo la anarquía al sector.

Lo grave es que, a diferencia de muchas poblaciones colombianas que bajo el liderazgo de organizaciones políticas y sociales exigen enérgicamente respeto para sus derechos, Agua de Dios no se moviliza para meter en cintura a las llamadas autoridades locales ni a esas republiquetas independientes. Ernesto Aristizábal Reyes.

En la foto de izquierda a derecha: Carlos Héctor Espinosa Correa, socio y gerente de Ingeagua, operadora del acueducto de Tocaima y Agua de Dios (Cundinamarca); Juan Carlos Rico Infante socio de Ingeagua; Miguel Ángel Sáenz, socio de Ingeagua; el alcalde de Agua de Dios Jorge Humberto Garcés; el alcalde de Tocaima Fernando Afanador; el director de Tocagua, Fernando Reyes; el personero municipal Fabián González y el secretario de Gobierno Hernando Acevedo.
Ceremonia en que Ingeagua asumió la operación del acueducto de Tocaima y Agua de Dios. En la foto: Carlos Héctor Espinosa Correa, socio y gerente de Ingeagua; Juan Carlos Rico Infante, socio de Ingeagua; Miguel Ángel Sáenz, socio de Ingeagua; el alcalde de Agua de Dios Jorge Humberto Garcés; el alcalde de Tocaima Fernando Afanador; el director de Tocagua, Fernando Reyes; el personero municipal Fabián González y el secretario de Gobierno Hernando Acevedo.

Corrupción colectiva

La manera permisiva de la Justicia colombiana con el delincuente de cuello blanco es la razón esencial para delinquir en este territorio de corruptos. El poderío económico es, precisamente, el atractivo y lo importante. La honra se supedita al enriquecimiento fácil. También halagan las escasas penas beneficiadas, en ocasiones, por falsos testimonios y donativos a funcionarios que circulan y abundan en la complicidad delincuencial. Es un deber del Estado hacer devolver los dineros y bienes robados por las mafias con gran perjuicio al erario y a los más pobres del país.

En estos casos de grandes enriquecimientos es prioritario la consecución de lo hurtado y el castigo penal merecedor. La ciudadanía no solo está indignada sino que ha entrado en pánico colectivo ante los inmensos negociados bogotanos. Esperamos, aunque nos provoque infarto, se investigue a todas las mafias de la contratación colombiana. La cultura mafiosa se ha multiplicado en todas las esferas y niveles, por lo tanto obliga una lucha tenaz y constante del Estado con la colaboración colombiana. Omar León Muriel Arango (vía internet).

Enérgica protesta

Con todo respeto permítanme protestar por el artículo de la edición 2689, página segunda, sobre Tanja la guerrillera holandesa. Es de una frivolidad total, impropia para un periódico del prestigio y la calidad de VOZ. Es machista, sin destacar los valores realmente fuertes que ella tiene como guerrillera internacionalista, más allá de su belleza física. Quiere ser una nota de humor pero no lo logra. El humor en periodismo debe ser fino, de fondo y no formal. Es una nota inocua que me atrevo a criticar porque nuestro semanario es serio y sus artículos son didácticos y de un alto contenido político e ideológico. Camilo López T. (Vía internet).

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