El panorama compromete a los ciudadanos decentes a votar por el sí, no solo para garantizar la paz, sino para que el mundo no crea que los colombianos apoyamos a los delincuentes.
José Ramón Llanos
El refrán expresa: “dime con quién andas y te diré quién eres”. La Biblia afirma: “por sus frutos los conoceréis”. Esas palabras de inigualable sabiduría debemos aplicarlas para valorar moralmente a las personas que en el plebiscito del 2 de octubre voten sí o no. Veamos qué personas e instituciones apoyan una u otra decisión.
El Papa, cúspide del mundo moral católico, con el respaldo del Vaticano, la más antigua y sabia expresión de la diplomacia mundial, en distintas ocasiones y escenarios ha expresado su apoyo incondicional al proceso de paz y su mecanismo aprobatorio. Todos los medios han difundido esa aprobación.
La máxima institución política surgida en la posguerra, la ONU, constituida por todos los países del orbe, no solo medió a lo largo del proceso, además aprobó las conclusiones finales y aceptó ser garante del desarme de las FARC-EP.
Fatou Bensouda, fiscal de la Corte Penal Internacional, también elogió el acuerdo de paz. La Unión Europea también apoya el acuerdo firmado en La Habana. Los nobeles de paz se han expresado elogiosamente. En síntesis: hay un apoyo mundial a la paz construida en la isla antillana
Por otra parte, Álvaro Uribe Vélez y sus incondicionales miembros del Centro Democrático hacen campaña por el no, tienen el apoyo moral y material de fugitivos de la ley colombiana como Andrés Felipe Arias, detenido en Miami; Luis C.Restrepo, quien deambula por todo el mundo eludiendo la acción de la justicia nuestra; asesinos como Arana, exembajador de Uribe en Chile; el exdirector del DAS Jorge Noguera, autor intelectual del crimen del docente universitario Correa de Andreis; los exmilitares autores de los falsos positivos; los parientes del expresidente, unos detenidos por sus relaciones con los paramilitares, otro senador con pena cumplida por el mismo delito, un hermano acusado de pertenecer a los Doce Apóstoles, detenido en una institución militar.
La élite moral de quienes apoyan el no en el plebiscito la completan: Jorge Pretelt Chaljub, exmagistrado declarado indigno por el Senado de la República por sobornar a una empresa para favorecerla en un juicio; Diego Palacio y Sabas Pretel, exministros del gobierno de Álvaro Uribe, condenados por el delito de cohecho. Ese panorama compromete a los ciudadanos decentes a votar por el sí, no solo para garantizar la paz, sino para que el mundo no crea que los colombianos apoyamos a los delincuentes. ¡A votar por el sí!