
A las proezas de Rigoberto Urán, Esteban Chaves, Sergio Luis Henao y Nairo Quintana entre otros, se suma el tercer lugar de Miguel Ángel López en la segunda competencia ciclística más importante del mundo
Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino
Hace algunos años, cuando Miguel Ángel Supermán López montaba a diario en su bicicleta para ir a estudiar a un colegio en una vereda Pesca, en Boyacá, nunca se imaginó que años después sus pedalazos, que en ese momento lo acercaban a metas académicas, lo llevarían a ser reconocido mundialmente en el ciclismo.
Tampoco lo imaginó cuando competía en pequeñas pruebas realizadas en festividades y bazares de fines de semana ni cuando compitió en Sogamoso y fue visto por el técnico Rafael Acevedo. Sí pudo imaginar un futuro en el ciclismo cuando 15 días después estaba compitiendo en la Vuelta al Porvenir, en la que fue 13 entre más de 200 corredores.
El podio
En el transcurso del pasado y su primer Giro de Italia, en el que fue tercero luego de Chris Froome y Tom Dumoulin quienes ocuparon el primer y segundo lugar respectivamente, estuvo en constante comunicación con su descubridor el técnico Rafael Acevedo, quien comentó a VOZ que en la primera semana y media de la carrera el Supermán estuvo muy enfermo: “Lo aquejaban dolores de garganta y tenía gripa, no podía respirar muy bien”.
Pero también se sobrepuso a la pérdida de tiempo por dos caídas en la carrera, una antes de un prólogo en el reconocimiento del recorrido esa misma mañana, que lo obligó a correr dolorido y con mayor precaución.
“Luego tuvo la otra caída en carrera. Claro, eso le baja la moral a uno porque va perdiendo la posibilidad de sus objetivos por segundos. Y usted sabe que un segundo que se pierda es muy difícil después de descontar. Él iba día a día mejorando, me decía que se iba sintiendo mejor. Ya nos dimos cuenta que es un corredor para tres semanas. Es la gran diferencia con quienes iban adelante y se desplomaron”, explica el profesor Rafael Acevedo, haciendo mención a Fabio Aru, Simon Yates, Esteban Chaves y Thibaut Pinot, y aclarando también que es algo normal que le puede pasar a cualquiera.
Esas pérdidas de energía o esos días en que el cuerpo cobra los sobreesfuerzos hechos en etapas anteriores también los ha padecido el Supermán, quien en una entrevista para este medio hace algunos años comentó: “Uno llega al punto que el cuerpo no le da más, uno empieza a mirar negro, a quedar sin fuerzas, a creer que se va a desmayar; eso es muy berraco. Entrenando y corriendo me ha dado la pálida, algunas veces faltando por ahí 20 kilómetros para llegar a la meta me da la pálida, como en la Clásica de Girardot que por eso perdí siete minutos.
“Es diferente que a uno le dé eso en un entrenamiento porque para, come, descansa, el cuerpo coge calorías y arranca, pero corriendo no se puede parar. En esos momentos uno piensa en la familia, en los amigos, en la gente que lo estima a uno. Pero son momentos de crisis donde uno piensa ‘yo por qué me metí a esto, esto no es lo mío’. Uno piensa hasta en retirarse. Pero cuando se tranquiliza y se concientiza, continúa y llega así sea perdiendo mucho tiempo”.
La defensa
Para la tercera semana de Giro el Astana creyó posible descontar los 37 segundos que le aventajaba el francés Pinot a López, que lo metían al podio, más si se tenían en cuenta las condiciones de altimetría de la etapa 20. Por eso, el propósito era atacar en los últimos kilómetros, aunque no fue necesario por la crisis que sufrió el galo, que lo sacó de los primeros puestos y por los esfuerzos que había hecho los días anteriores.
Pero sí tuvo que esforzarse para defenderse de los ataques del ecuatoriano Richard Carapaz, del Movistar, quien también disputaba podio y camiseta blanca que representa al mejor de los jóvenes o menores de 25 años. Maglia blanca que tampoco perdió el colombiano y con la que llegó a Roma.
Miguel Ángel López ha cosechado varios títulos internacionales que lo han venido perfilando como otro de los grandes del ciclismo. Los más importantes son el Tour del Avenir, la Vuelta a Suiza, la Milán-Turín y el reciente podio en Italia. Pero para llegar a esos logros también ha sufrido accidentes en carreras y entrenamientos que lo han sacado de competencia por meses.
Es en estos casos donde la fortaleza mental es fundamental para que el deportista continúe. Según su extécnico, Rafael Acevedo, esta es grande porque Supermán sabe de sus condiciones y del futuro que le espera: “Él está bien físicamente, económicamente, tiene un núcleo familiar que lo rodea y le da confianza. Siempre estamos hablándole al oído, diciéndole que es uno de los mejores y eso es fundamental en el desenvolvimiento deportivo”.
Por ahora, viene un periodo de descanso para el corredor quien en junio estará en Boyacá, para luego regresar a Europa y afrontar lo que resta de temporada, en donde seguramente está planeado por su equipo correr la Vuelta a España.
