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Bolívar, maestro y formador

El 24 de julio se cumple un nuevo natalicio del político y militar venezolano. En esta ocasión, VOZ lo recuerda por sus valiosos aportes a la instauración de la escuela en la Gran Colombia y las propuestas educativas que promovió en su época

José Ramón Llanos

Con ocasión de cumplirse este 24 de julio los 240 años del nacimiento de Simón Bolívar, consideramos útil destacar los aportes que hizo para la instauración de la escuela en la Gran Colombia y las propuestas educativas y pedagógicas que hizo, no obstante, el enorme tiempo que dedicó al objetivo principal de su vida, la Independencia de la parte norte de Suramérica.

Fue maestro porque enseñó a sus conciudadanos a organizar la República y la necesidad de educar a los ciudadanos y a salvaguardar la unidad y la soberanía nacional.

No son muchos los historiadores y ensayistas que han destacado las propuesta educativas y pedagógicas de Simón Bolívar, entre otros, Salcedo Bastardo, Armando Rojas, Emil Ludwig y Luis Beltrán Prieto, quienes identifican a El Libertador como forjador de la escuela de la Gran Colombia y también le reconocen sus reflexiones sobre pedagogía.

Casi todos encomian como manifestaciones de un pensamiento pedagógico, la carta en que Bolívar señala como debe orientarse la educación de su sobrino Fernando Bolívar.  Carmen Neissa de Mantilla sugiere que El Libertador, “sentó fundamentos educacionales que coinciden con los de la hoy denominada Pedagogía Activa y con las bases de importantes sistemas de educación integral que, en los albores del tercer milenio, forman las juventudes”.

Las propuestas pedagógicas

En efecto son observaciones de tipo pedagógico. Algunos de estos historiadores reconocen en esas ideas el rol jugado por Simón Rodríguez, quien desde temprana edad fungió como su maestro y posteriormente, en la primera juventud, acendró la formación de El Libertador en Europa. En varias cartas dirigidas al general Francisco de Paula Santander, al militar irlandés Daniel Florencio O’Leary y al mismo maestro caraqueño hace este reconocimiento.

En carta dirigida desde Pativilca en 1824, le dice: “Sin duda es Ud. el hombre más extraordinario del mundo… usted formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso. Yo he seguido el sendero que Ud. me señaló (…) Ud. fue mi piloto. No puede Ud. figurarse cuán hondamente se han grabado en mi corazón las lecciones que Ud. me ha dado, no he podido jamás borrar ni siquiera una coma de las grandes sentencias que Ud. me ha regalado”.

La Cámara Moral y la Cámara de la Educación

Bastaría la lectura del discurso de Simón Bolívar en el Congreso de Angostura, en 1819 para identificar el rol jugado como forjador de la escuela de la Gran Colombia. En las propuestas de la Constitución encontramos una cuestión excepcional, la llamada Cámara Moral. Difícilmente encontramos en otro de los maestros o políticos independentistas que hayan identificado la posibilidad de una Cámara Moral. De esta hacía parte la Cámara de la Educación.

Vale la pena destacar el primer artículo de la sección Atribuciones de la Cámara de la Educación. Allí encontramos con bastante antelación identificado el importantísimo rol jugado por las madres en la educación de los niños. Sugerencia destacable por el hecho que en esa época eran muy pocos quienes le reconocieran alguna importancia a la mujer en la sociedad.

El texto del artículo primero dice: “Artículo primero. La Cámara de la Educación está encargada de la educación física y moral de los niños, desde su nacimiento hasta la edad de 12 años cumplidos. Artículo segundo. Siendo absolutamente indispensable las madres para la educación de los niños en sus primeros años, y siendo estos los más preciosos para infundirles las primeras ideas…”.

En el discurso de Angosturas, en 1819, Simón Bolívar llama la atención a los legisladores sobre la necesidad de convertir la educación en el pilar para hacer repúblicas democráticas y hombres libres y culmina la parte de este discurso con la siguiente sentencia: “La educación popular debe ser el cuidado primogénito del amor paternal del Congreso. Moral y luces son los polos de una República, moral y luces son nuestras primeras necesidades”. Y en muchos otros discursos El Libertador llama la atención sobre la imperiosa necesidad de educar al pueblo para que pueda elegir conscientemente a sus mandatarios.

En aplicación de estas ideas, El Libertador mediante decreto emitido en Villa del Rosario de Cúcuta el 20 de mayo de 1820, determinó los contenidos programáticos de la enseñanza y estableció por primera vez en nuestros países bolivarianos la educación gratuita, universal y obligatoria. Allí expresó: “todos los jóvenes mayores de 4 años y menores de 14 asistirán a las escuelas”. En carta dirigida a Santander, en 1825, le sugirió que debían crearse escuelas para niños y para niñas.

Ante los pocos recursos que tenía la República en esa época para construir escuelas, Simón Bolívar tomó una determinación radical, expidió una ley en 1821, mediante la cual determinó que “los conventos que tuvieran menos de ocho religiosos de misa se destinarían a las escuelas para niños y niñas”. Esta ley fue adicionada el 7 de abril de 1826.

Especial atención le puso Bolívar a la educación de los indígenas y por eso el 4 de julio de 1825, expidió el denominado decreto de Chuquisaca sobre el sistema educativo. Allí volvió a reiterar que el primer deber de un gobernante es proporcionar educación a su pueblo.

De igual manera enfatizó en que la formación moral del ciudadano debe primeramente encontrarla en las educaciones educativas. El articulado dice: “Primero. El primer deber del gobierno es dar educación a su pueblo. Segundo. Esta educación debe ser uniforme y general. Tercero. La salud de una República depende de la moral que por la educación adquieran los ciudadanos en su infancia”.

Bolívar tuvo la oportunidad de conocer en Londres al pedagogo, en ese momento innovador, Joseph Lancaster quien logró extender las escuelas de este tipo en todo el continente europeo y también en América.

Posteriormente, Bolívar Fundó el 20 de julio de 1823, la Escuela Lancasteriana de Caracas, que puso bajo la dirección de Carlos Bello. Tanto en Colombia, Ecuador y Bolivia, El Libertador extendió las escuelas que aplicaron este método de utilizar los estudiantes más adelantados como instructores de quienes empezaban a aprender.

Reformador de la Universidad Central de Venezuela

El Libertador les prestó mucha atención a las instituciones escolares donde se pudieran aprender artes y oficios, ya que estos eran muy importantes para el desarrollo económico de los países recién liberados. Por esa razón fundó en Perú una institución para enseñar ciencias y artes. También, en Trujillo, fundó la universidad del mismo nombre el 10 de mayo de 1824.

Bolívar en 1827 reformó para modernizar la Universidad de Venezuela, eliminó la discriminación racial con lo cual universalizó las admisiones, creó nuevas asignaturas, aumentó los laboratorios, introdujo los estudios de los idiomas modernos, aumentó el salario de los profesores y estableció la participación de los maestros en la elección del rector y decanos. Para darle autonomía a la institución le donó las cosechas de sus haciendas cacaoteras para su presupuesto.

Fuentes. José Ramón Llanos. Simón Bolívar formador de la escuela de la Gran Colombia. Bogotá. Julio 2023

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