Artista lúcido, deslumbrante e implacable, es el más grande iconógrafo y cronista gráfico de la Colombia de los siglos XX y XXI.
José Luis Díaz-Granados
Cada semana, al abrir el semanario VOZ, sus millares de lectores esperan con avidez llegar a la penúltima página para deleitarse con las caricaturas de “Calarcá”, elaboradas con trazo original y preciso, siempre críticas e informativas acerca de la problemática del país y del mundo, e instructivas en su sección “Sabías qué…”, un juicioso redescubrimiento de nuestras raíces precolombinas.
Arlés Herrera -pintor de los pobres de la Tierra, dibujante de la clase trabajadora, retratista de los luchadores populares y caricaturista de opinión de su tiempo-, nació en Armenia el 23 de junio de 1934. Vivió en Calarcá, patria chica del poeta, catedrático y dirigente comunista Luis Vidales, y en Cali, hasta cuando se radicó en Bogotá, donde se dedicó por completo al arte y la defensa de los explotados y los oprimidos.
Desde muy joven adoptó el seudónimo de “Calarcá”, en homenaje al valeroso cacique pijao que resistió con valentía descomunal a los agresores españoles, y con ese nombre de combate ha dejado una rotunda impronta gráfica de más de medio siglo en la historia política y periodística de Colombia y del continente mestizo.
Vivió, estudió, recorrió el vasto territorio socialista de la Unión Soviética, la Transcaucasia Oriental y Europa del Este, y con la experiencia formidable recogida del sistema de la dignidad del ser humano, regresó a su patria a plasmar con sus trazos y colores, el arte de la verdad y la esperanza de un mundo mejor.
Heredero y par de los grandes caricaturistas del siglo XX -David Levine, Siné, Mark Drucker, Al Hirschfeld, Charb, Cabu, Tignous, Wolinsky y de nuestro maravilloso y colosal Ricardo Rendón-, Arlés Herrera “Calarcá”, llega a la cima de su ochenta y dos años, rodeado del afecto y la admiración de millones de colombianos.
Artista lúcido, deslumbrante e implacable, “Calarcá” es el más grande iconógrafo y cronista gráfico de la Colombia de los siglos XX y XXI.