En los primeros meses del año próximo las luchas y aspiraciones de los pueblos de Nuestra América, se tensionarán nuevamente para reiniciar las movilizaciones postergadas en muchos países por las cuarentenas para enfrentar la covid-19 y la realización de diferentes procesos electorales, en los cuales se definirá en buena parte el rumbo político de la región.
En el Estado Plurinacional de Bolivia el próximo domingo 18 de octubre se realizarán los comicios posteriores al golpe de Estado cívico-policial y militar contra Evo Morales y la instalación del gobierno de facto de la señora Áñez que concluirá con una profunda crisis sanitaria, política y económica. En estas elecciones todos los bolivianos, mujeres y hombres, elegirán los cargos de presidente, vicepresidente, senadores y diputados. Por ello las fuerzas políticas de la izquierda revolucionaria y las organizaciones sociales indígenas-campesinas se han agrupado en torno al binomio Arce-Choquehuanca del MAS-IPSP, en los sondeos están en el primer lugar con posibilidades de ganar en primera vuelta. Acompañar la ardua lucha del pueblo de Bolivia por contener la facistización del Estado y la sociedad, y la recuperación de la democracia, es la tarea que acompañamos los revolucionarios del continente y el mundo.
En Chile el 25 de octubre se realizará el Plebiscito Nacional 2020, que tiene por objeto preguntar si el pueblo está de acuerdo con iniciar un proceso constituyente que concluya en la creación de una nueva Constitución, así como determinar el mecanismo para dicho proceso. Valga la pena recordar que este plebiscito fue conseguido por el gigantesco estallido social de finales del 2019, que tuvo como cosigna superar el nefasto modelo neoliberal y, además, desmontar la Constitución pinochetista de 1989. Las fuerzas de la izquierda y los comunistas se han aliado en torno a la campaña “Apruebo Chile Digno”.
En Brasil después de la involución política que significó el golpe de Estado parlamentario y judicial contra la expresidenta Dilma Rousseff y el posterior triunfo de Bolsonaro, la movilización popular se reanima por la defensa del presupuesto para las universidades públicas, por el mantenimiento de la Renta de Emergencia para las familias, así como en la defensa de la Constitución y la democracia. En ese marco se realizarán el 15 de noviembre las elecciones de alcaldes, vicealcaldes y concejales de los 5.568 municipios de Brasil, un pulso fundamental en medio de la crisis entre las fuerzas reaccionarias y las democrático revolucionarias; en este escenario los comunistas participarán con su respectivo frente político unitario “Movimiento 65” en la disputa por la representación y gobierno de las principales ciudades del país carioca.
En medio del más feroz cerco político, diplomático, económico y comercial, a la que se suma la constante amenaza de intervención militar impulsada por los yankees, Venezuela llevará a cabo el 6 de diciembre las elecciones de la Asamblea Nacional, hoy en manos de la oposición. En medio de las diferencias, tanto el PSUV como el frente político Alternativa Popular Revolucionaria (APR) que lidera el PCV, concurrirán en función de recuperar las mayorías parlamentarias para superar las limitaciones en el campo productivo, socio-económico y en defensa de la soberanía de la patria boliviariana.
La crisis política y socio-económica que aqueja al Perú se ha exacerbado con las nuevas evidencias de corrupción del presidente Vizcarra, que sucediendo en marzo de 2018 al renunciado Pedro Pablo Kuczynski por los mismos cargos, a ello se añade la negativa del Congreso de otorgarle el voto de confianza lo que ha generado cambios en su gabinete y la convocatoria a elecciones generales (presidente y nuevo parlamento) para el 11 de abril del 2021.
En Ecuador, el presidente Lenin Moreno hoy es reprobado por el 85% de los ecuatorianos ante su mala gestión de la crisis social y fiscal del Estado que generó el estallido social de octubre de 2019 a la que se sumó la crisis sanitaria ante su improvisado manejo de la pandemia. A pesar de la persecución política y la guerra jurídica contra la participación política de las fuerzas populares y del proyecto político del expresidente Rafael Correa, éste ha logrado inscribir la fórmula presidencial Arauz-Rabascall para las elecciones del 7 de febrero de 2021 en la cual se elegirá además de la Asamblea Nacional el Parlamento Andino, de muy limitada eficacia.
En la competencia Trump-Biden por la presidencia de E.E.U.U con importantes debates en el plano doméstico y repercusiones importantes para la distención o escalamiento de las tensiones geopolíticas con Rusia y China, también pueden implicar un menor apoyo a los proyectos más reaccionarios como el de Bolsonaro o el de Duque, a pesar de que en la política internacional hay pocas diferencias, especialmente en cuanto se refiere a la agenda imperialista e intervencionista de los Estados Unidos, asunto que incumbe a los partidos Republicano y Demócrata.
La lucha social y política contra el neoliberalismo, el autoritarismo y la injerencia imperialista en los destinos de la región tiene plena vigencia y está arraigada en los pueblos del continente, un nuevo ciclo de luchas y movilizaciones sociales se inició en 2019, la disputa por una América Latina y el Caribe soberana y profundamente democrática en lo económico, político y social. Los pueblos latinoamericanos todos, los directamente implicados y los otros estamos pendientes de esos procesos electorales que por su naturaleza influyen en la marcha de los procesos revolucionarios del continente de la región latina y en la contienda norteamericana determinará si habrá cambios en el manejo de la pandemia para bien o para mal en función de que triunfe Trump o Biden.
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