Las comunidades campesinas de esta localidad bogotana exigen al Gobierno que investigue los hechos e implemente el Acuerdo de Paz para evitar nuevos sucesos trágicos en la región
Redacción Derechos Humanos
En menos de 48 horas tres campesinos de Sumapaz, localidad 20 de Bogotá, fueron asesinados. Los hechos ocurrieron el pasado martes 2 de marzo en la mañana, cuando dos hombres que se movilizaban en una motocicleta llegaron a la vereda Chorreras y luego de dispararle a Pedro Damián González, en su casa y delante de su familia, recorrieron unos quince minutos hasta encontrar a Jimmy Rincón y también lo asesinaron. Un día después se reportó el tercer asesinato, esta vez en el corregimiento del Alto del Duda, límite entre el páramo de Sumapaz y el municipio de Uribe, en el departamento del Meta. Los tres hombres asesinados habrían hecho parte de las antiguas Farc.
Zozobra entre la población
Sumapaz, territorio agrario de la capital, es una de las zonas más pacíficas y en donde la organización campesina ha mantenido por años una incidencia política y un reconocimiento institucional, gracias a que han manteniendo el tejido social y la defensa de los derechos de la población. Según las mismas comunidades hace cerca de un año en esta región no se presentaban incidentes de violencia. En el pasado habían quedado los años del conflicto armado que cesaron con la firma del Acuerdo de Paz.
Estos nuevos hechos de violencia alertaron a las comunidades que inmediatamente se pronunciaron a través de un comunicado en el que llaman a las autoridades a investigar los hechos y a que se respete la tranquilidad y la paz de los y las sumapaceñas. Según la misiva que firman las diferentes organizaciones sociales y campesinas, tales como el Sindicato de Trabajadores Agrícolas del Sumapaz, Sintrapaz, entre otras organizaciones de la localidad y la región “cuando apenas podemos como comunidad organizada, esquivar al máximo el riesgo de un contagio que causaría la covid-19, nuevamente la presencia de la guerra, en esta ocasión, cobra tres vidas humanas y conmueve, enluta e indigna a un campesinado ávido de la tranquilidad, la justicia y la paz”.
Por segunda ocasión, asegura el comunicado, luego de los acuerdos de paz del 2016, se comete un crimen que le quita la vida a tres vecinos y amigos oriundos de este territorio. “Merecen como homenaje en su memoria, la enfática exigencia, de un ¡no más violencia!, su descendencia, hijos e hijas, familiares y demás dolientes, un rotundo sí por la tranquilidad, la paz y la vida para el conjunto del campesinado”, e instan a reconocer al Sumapaz “como víctima colectiva de este conflicto social y armado interminable, que garantice con medidas de reparación, entre otras, tratamientos psicosociales rigurosos; la superación de conflictos heredados y traumas adquiridos, en la justa construcción de nuevas condiciones para una sociedad más humana, justa y solidaria”.
Sujetos de reparación colectiva
Desde la Alta Consejería para las Víctimas de Bogotá, quien también se pronunció a través de un comunicado, “lo acontecido es de suma gravedad en momentos en que se vienen articulando todos los esfuerzos para convertir a Bogotá en un territorio de paz, acogiendo los principios del Acuerdo de Paz firmado en 2016, cuyo centro son las víctimas del conflicto armado”.
Igualmente, Vladimir Rodríguez Valencia, Alto Consejero para las Víctimas, afirmó públicamente: “Duele que una comunidad que ha sufrido los embates de la guerra desde hace 50 años siga sumando muertes. Reconocemos al Sumapaz como un territorio que debe ser sujeto de una reparación colectiva y seguiremos construyendo las bases de la paz territorial” y envió sus condolencias a las familias. “Enviamos nuestro más profundo sentimiento de solidaridad con los familiares de las víctimas y a toda la comunidad del territorio que ha creído firmemente en la apuesta territorial de paz y en la generación de oportunidades para lograr transformaciones de base y en democracia”.
La senadora Aída Avella, quien sigue de cerca la realidad de la localidad, también condenó el asesinato de los tres labriegos y afirmó: “Nuevamente campesinos sufren el rigor de la guerra que este gobierno no es capaz de parar y por el contrario promueve con sus políticas y su incapacidad de actuar frente a los violentos” y llamó la atención del Comisionado de Paz “que solo habla de guerra y ante un gobierno que pregona la paz con legalidad, pero lo que ocurre es una «paz» con letalidad”.
Paz y seguridad comunitaria
El campesinado de la región, además de rechazar todo acto violento y acción en contra de la dignidad y la vida, exige “la más rigurosa investigación para esclarecer los hechos criminales que hoy enlutan a la familia y a la comunidad, produciendo en la región un ambiente de zozobra para el conjunto de los pobladores y de oportunidad para los actores armados”. E instaron a las entidades y organizaciones de derechos humanos a que, “con su intervención y pronunciamiento inmediato, eviten que se desate una cadena de acciones y retaliaciones, que como está registrado en la historia, solo contribuyen en la prolongación interminable de la guerra”.
Llaman a construir, nuevamente, un sistema de justicia en equidad, de auto-vigilancia y control, “desarrollado históricamente por el campesinado, en el cual, alternativamente se orienta por la articulación de acciones preventivas con las corregidurías existentes y la creación incluso, de una cuarta, necesaria en el Plan de Sumapaz; en donde la comunidad organizada formule y desarrolle el plan estratégico de seguridad y convivencia priorizando en la prevención de la discordia personal y las acciones delictivas”.
En medio de dicho llamado comunitario, también alertaron sobre la necesidad de la organización vecinal, para que, con sus actos éticos y oportunos, ayuden a neutralizar todo plan malintencionado contra pobladores y contra el territorio. Y, finalmente, convocaron a los gobiernos distrital y nacional a que se garanticen medidas que insten a la “solución pacífica, de diálogo y la implementación de los acuerdos de paz, conducente a evitar nuevos hechos trágicos en este y otros territorios patrios”.
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