Dirigentes sindicales comunistas de todo el país se reunieron en Bogotá para estudiar, proponer y ser autocríticos. Todo con el objetivo de rescatar el movimiento sindical colombiano y ponerlo en función de los trabajadores
Juan Carlos Hurtado F.
@aurelianolatino
“Nosotros tenemos un movimiento sindical dirigido por posturas muy corruptas. Tenemos una Confederación General del Trabajo dirigida por Julio Roberto Gómez que ha promovido el contrato sindical como una forma de compensar la desaparición de las cooperativas de trabajo social, se ha convertido en un gremio tercerizador con fines lucrativos”.
“Tenemos una Confederación de Trabajadores de Colombia dirigida prácticamente solo por pensionados, y una Central Unitaria de Trabajadores (CUT) en cuya dirección hay una mayoría muy comprometida con las políticas gubernamentales y de aplicación del modelo, que tienen un discurso pero su práctica es absolutamente distinta y con posturas muy patronales”, explicó a VOZ Alfonso Velásquez en el activo nacional de dirigentes sindicales del Partido Comunista, realizado durante dos días la semana pasada en Bogotá.
El evento contó con la participación de 120 asistentes de todo el país e invitados internacionales como Óscar Andrade del Plenario Intersindical de Trabajadores – Convención Nacional de Trabajadores (PIT-CNT) y del Partido Comunista de Uruguay, y Martha Hervás de la Confederación de Trabajadores de Ecuador (CTE) y del Partido Comunista del hermano país.
El evento buscó que desde los comunistas se den propuestas para una renovación del sindicalismo colombiano:
“Que los jóvenes trabajadores hombres y mujeres que están entrando a los puestos de trabajo sientan que el sindicato sirve para alguna cosa, digamos en materia de sus reivindicaciones de carácter económico que les dé tranquilidad mediante la recuperación de sus contratos de trabajo con sus derechos; pero además que se mantengan algunas banderas reivindicativas y políticas que hemos venido portando los comunistas desde la creación de la primera central en Colombia y desde la Confederación Sindical de Trabajadores de Colombia que dirigimos en los años 60. Se trata del reto de garantizar un relevo generacional y de dejarle unas tareas a los jóvenes trabajadores en el marco de un proceso de formalización y posconflicto”, comentó Velásquez.
También trataron temas como la formación y actualización de las políticas organizativas e ideológicas del Partido en el marco de la preparación de la conferencia nacional ideológica que realizará en octubre, y definir postura frente a las tesis en el desarrollo del sexto congreso de la CUT, que se realizará en septiembre.
Las discusiones de los comunistas se dan en el marco de las negociaciones de La Habana y de un eventual posconflicto que deberá generar mejores espacios para el accionar sindical.
“Por eso necesitamos que la dirigencia sindical que dice ser comunista acompase su teoría con la praxis frente a más trabajo de campo y menos burocracia. El Partido tiene que asumir posturas más radicales, mas no sectarias, en el marco de los diálogos que se desarrollan en La Habana, para que se insista en colocar o retomar temas de naturaleza social. El punto primero en el numeral 4 establecía unas reivindicaciones para el sector agrario, pero no para el sector urbano -por ejemplo-, para el sector industrial, agroindustrial”.
“Se trata de llamar la atención de que antes de cerrar el ciclo de acuerdo se pongan temas como el del estatuto del trabajo, el de la recuperación de los contratos de trabajo con derechos y obviamente trabajar porque el movimiento sindical se aproxime más al desarrollo de esos diálogos y no permitir que solamente la insurgencia se quede adelantando unas conversaciones con el Estado sin la presencia del movimiento sindical. En este sentido no hemos hecho mucho trabajo, apenas estamos empezando un proceso de reacción, y también una autocrítica”, concluye el dirigente sindical.
