La Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios le apuesta a un programa mínimo en clave de género y busca la construcción de un modelo de formación antipatriarcal
Yessica Arandia
El acceso de las mujeres a la educación superior, así como el derecho al sufragio, fue resultado de la rebelión de muchas de ellas (sobre todo pertenecientes a la aristocracia y la pequeña burguesía), una lucha que desde el siglo XVIII ha tenido avances, que en todo caso no logran ser integrales en cuestión de clase social y raza.
Aun cuando desde siglo XVIII las primeras mujeres que accedieron a la educación superior lo hicieron en Medicina, se entendía bajo la lógica de no afectar la división sexual del trabajo¹ dada bajo el orden patriarcal-capitalista. En Colombia, incluso antes de aprobarse el sufragio femenino, se aprobó la Ley de acceso a la educación para las mujeres en 1934, que en medio de las controversias empezó a abrir el camino inicialmente en la Universidad Nacional de Colombia, en carreras como Medicina y Derecho.
Primer borrador
Ahora bien, el debate no se limita al acceso. Trasciende al hecho de que las mujeres han sido invisibilizadas y violentadas por el papel que han cumplido en la ciencia y en la academia, lo cual, aunado a las desigualdades sociales propias de los sistemas de opresión de clase y raza, reproducen siglos de inequidad que hoy en día siguen vigentes.
En medio de esta evaluación histórica, la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios, ACEU, se propone realizar una reforma a la educación superior, que contiene un Programa mínimo para la despatriarcalización de la misma y cuyo primer borrador fue consolidado en un encuentro realizado los días 1, 2 y 3 de julio de 2022, con estudiantes que trabajan el tema en regiones como Bolívar, Norte de Santander, Risaralda, Cauca y Bogotá.
La redacción juvenil del semanario VOZ dialogó con Cristian Moreno estudiante de la Universidad del Cauca y responsable nacional de género de la Asociación y, con Jennifer López, estudiante de la Universidad de Pamplona.
Contexto y apuestas
La educación superior en Colombia tiene una gran deuda con las reivindicaciones en clave de género y de diversidad. Si bien las mujeres (en su mayoría jóvenes) acceden y se gradúan en mayor porcentaje: 56,6% de mujeres y hombres 43.4%2 a 2021, siguen ocupando mayores cifras de desempleo e informalidad.
En el trimestre móvil febrero-abril de 2022, las mujeres ocuparon el 15,4% de desempleo y los hombres el 9,6%. Así como la brecha de desigualdad salarial se mantiene: la tasa de ocupación de las mujeres universitarias es de 67.1% y de los hombres, 78,6%; las mujeres con título de pregrado ganan un 79% de lo que ganan los hombres, y en postgrado la cifra es de 82,5%3.
De las personas con identidad de género diversa o disidente ni siquiera hay cifras concretas, pero ante el evidente panorama transfóbico de la sociedad, que condena a las mujeres trans a campos limitados de sobrevivencia, no es exagerado decir que no gozan en su gran mayoría del derecho a la educación.
Con lo anterior, Cristian Moreno afirma que, “en los campus actualmente no hay garantías para que las mujeres y personas sexo-género diversas aportemos como debería ser. Por eso la educación superior debe transformarse en por lo menos tres aspectos fundamentales de manera integral desde las Instituciones de Educación Superior, IES: una, la necesidad de eliminar las conductas machistas y las violencias basadas en género, VBG; dos, la eliminación del androcentrismo y el sexismo que se reproduce en muchas áreas del conocimiento, así como en la conformación de representaciones y cuerpos directivos; y tres, la transformación de las mallas curriculares”.
El programa mínimo
“En el 2021 se orientó la creación de un programa mínimo como una propuesta base orientadora que nos permitiera a las y los estudiantes universitarios la construcción de un modelo de educación antipatriarcal. El programa mínimo surge desde la Secretaría de género y diversidades de la ACEU. Hicimos un seminario nacional de género en abril de este año, y se apostó entre otras cosas, por la eliminación de las conductas machistas y la prevención de las VBG que permean el sistema educativo. El programa mínimo va encaminado a transformar los cimientos sobre los cuales de forma trasversal entendiendo que así actúa el patriarcado”, cuenta la dirigente Jennifer López.
Es así como el borrador del programa mínimo para la despatriarcalización de la educación superior contempla tres grandes lineamientos: 1) Política de género: que se enfoca en temas como bienestar universitario, protocolos de tratamiento de VBG, derechos sexuales y reproductivos, mallas curriculares, investigación y garantías de acceso, cobertura y movilidad, se entiende que será una de las propuestas más fuertes del documento; 2) Democracia y participación: con temas como estatuto general y estudiantil, representaciones universitarias y paridad en comités directivos; 3) Movimiento estudiantil: fortaleciendo la perspectiva de género en su agenda y, 4) Organización antipatriarcal y diversa: un poco más enfocado en las dinámicas propias de la ACEU que hoy cuenta con una considerable presencia en por lo menos 18 de las IES del país.
Retos de les estudiantes
“Este fin de semana pudimos sintetizar los aportes al programa mínimo que se han venido construyendo de todas partes del país, de las regiones y universidades nacionales y regionales donde trabajamos como ACEU, así como partimos de la experiencia de universidades en la construcción de políticas de género. Hoy de hecho podemos decir que no tenemos un panorama alentador sobre el diseño y aplicación de políticas de género, garantías de representación estudiantil, profesoral y garantías de ingreso y egreso en razón a su sexo-género, clase social e identidad, en la mayoría de IES del país”, comenta Cristian.
“Nos proponemos llevar el programa mínimo a dos escenarios: al Congreso de la República y al VII Congreso Nacional de Estudiantes Universitarios que tendrá lugar del 5 al 7 de agosto de este año. Esperamos impulsar esta propuesta de reforma amplia y real a la educación superior con el programa mínimo desde el movimiento estudiantil, entendiendo que desde el gobierno electo hay muchas posibilidades de lograr cambios significativos”, finaliza Jennifer.
La ACEU, se propone entregar el documento de Reforma a la educación superior y de programa mínimo a la bancada de la Unión Patriótica del Pacto Histórico en el Congreso de la República, quienes radicarán proyectos de ley y reformas a partir del 20 de julio de 2022.