miércoles, abril 24, 2024
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Venezuela. El diálogo, una victoria de Maduro

La oposición de derecha, dividida, aplaza el pretendido juicio al presidente, la denominada Marcha a Miraflores y acepta la legalidad del poder ejecutivo. Decisiva intervención del Vaticano para impulsar diálogo de paz en Caracas

Por: Alberto Acevedo

La admirable demostración de habilidad política de la dirigencia chavista, agregada a la decisiva intermediación del Vaticano, no le dejaron a la oposición golpista venezolana otra alternativa que sentarse a la mesa de diálogo, para buscarle una salida pacífica a la crisis política que vive Venezuela.

El solo hecho de sentarse a la mesa de negociaciones, dejó sin varios argumentos a la oposición aglutinada en la llamada Mesa de Unidad Democrática, MUD. No podrán, por ejemplo,  decir ahora que existe un vacío de poder, que el mandatario abandonó su cargo, cuando es el propio presidente de la República el que se ha puesto al frente de las conversaciones con la oposición.

Aspecto de la reunión con la oposición, el pasado 3 de noviembre.
Aspecto de la reunión con la oposición, el pasado 3 de noviembre.

La que sí salió maltrecha fue la oposición, que se ha fracturado aún más de lo que estaba, al adoptar, una parte de ella, la decisión de negociar con el gobierno del presidente Maduro. En efecto, un sector de la MUD, liderado por el presidente de la Asamblea Nacional, y por la señora Lilian Tintori, se sentó a dialogar con el propósito de explorar una salida política negociada al conflicto y aclimatar una esperanza de paz.

La parte más recalcitrante de la MUD, y por cierto la más comprometida con los planes golpistas y desestabilizadores, entre quienes se cuentan el gobernador del Estado de Miranda y presidente del partido Primero Justicia, Henrique Capriles, y la señora María Corina Machado, líder del partido Vente Venezuela y otros sectores de la misma calaña, se quedaron por fuera de la mesa de conversaciones.

Mesas temáticas

En esta perspectiva, en una reunión de las partes, instalada el 31 de octubre y que se prolongó hasta bien entrada la madrugada del primero de noviembre, se llegó a unos primeros acuerdos, el principal de los cuales es mantener las conversaciones, y se conformaron cuatro mesas temáticas que abordarán los asuntos considerados más álgidos.

Una primera mesa se ocupará del tema paz, respeto al estado de derecho y a la soberanía nacional y será coordinada por el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero. Una segunda, sobre verdad, justicia, reparación de víctimas y derechos humanos, será liderada por el representante del Vaticano. Una tercera mesa, sobre temas económicos y sociales, será presidida por el expresidente dominicano Leonel Fernández. La última, sobre generación de confianza y cronograma electoral, estará coordinada por el expresidente panameño Martín Torrijos.

Otro aspecto de la cita de Maduro con la oposición.
Otro aspecto de la cita de Maduro con la oposición.

Haciendo una primera valoración  de los resultados de las conversaciones, el vicepresidente de Venezuela, Aristóbulo Istúriz, dijo que “la única manera de garantizar la paz es mediante el diálogo”. Llamó a los sectores de la derecha a sumarse a este proceso, sin condicionamientos ni amenazas, y dijo que ha resultado exitosa la estrategia del ejecutivo de impulsar y promover la paz a través del diálogo, con el fin de dirimir las diferencias políticas con la derecha y resolver la actual coyuntura económica. Aseguró Istúriz que esa estrategia de paz garantizará un inicio de 2017 infinitamente superior al año 2016.

La instalación de la mesa de negociaciones le imprime una dinámica diferente al panorama anterior de hace una o dos semanas en Venezuela. Hasta hace ocho días, en el país se hablaba de los planes golpistas alentados por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, de la intención de la derecha de ensayar la modalidad de un golpe parlamentario, al estilo Brasil, más conocido como ‘golpe blando’.

La MUD cancela su agenda

Hoy el panorama es diferente. El presidente de la Asamblea Nacional, Ramos Allup, comunicó el fin de semana pasado que la agenda inmediata de la oposición se cancela, se suspende el anunciado juicio al presidente Maduro, lo mismo que la anunciada marcha sobre el palacio de Miraflores, que había sido interpretada como una acción desesperada para provocar una situación de inestabilidad política en el país.

Incluso el Subsecretario de Estado para Asuntos Políticos de los Estados Unidos, Thomas Shannon, en un gesto inusual de la administración norteamericana, viajó a Caracas con el propósito de facilitar el acercamiento entre la oposición y el gobierno de Miraflores.

El diplomático norteamericano dijo que “las partes tienen que establecer algún tipo de agenda electoral que deje claro a los venezolanos que van a tener la oportunidad de votar”. Señaló además que “desde nuestro punto de vista, el diálogo es realmente el último y mejor esfuerzo para tratar de encontrar una solución negociada a esto”.

En 18 años de gobierno chavista, se han realizado 18 elecciones diferentes en Venezuela, unas veces para escoger mandatarios municipales, regionales, a miembros de los cuerpos legislativos y consultas de tipo presidencial. Es el país que más ha acudido a las consultas electorales, a un promedio de una por año. A pesar de esta innegable práctica democrática, personajes como el señor Shannon y los líderes de la MUD pretenden colocar al chavismo bajo sospecha antidemocrática con el concurso de los monopolios mediáticos.

La lucha de masas

El señor Shannon no fue a Caracas solo a intermediar por el diálogo. Fue a convencer al sector más radical de la MUD, de que ante su creciente desprestigio, era necesario sentarse a dialogar mientras reorganiza sus fuerzas. Esta estrategia, no implica que la reacción internacional vaya a renunciar a sus planes de desalojar del poder al presidente Maduro y a la revolución bolivariana.

Del lado de las fuerzas revolucionarias, el panorama es diferente. Los sectores de izquierda y democráticos, agrupados en el Gran Polo Patriótico, sostienen que dentro de la Constitución, cualquier salida es posible. Por fuera de ella, nada. El presidente Maduro ha hecho diversas exhortaciones a todos los sectores de la oposición a participar en un diálogo democrático.

La disyuntiva para Venezuela es esa: diálogo o golpe de estado, paz o guerra. Las fuerzas chavistas saben esto, y han dicho que permanecerán en estado de alerta frente a los planes de la reacción nacional e internacional, acudiendo a lo que hasta ahora ha sido su mejor herramienta: la movilización de masas, la lucha callejera.

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