miércoles, abril 17, 2024
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Ucrania: ¿Cuánto durará la tregua?

Estados Unidos, la OTAN, la Unión Europea y hasta las propias autoridades ucranianas se muestran escépticas frente a una tregua suscrita la semana pasada en la ciudad de Minsk y que ya fue parcialmente rota. Rusia pide diálogo con los rebeldes

Aspecto del avance de fuerzas prorrusas en Ucrania.
Aspecto del avance de fuerzas prorrusas en Ucrania.

Alberto Acevedo

El presidente ruso, Vladimir Putin, fue factor decisivo para la firma de un acuerdo de alto el fuego entre las fuerzas rebeldes ucranianas y las autoridades de ese país, en una reunión de negociación, con presencia de la Organización para la Cooperación y la Seguridad Europea, OSCE, que se celebró en la ciudad de Minsk, capital de Bielorrusia, y que entró en vigor el pasado viernes 5 de septiembre.

Sin embargo, un día después, según reportan diferentes agencias de noticias, en la ciudad de Mariúpol, al este de Ucrania, se escucharon fuertes explosiones, en lo que supone un nivel alto de enfrentamientos entre contendientes.

Las fuerzas rebeldes, que se oponen a la Junta de Petró Poroshenko, a quien califican de ‘fascista’ y títere del gobierno norteamericano y de la OTAN, habían logrado avanzar la semana pasada hasta los límites de la ciudad de Mariúpol, por el norte, y entraron a la región de Zaporozhie, bastiones emblemáticos del gobierno de Kiev, con lo que le propinaron una derrota de dimensiones catastróficas, en el aspecto militar, al gobierno de Ucrania.

Mientras esto sucedía en el manejo interno de la crisis, en Europa, una cumbre de cancilleres de los 28 países miembros de la Unión Europea, aprobó, el mismo día en que se suscribió la tregua en Ucrania, un paquete de nuevas sanciones económicas contra Rusia, y la OTAN anunciaba la creación de una fuerza de despliegue rápido, que podría intervenir abiertamente en el conflicto ucraniano y amenazar la integridad y la soberanía rusa, al intervenir en un país fronterizo, muy cerca de Moscú.

Intransigencia de Poroshenko

En estas condiciones, es lógico, preguntar, hasta cuándo se va a mantener formalmente la tregua pactada. El presidente Putin, que saludó los esfuerzos hasta ahora logrados, y que ha defendido la idea de una solución pacífica del conflicto, dijo que la superación de la crisis ucraniana pasa por el establecimiento de un diálogo con el gobierno de Kiev, en condiciones de igualdad y de respeto mutuo entre las partes enfrentadas, y que se contemple la opción de darle un tratamiento de estado a las regiones que proclamaron su independencia o son susceptibles de hacerlo en los próximos días.

A estas demandas, el gobierno de Poroshenko ha respondido elevando la escalada militar ofensiva contra las fuerzas rebeldes en el oriente del país, atizando un conflicto que ya ha provocado unas 2.700 muertes, centenares de heridos y numerosas familias desplazadas, muchas de ellas a territorio ruso.

Intervencionismo

Las fuerzas rebeldes y el gobierno de Rusia, coinciden en acusar a los Estados Unidos de intervenir en los asuntos internos de Ucrania y ser responsable de una crisis que se precipitó desde el momento en que fuerzas de derecha, alentadas por Washington y la OTAN, le propinaron un golpe al presidente anterior, Víctor Yanukóvich, y montaron en el poder a una junta provisional de gobierno, fiel a los intereses norteamericanos, que ha propiciado el acercamiento con la Unión Europea y la alianza militar atlántica.

Las fuerzas progresistas de Ucrania dicen que a Estados Unidos no le interesa un acuerdo de paz en ese país, sino una solución como la que impuso en Irak, en Afganistán, Libia o Siria, estableciendo un estado fallido, que estimule resentimientos étnicos, divida la nación y en un ambiente tal pueda instalar sus bases militares y apropiarse, a su antojo, de las riquezas naturales, en beneficio de sus intereses económicos.

Las fuerzas progresistas deberán tomar en cuenta, además, el anuncio de la OTAN de pretender acantonar tropas de combate sobre esta parte de la frontera con Rusia. El gobierno de Moscú ha dicho que no va a permitir el ingreso de Ucrania a la OTAN, ni va a tolerar la instalación de fuerzas hostiles sobre su frontera. Esto sería tanto como una intervención abierta en el conflicto ucraniano y la provocación de una escalada militar que podría amenazar incluso la unidad europea, cuestión que por cierto, no disgusta a los intereses geoestratégicos norteamericanos.

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