jueves, abril 18, 2024
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Triunfo de Syriza en Grecia: Salida de izquierda a la crisis

El efecto dominó, que los banqueros europeos tanto temían, de llegar la izquierda al poder en Grecia, ha comenzado. Crecen en el Viejo Continente multitud de expresiones de inconformidad contra las políticas de ajuste de la troika

Alberto Acevedo

La proximidad de procesos electorales en buena parte de los países europeos en este año y el poderoso influjo que en el comportamiento de los electores comienza a tener el triunfo de una coalición de izquierda en Grecia han llenado de pánico a líderes de los partidos tradicionales, que han gobernado en la zona en los últimos 40 años, y a sectores empresariales y financieros comprometidos con la política de ajuste fiscal que llena de indignación a amplios sectores de población en Europa.

Los banqueros y la clase política temen que esos vientos de cambio se extiendan por todo el continente, donde sectores populares y partidos de izquierda que los representan piden invertir la pirámide, y que los ricos y poderosos se aprieten el cinturón, respondan por la crisis que ellos crearon, para resolver los problemas de los de abajo.

Este mismo mes de enero habrá elecciones presidenciales en Italia. En el transcurso del año se tienen previstos comicios, bien para justas parlamentarias o para presidenciales, en Finlandia, Reino Unido, Dinamarca, Portugal y España. El pasado fin de semana, en Madrid y otras ciudades de la provincia ibérica, se realizaron formidables manifestaciones contra la austeridad impuesta a los pueblos de Europa por la banca internacional y la troika.

Resquebrajamiento del modelo

El grito unánime de los manifestantes, que comienza a prender en otras capitales europeas, es la condena a la política de ajuste que sufren los trabajadores para salvar al sector financiero, culpable de la crisis global. Y la formulación que hacen en las calles es que si Grecia pudo abrir una compuerta alternativa al modelo neoliberal, también lo podrá hacer el resto de pueblos de Europa.

Es justamente en este planteamiento donde radica la importancia del proceso electoral que acaba de concluir en Grecia, que constituye la victoria histórica de una nueva izquierda que conmueve a Europa y se muestra esperanzador para los pueblos del mundo.

Algunos analistas subrayan el hecho de que el nuevo gabinete griego representa al primer gobierno europeo que se atreve a desafiar el modelo neoliberal y que exige la renegociación inmediata de la deuda, que de antemano considera impagable. Esto, en otras palabras, puede significar el resquebrajamiento del modelo neoliberal, pero también el de tesis peregrinas como la de la Tercera Vía y otras, que intentan maquillar al viejo sistema capitalista.

También la ultraderecha

Otra tendencia que muestra el fenómeno griego es el hundimiento de los partidos tradicionales, que bajo una fórmula bipartidista se han turnado en el poder en los últimos 40 años. Las encuestas de las últimas semanas indican que Podemos, en España, repunta en las preferencias electorales. Y una situación similar se presenta en Portugal. Los partidos tradicionales italianos se presentan hoy desgastados ante la opinión pública. Lo malo en esta reacción es que también partidos de ultraderecha, antiislamistas, xenófobos y fascistas toman en sus manos la lucha contra la austeridad y por el no pago de la deuda, y ganan electores.

La salida a la crisis global, desde una perspectiva de izquierda, pasa por la reafirmación de la soberanía nacional y la dignidad de los pueblos de Europa, intenta el diseño de un nuevo internacionalismo, que pone en altísimo lugar la solidaridad e invita a la construcción de un proyecto europeo democrático, capaz de torcer el pulso de la troika, que exige todos los sacrificios inimaginables en el altar del neoliberalismo. Y esta perspectiva es lo que hace novedosa, desafiante, atrevida, seductora, la posibilidad de que en otros países se repita la experiencia de Grecia e inaugure un nuevo comienzo para Europa.

En el proceso de conformación del nuevo gabinete en Atenas, tanto su máximo dirigente, Alexis Tsipras, como quienes se perfilan como nuevos ministros, coinciden en señalar que uno de los primeros pasos del flamante gobierno de izquierda es la renegociación con las autoridades de la Unión Europea y con el Banco Central Europeo los términos del “rescate” de la economía helénica. Syriza no habla de negociar con el Fondo Monetario Internacional.

Calidad de vida

De hecho, de manera desafiante, horas antes de realizarse las elecciones, el FMI bloqueó una ayuda europea a la crisis griega, empeorando el panorama de sacrificios de los trabajadores. Esto es tanto más dramático, si se tiene en cuenta que en los últimos seis años de negociación de su deuda y de intervención de la banca internacional para “salvar” al país, Grecia ha retrocedido más de tres décadas en calidad de vida.

El 50% de la juventud menor de treinta años está sin trabajo. Las jubilaciones fueron recortadas. Muchos hospitales cerraron sus puertas por falta de empleo. La población migrante, que antes estaba mal, hoy pervive en condiciones de indigencia. Gran parte de la población subsiste sin agua potable ni calefacción porque no tiene con qué pagar los servicios públicos. En esa proporción crecen las ollas comunales para suplir de alimentos, en medio del frío, a los más pobres.

El panorama en el resto de Europa no es sustancialmente diferente. El modelo neoliberal creó grandes barrios periféricos hundidos en la pobreza, avanza la desigualdad social, la destrucción del salario, el maltrato a los inmigrantes. Por eso los ojos de millones de personas se posan en las gestiones de la nueva administración griega, que tiene enormes retos por delante y deberá superar los peligros que seguramente le va a representar su confrontación con los grandes poderes financieros.

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