miércoles, abril 24, 2024
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Tauromaquia: Por qué sí, por qué no

Argumentos a favor y en contra de esta práctica: ¿Arte, cultura, tradición? Un debate que toma más fuerza

Juan Carlos Hurtado F.
@aurelianolatino

Natalia Parra, defensora de animales y directora de la estrategia Animales Libres de Tortura (ALTO), y Alberto Acevedo, abogado, periodista y aficionado a las corridas de toros, discuten acerca de si se debe seguir permitiendo la lidia en Colombia.

Natalia Parra. No, porque estamos en un momento en la historia de la humanidad donde la consideración moral por seres diferentes a nosotros viene al caso. Hace unos 50 años era extraño considerar moralmente a un animal. Pero ahora es cuestionable hacerle daño a otro ser cuando ni siquiera es necesario. Es anacrónico congregarse a torturar un ser sintiente como es un toro.

Alberto Acevedo. Sí, porque es un arte, como lo define la Real Academia Española. Porque reúne los tres elementos que se le piden a una actividad artística: Se hace para un disfrute estético; es una disciplina en movimiento; y es tradición cultural con raigambre en comunidades desde hace muchos años, desde el imperio romano. Al punto que cuando este cae los cristianos las ponen en práctica. Echó raíces en varios países como España, Portugal, México y otros de América Latina.

Otros animales

A.A. Creo que la posición animalista es fetichista porque se olvida que el toro de lidia es criado para la faena y el fin último es que muera en la plaza. Y aunque parezca ridículo, el pollo también es un animal que se cría para la muerte, y no he visto que le hagan plantones a McDonald’s o a Kokoriko. O lo que pasa en Cartagena con el uso de los caballos de tiro donde los animalistas son pusilánimes frente al gran poder de sectores económicos de esa ciudad. A ellos no los enfrentan con la misma vehemencia que como lo hacen con las corridas de toros.

N.P. Si dice eso es porque no conoce la labor de los animalistas. Sí nos oponemos a todas las formas de maltrato. Cuando empezamos a criar animales para consumo, empezamos a esclavizar, así como hemos esclavizado a otros seres humanos. Darle la atribución a un animal de “está hecho para…”, es decir que esa especie está en función de nosotros. Es una posición antropocéntrica y dada a dañar cualquier ser sintiente.

La industria generó que los animales fueran objetos de consumo y no sujetos, que sí son. Veo que no conoce todas las campañas que hemos emprendido contra el alcalde de Cartagena para que las carretas, las que están amparadas por la ley y las que no, se quiten.

Con respecto al arte, consideramos que la tauromaquia sí es cultura como tantas cosas replanteables de la humanidad. Lo es porque se transmite, pero no por eso es éticamente o moralmente correcta. No es arte porque el arte es una representación de la realidad. No nos oponemos a que pinten corridas, a que hagan música que haga alusión a lo taurino. Eso sí es arte. A lo que nos oponemos es a que se reúnan a torturar un animal. Que el toro está destinado para eso, es lo más reprochable. ¿Cómo es posible que una raza de toros haya sido víctima de la selección artificial para encontrar una fisonomía, para después torturarlo, humillarlo y matarlo?

A.A. Con respecto al arte y al juzgamiento que hacen de los toros, creo que tienen una postura maniquea, porque no se hace el mismo juzgamiento frente a espectáculos denigrantes como los gallos de pelea o las corralejas. Veamos el fútbol con ese entorno tan violento. Los aficionados a los toros no salen a quemar carros, a tapar calles, apedrear edificios o enfrentarse con la policía. Sin embargo, no se ven enjuiciamientos en ese sentido.

Me hace pensar que están tratando de construir un mundo ideal. Y recuerdo cómo las grandes potencias están tratando de estandarizar o hegemonizar la cultura, y el discurso de los animalistas les cae como anillo al dedo porque quiere eliminar esas formas particulares, autóctonas y un poco rebeldes de cultura, que contribuyen a su hegemonización en beneficio de la economía de mercado.

N.P. No atacamos las corridas por atacar minorías sino porque se le hace daño a un tercero. Los taurinos salen con una falacia y es decir que son una minoría a la que están atacando. Eso es un irrespeto con las verdaderas minorías como las raciales y las sexuales, quienes lo son por condición, no por gusto.

El fútbol no es un espectáculo violento, otra cosa es lo que pueda ocurrir a partir de lo que hagan las barras. Pero recordemos que la plaza de toros Santamaría en Bogotá fue construida porque la plaza anterior fue destruida por el público cuando hubo una mala faena. También, antes del Bogotazo la afición se molestó por una mala corrida y se tiró al ruedo a patear al toro y agredir.

Derechos versus moral

A.A. Mi interlocutora reivindica los derechos de las minorías, lo que implica plantear que una de las esencias de la democracia es el respeto a las minorías, y los taurinos son una minoría con derechos. El derecho a la tauromaquia está en la Constitución, por lo que todas las autoridades están en el deber político de proteger y estimular esta actividad.

Hay estudios científicos que afirman que en el momento de máxima tensión, cuando el toro se enfrenta al torero, el toro produce enormes cantidades de betaendorfina para controlar el dolor y ni siquiera hay mayores niveles de estrés en el animal. De alguna manera el toro no sufre o si lo hace es mínimo. Antes de la corrida el animal lleva una vida libre, tranquila, su máxima tortura es antes de la corrida, en lo que llaman el encierro.

N.P. Ustedes son minoría no por condición sino por gusto. Pero aquí no solo el animal es afectado, también niños que ven eso y se insensibilizan, se acostumbran al maltrato animal.

Y sí, en este momento es legal la tortura de toros y gallos, lo cual no quiere decir que sea ético.

Sobre los estudios no sé de cuáles habla, porque conozco solo uno, el del veterinario Illera. Pero no tuvo el aval de una publicación científica y fue destruido punto por punto por la Sociedad de Veterinarios Abolicionistas de España y otras asociaciones de veterinarios de Europa y Estados Unidos. Aun así, la Corporación Taurina lo trajo y lo mostró como una verdad en Colombia.

Es verdad que al toro lo tienen en buenas condiciones, y es lo cuestionable, tenerlo bien para luego llevarlo a torturarlo. No entendemos cómo dicen que admiran y hacen culto al toro. Reunirse a ver torturar un animal sí es fetichista.

El arte

A.A. El fin de las corridas es condenar al toro a su desaparición. También veo algo de esquizofrenia en esas posturas. Los aficionado a los toros somos gente sin conflictos, alegres, que tenemos la práctica de hacer un culto a la gastronomía, al vino, alrededor de la fiesta brava. No veo los niveles de violencia que hay en los aficionados a otras cosas o deportes.

Con el mismo disfrute que voy a una plaza de toros voy a ver la Filarmónica a escuchar por ejemplo, Carmen, de Bizet.

N.P. Bellísima, es que eso sí es arte.

A.A. Sí, pero es que eso es nacido de los toros, inspirado en los toros.

N.P. Como muchas obras del siglo XVI y XVII que fueron inspiradas en la inquisición, ¿y por eso vamos a seguir reproduciendo la inquisición? Hay cosas crueles que han inspirado obras de arte.

A.A. Me llama la atención de mi contrincante es que defiende la idea de la construcción de un mundo mejor lejos de expresiones de violencia y en eso coincidimos. Ojalá en ese tema pudiéramos establecer puentes los taurinos y los antitaurinos, aunque aún no me convencen sus argumentos. Pero destaco ese criterio altruista y esa pasión, que ojalá todos los activistas sociales la tuvieran, tendríamos un país mejor.

N.P. Un país que habla de paz y del respeto por la vida no puede permitir que se congregue gente a torturar y matar animales. Y debe eliminarse ese espectáculo que contiene una fuerte carga simbólica. Debe haber paz para los humanos y paz para los animales.

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