viernes, marzo 29, 2024
InicioVisiónCulturalTarsicio Agramonte: Adiós al mezquino escenario

Tarsicio Agramonte: Adiós al mezquino escenario

El 18 de abril, con los alisios que deambulan por la cálida costa Caribe, partió hacia la inmortalidad que le depara su decantada poesía. En Calamar, donde había nacido, reposa su cuerpo y su obra vivirá imperecedera en la memoria de lectores de hoy y del futuro

Tarsicio Agramonte.
Tarsicio Agramonte.

José Ramón Llanos

En plena vitalidad, enteros sus sueños, activo el cuerno de la abundancia de su alma creadora de versos de belleza sublime y sus haikús breves en su extensión y profundos de significado, abandonó este escenario mezquino y liliputiense que es Colombia para los intelectuales de espíritu superior y altruista, como él, el poeta Tarsicio Agramonte. Viajó como lo vaticinara en uno de sus poemas: “Hacia el Gran Abismo, llevas, estrella fugaz, mi sueño”.

A temprana edad culminó sus estudios de sociología en la Universidad Simón Bolívar de Barranquilla. Radicado en Bogotá se dedicó a realizar comentarios sobre política internacional, en su condición de analista de política internacional fue columnista en periódicos nacionales e internacionales. Publicó tres libros de versos: Haikús del agua y del mar, Haikús de la aldea sonora y Los caminos del mar. Escribió numerosos ensayos sobre política y literatura. Obtuvo el primer lugar en el VI Concurso Iberoamericano de Cuento y Poesía. Fue correspondiente de la Academia de Letras, Arte y Ciencia. Perteneció a la Asociación de Escritores del Caribe.

El 18 de abril, con los alisios que deambulan por la cálida costa Caribe, partió hacia la inmortalidad que le depara su decantada poesía. En Calamar, donde había nacido, reposa su cuerpo y su obra vivirá imperecedera en la memoria de lectores de hoy y del futuro. Leamos algunos versos de su obra Haikús de la aldea sonora.

Amorosa dama, la lluvia,
Derrama sobre el mar
Su cántaro de agua.

Sol,
En el crepúsculo, ecuménica
Lámpara del mar.

Colibrí. Grácil
zumbido de luz, en burbuja
del mar, que vuela.

Silencio y quietud
Imperturbable como el mar,
la luna clara.

Luna en la tarde.
Y florece, en libélulas,
el viento.

RELATED ARTICLES

Most Popular

Recent Comments