miércoles, abril 24, 2024
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“Somos una voz crítica en Soacha”

La juventud de ese municipio dejó a un lado el miedo y la zozobra para apostarle a la cultura, la paz y los sueños

Redacción juvenil

El Festival Popular y Juvenil de Soacha es una iniciativa de los colectivos, organizaciones, parches e individuos que pertenecen a la Red Juvenil (colectivos y parches, como el Colectivo El Hormiguero sin señal, el Colectivo en Construcción, la Andes-Soacha, el Colectivo Disidencia Juvenil, el Colectivo Isabel Restrepo, el Movimiento Ambiental Caminando el Territorio), que busca generar espacios de reflexión, debate y construcción entre los múltiples actores del mundo juvenil, alternativos y populares, con el objetivo de generar, a partir de sus conclusiones, un camino común para los jóvenes del municipio. VOZ entrevisto a Heiner Gaitán miembro de la Red Juvenil de Soacha.

–¿Quiénes los acompañaron en esa primera iniciativa juvenil en Soacha?

–El primer día del Festival se hizo el evento de instalación en el Teatro Xua, allí se hizo el panel inaugural del Festival, el cual contó con la participación de las madres de los mal llamados falsos positivos, la comunidad campesina de la vereda San Jorge, el profesor Hernando Gómez y Miguel Ángel Beltrán; ese primer día, el 17 de octubre, asistieron 250 jóvenes.

–¿De dónde nace esta iniciativa de base, a raíz de qué situación de los jóvenes y cuáles fueron los ejes temáticos?

–Desde antes del Festival Nacional varios parches y organizaciones que trabajábamos dispersos decidimos sacar adelante varias iniciativas como foros, encuentros de socialización de nuestras experiencias, el Carnaval por la Vida y la Paz; caminatas ecológicas por nuestro territorio, etc.

La Red Juvenil

Después del Festival nos dimos a la tarea de crear la Red Juvenil. Desarrollamos eventos preparatorios: en enero celebramos una Escuela de Derechos Humanos; en marzo un foro de Educación Popular; en mayo un foro de Géneros y Diversidad Sexual; en junio un foro sobre Territorio y Ambiente; en julio, en el marco del mundial de fútbol, hicimos un “mundialito alternativo y popular” donde 17 equipos integrados por jóvenes organizados y no organizados vivieron la fiesta del fútbol de una forma alterna a la que nos venden los medios de comunicación.

Sirvieron para la construcción de los ejes temáticos del Festival, así mismo coincidimos en que cada eje se desarrollará en un lugar diferente de Soacha, con el fin de llevar el Festival a zonas históricamente invisibilizadas y estigmatizadas, como Cazucá y la vereda San Jorge.

Ejes temáticos

Los ejes temáticos y sus sedes fueron las siguientes: En el barrio Julio Rincón, en Cazucá, tuvo lugar el eje de Educación Popular; en el colegio San Mateo; en la comuna 5, se desarrolló el eje de Derechos Humanos y Participación Política; por su parte, en el colegio Gimnasio La Alameda se desenvolvió el eje de Géneros y Diversidad Sexual; por último, en el corregimiento uno, en la vereda San Jorge, se discutió sobre Territorio y Medio Ambiente.

Estos cuatro ejes se desarrollaron el segundo día del Festival, sábado 18 de octubre. En simultáneo logramos la participación de alrededor de 400 jóvenes de todos los rincones de Soacha.

–¿Cuáles son las demandas de los jóvenes a las instituciones del Estado y a los factores de poder en Soacha?

–En la preparación del Festival firmamos con la oficina institucional Soacha Joven, programa de la alcaldía municipal de Soacha, un documento llamado “Acuerdo de voluntades”, donde ellos se comprometieron con la Red Juvenil a participar en el Festival en igualdad de condiciones, bajo el criterio del reconocimiento mutuo como actores que trabajamos de manera distinta y diferenciada con y por los jóvenes. En ese sentido logramos posicionarnos de frente con la institucionalidad, y no debajo de ellos, como tradicionalmente pasa.

La autonomía nos dota de la autoridad moral para expresar libremente nuestra opinión y acordar los rumbos que habrá de tomar esta iniciativa. Lamentablemente la administración del alcalde Juan Carlos Nemocón no nos permitió clausurar el Festival el día programado. Por lo tanto el domingo 9 de noviembre, en el parque Tibánica, en Soacha, haremos el concierto anunciado y leeremos el mandato juvenil.

Lo que sí podemos adelantar es que la Red Juvenil no es un proceso que exista para permanecer callado, somos desde hace mucho una voz crítica en Soacha que busca un nuevo horizonte de vida para los habitantes de nuestro municipio, por lo cual el movernos, el incomodar, el ser alegres y creativos, ante los que han llevado a Soacha al caos, son parte de nuestro quehacer cotidiano. No en vano la consigna de nuestro festival es “Por el derecho a ser joven: parchemos y construyamos un nuevo territorio”, que ratifica la necesidad de superar el orden de cosas en las que se encuentra el municipio.

La perspectiva

–¿Qué sigue después de la realización, cuál es el proceso que continúa en adelante?

–El Mandato Juvenil, documento que perfila una serie de iniciativas concretas para la Red Juvenil, será nuestra carta de navegación para 2015, nuestra meta será hacer realidad ese mandato juvenil, incitando a más jóvenes a que se organicen según sus necesidades y aspiraciones. Queremos que a partir del Festival se elimine el imaginario que los jóvenes somos los principales delincuentes de la ciudad. El Festival, y todo lo que hemos hecho, demuestra que somos reflexión-acción transformadora, por lo cual quedarnos callados, dejar de manifestarnos, apartarnos de la realidad social, no son cosas que estemos contemplando.

–¿Cuál es la lectura del papel de los jóvenes de Soacha en la construcción de paz en su vida cotidiana?

–Antes de crearse la Red Juvenil, en septiembre de 2013, algunos colectivos realizaron el foro “Memoria, territorio y paz”, el cual entregó luces de cómo leer la lucha por la paz democrática en nuestro territorio; la Escuela de derechos humanos abordó el tema de la paz como algo central y así hemos avanzando, entendiendo la paz no como una consigna abstracta, sino como la aspiración de una nueva realidad material.

Soacha es conocida mundialmente por los “falsos positivos”, verdaderos crímenes de lesa humanidad, por el asentamiento de grupos paramilitares en la periferia del municipio, quienes asolan a las comunidades produciendo terror y convirtiendo a los jóvenes en depositarios de una guerra que no les es suya.

Nuestra lucha por la paz es para avanzar en la concreción de mejores niveles de vida de la población, en el respeto y protección al medio ambiente, en derechos tan elementales que en nuestra sociedad se invisibilizan: vivienda, salud, educación, información, transporte, etc. La paz en definitiva implica cambios de hondo calado, donde los jóvenes no somos actores pasivos, sino sujetos con toda la potencialidad para agendar las transformaciones necesarias que requiere nuestra sociedad.

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