Gloria Inés Ramírez Ríos
Senadora de la República
En las últimas semanas, Venezuela ha venido siendo escenario de movilizaciones y protestas promovidas por la oposición que, a su vez, son respondidas por movilizaciones de las fuerzas que apoyan la Revolución Bolivariana, al tiempo que los grandes medios de comunicación al servicio del capital hacen un despliegue verdaderamente desproporcionado de lo que ocurre en Venezuela y desinforman y tergiversan de la manera más descarada los hechos, como ocurre en Colombia, en donde la opinión pública es sometida por la prensa oligárquica a un persistente bombardeo de propaganda contra el gobierno venezolano.
Para entender lo que está sucediendo hay que recordar que en las últimas elecciones presidenciales la derecha venezolana contaba con que, muerto el Presidente Chávez, tenía asegurado el triunfo de su candidato, el señor Henrique Capriles. Ante el triunfo de Nicolás Maduro, recurrieron a la táctica de deslegitimar el nuevo gobierno, acusándolo de haber cometido un fraude que nunca pudieron demostrar.
Después vinieron las elecciones municipales, el 8 de diciembre de 2013, en las que la derecha aseguraba que obtendría un triunfo arrollador, pero nuevamente fue derrotada de manera amplia y contundente. Ante el fracaso en su empeño de ganar la voluntad popular, se ha dedicado a crear el caos, creyendo que por esta vía ocupará el poder.
Sin el menor miramiento por las consecuencias sociales de sus acciones, desde el empresariado se desató una “guerra económica”, acaparando productos de primera necesidad, comprando dólares oficiales y vendiéndolos en el mercado paralelo a precios hasta diez veces superiores, en vez de destinarlos a las importaciones, todo lo cual llevó al desabastecimiento, la especulación y la subida de precios que han conducido a una inflación sin precedentes, mientras públicamente tienen la desfachatez de decir que la “guerra económica” es una invención del gobierno.
El otro aspecto de los planes desestabilizadores de la derecha es el impulso a las manifestaciones públicas, sobre todo de estudiantes, y la utilización de todo tipo de provocadores para producir hechos dolorosos, como la muerte de tres estudiantes, que, por supuesto, les son atribuidos invariablemente al gobierno y se utilizan para desinformar y desorientar.
Al respecto, el portal www.rebelion.org publica un mosaico de fotos divulgadas por twiteros de la derecha venezolana en las que aparecen supuestas víctimas de los “fascistas asesinos” del PSUV, que en realidad, como lo demuestra el portal, corresponden a atropellos policiales cometidos en España (2005), Bulgaria (2013), Chile (2011), Cataluña (2013), Brasil, Turquía y otros lugares del mundo. Estas son pruebas fehacientes de la falta de escrúpulos de quienes promueven la contrarrevolución en Venezuela.
Es indudable que la hermana República Bolivariana de Venezuela vive momentos difíciles como consecuencia de la ofensiva de la derecha y de los imperialistas gringos para provocar el caos, pero tenemos confianza en que la decisión de la mayoría del pueblo de defender la Revolución Bolivariana permitirá derrotar los planes desestabilizadores y continuar la construcción de una sociedad mejor.
Los demócratas y revolucionarios colombianos, por nuestra parte, debemos desplegar la más amplia y firme solidaridad con el gobierno y el pueblo de Venezuela, para que continúe avanzando el proceso de cambios que se desarrolla en América Latina y El Caribe con miras a lograr nuestra plena independencia nacional y construir sociedades verdaderamente justas, democráticas y en paz.
Bogotá, D.C., 18 de febrero de 2014
