jueves, marzo 28, 2024
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“Sinprisa” en el respeto sindical

Caracol Radio, el mismo medio de comunicación que lidera la campaña publicitaria “#SoyCapaz” en la que propenden por la reconciliación de los colombianos, persigue a los miembros de su sindicato

Mesa de trabajo de Caracol Radio transmitiendo desde la Universidad de Boyacá. Foto Néstor Guarno.
Mesa de trabajo de Caracol Radio transmitiendo desde la Universidad de Boyacá. Foto Néstor Guarno.

Redacción laboral

Mientras el Ministerio de Trabajo paga millones de pesos por el programa semanal “El trabajo como debe ser”, emitido en Caracol Radio, en el que se abordan temas del mundo laboral, la administración de ese medio de comunicación persigue a sus trabajadores por haber decidido organizarse en un sindicato. Así lo denunciaron dirigentes de Sinprisa, la organización de trabajadores al servicio de las empresas que conforman el grupo económico Prisa-Ser en Colombia.

Según Miguel Lozano, presidente del sindicato, la inequidad e injusticia social para la gran mayoría de funcionarios operativos, comerciales y administrativos; el acoso y maltrato por parte de algunos directivos de la compañía; la búsqueda de una remuneración mínima, proporcional al trabajo e incrementos salariales; son algunos de los motivos que dieron pie a la organización.

Pero la puesta en marcha de Sinprisa trajo también una serie de hechos de persecución por parte de la administración de Caracol Radio. Luego de fundado los dirigentes iniciaron diversas tareas competentes a su consolidación y crecimiento, pero la empresa empezó a poner trabas. Miguel Lozano comenta que no les otorgan los permisos sindicales, quieren interferir en la vida interna del sindicato y entorpecen el trabajo.

Tampoco les han asignado un lugar de trabajo para las reuniones, lo que los obliga a cumplir tareas en la sede de la empresa, “inclusive con la prohibición de ingreso”.

Caracol también desconoce el derecho que tiene este sindicato a una negociación de manera independiente del otro, Sintracaracol, argumento con el que inicialmente se negó a negociar hasta que fueron obligados gracias a una acción de tutela.

Pero el mayor atropello que denuncian es el despido de un directivo sindical a quien su jefe le dijo que el haberse afiliado a la organización constituía un acto de deslealtad que hacía imposible mantenerlo en la empresa.

Según el presidente de Sinprisa, Caracol cuenta con alrededor de 700 trabajadores, algunos contratados directamente a tres o seis meses y otros tercerizados con una menor estabilidad.

“La empresa se excusa en que arregló con el otro sindicato, pero es un sindicato que se quedó ahí… que no avanza. Arregló lo que les daban que es el IPC. Tomamos la decisión de hacer otro sindicato y eso hicimos. Presentamos pliego de peticiones pero no querían negociar, hasta argumentaban leyes que no están vigentes. Solo con una tutela se sentaron a negociar. Intentaron dilatar mientras veían cómo acababan con nuestro sindicato.

“No nos daban permisos sindicales, echaron directivos de la organización, intentaron promover un pacto colectivo para que la gente se desafiliara. Nos fuimos a tribunal de arbitramiento porque la huelga perdió por un voto, pero la gente está muy inconforme”, explicó el presidente de Sinprisa.

En el petitorio básicamente piden retomar lo que habían ganado los trabajadores, salario justo que permitía vivir decentemente, auxilios de estudio, estabilidad o nuevas formas de contratación. “Es que esta es una empresa que deja muchas utilidades como para que paguen tan mal”, concluye Miguel Lozano.

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