jueves, abril 25, 2024
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Se consolida Revolución Ciudadana en Ecuador

La victoria de Rafael Correa en Ecuador fue aplastante, significa la consolidación de la Revolución Ciudadana, con logros muy importantes en el crecimiento económico, la disminución de la pobreza, los avances en salud y educación. Correa asume nuevos desafíos para el progreso social, así como en el fortalecimiento de Unasur, de la ruptura con el neoliberalismo y la independencia de Washington en el continente.

Rafael Correa

Alberto Acevedo

El significativo triunfo electoral de Rafael Correa, en primera vuelta, que garantiza la continuidad de su programa de gobierno del Buen Vivir ciudadano, representa no sólo la posibilidad de radicalizar y profundizar el proceso de reformas sociales en el vecino país, sino el afianzamiento de una coalición de gobiernos demócratas, progresistas y de izquierda en América Latina.

Los resultados electorales del pasado domingo en Ecuador, un país que en la década anterior al mandato de Correa se caracterizó por su inestabilidad política y en ese lapso tuvo ocho gobernantes, todos ellos expulsados del poder por la acción de las masas obreras, campesinas e indígenas que repudiaron la corrupción, es la confirmación de la aprobación popular a los postulados de la Revolución Ciudadana y del partido Alianza País, que los representa.

Correa ha cumplido las principales promesas de su primera campaña, al iniciar el desmantelamiento de las políticas neoliberales y mejorar las condiciones de vida de la población, un programa de gobierno que ofrece profundizar.

En seis años de su gobierno, el mandatario ha impulsado el crecimiento económico del Ecuador, en una cifra por encima de la tasa media latinoamericana, ha bajado las tasas de inflación, reducido el desempleo y ejecutado una inédita redistribución del ingreso, que se ha traducido en una masiva inversión social en educación, salud, vivienda y mejor calidad de los servicios públicos. Los sectores más pobres de la población reciben en la actualidad, como subsidio, un bono de desarrollo, equivalente a 50 dólares mensuales.

Recientemente, la Cepal reconoció la lucha sostenida del gobierno de la Revolución Ciudadana contra la pobreza. En 2011, la pobreza en Ecuador se redujo del 37.1% al 32.4%. La educación creció del 2.5% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2006, al 6% del PIB en 2013, uno de los más altos de la región. En salud, la inversión pasó de 561 millones de dólares en 2006, a 1.774 millones de dólares en 2012, equivalentes al 6.8% del PIB. De hecho, gran cantidad de medicinas, que en Colombia equivaldrían a las cobijadas por el POS, se distribuyen gratuitamente, en un programa que cuenta con la colaboración del gobierno cubano.

En América Latina

En contraste, durante el período 2006-2010, el gobierno duplicó la cifra de impuestos que pagan los ricos, y ese dinero fue determinante para que los créditos de vivienda para los más pobres se multiplicaran.

Estas cifras han influido, sin duda, en los resultados electorales que garantizan cuatro años más de gestión a Rafael Correa, quien además se perfila como un líder latinoamericano de prestigio. Y es que también en la política internacional, los resultados de las elecciones del pasado domingo en Ecuador conducen a consolidar el bloque de países con gobiernos de orientación democrática en la región.

El gobierno Correa ha participado decididamente en los procesos de integración latinoamericana, sin la tutela norteamericana, jalonando el fortalecimiento de organismos como Unasur, Mercosur, el ALBA y la Celac. Ya desde el momento en que se desempeñó como ministro de Economía, se opuso a la firma de un TLC con Estados Unidos y después enfrentó al FMI y al Banco Mundial en una demostración de soberanía.

Una postura de dignidad nacional y latinoamericana lo llevó a abstenerse de participar en la pasada Cumbre de las Américas, en Cartagena, en rechazo a la exclusión de Cuba socialista del foro regional y a la postura de la cumbre de negarse a respaldar a Argentina en su reclamación de soberanía sobre las Malvinas.

En un emotivo discurso frente al palacio de gobierno de Carondelet, en la tarde del domingo, una vez conocidos los resultados en las urnas, Correa dijo: “Esta revolución no la para nada ni nadie”. Esto quiere decir que el proceso transformador continuará y ha llegado la hora de su radicalización.

Con una holgada mayoría parlamentaria, que se estima entre el 60% y el 80% de los escaños en la Asamblea Nacional, las líneas gruesas de su programa de gobierno apuntan al empoderamiento de la ciudadanía, a atacar la escandalosa concentración de la tierra, a multiplicar la lucha contra la pobreza, a romper el poder de los grandes monopolios transnacionales, a impulsar una ley de medios de comunicación que desarticule la concentración monopólica de los grandes medios de comunicación, a elevar la lucha contra la corrupción y a establecer nuevos puentes de diálogo con la población indígena.

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