viernes, abril 19, 2024
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Santos negó a las víctimas del Estado

En medio de la entrega del Premio Nobel de Paz, Santos invisibiliza a las víctimas de crímenes de Estado al tiempo que estas llaman a la verdad y reclaman compromiso con lo pactado en La Habana

Santos reconoce crímenes contra la UP. Foto Carolina Tejada.

Carolina Tejada

El 10 de diciembre ha sido la fecha en la que a nivel mundial se celebra el Día Internacional de los Derechos Humanos. Este mismo día estaba el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, recibiendo en Oslo el Premio Nobel de Paz. El país estaba al tanto de la noticia, así como el millar de víctimas que han dejado estos años de guerra, y por quienes en algún momento el mismo presidente ofrendó la paz. Sin embargo no todo fue color de rosa.

En el momento en el que el mandatario diera su discurso, fueron precisamente las víctimas de crímenes de Estado quienes se sintieron ofendidas, su discurso generó malestar y no es para menos. Desde que el avión presidencial salió de Bogotá hacia Noruega, quienes han denunciado los crímenes de Estado, y quienes le apostaron en cuerpo y alma a un proceso de paz como única salida a la terminación de una guerra de más de 50 años, fueron excluidas del grupo de víctimas que acompañarían al presidente.

Pero este hecho no importó tanto a las víctimas como la misma intervención a la hora de recibir el galardón. Santos no solo negó la existencia de un conflicto armado interno de largo aliento, promovido por causas concebidas en realidades inocultables, como la exclusión, la pobreza, la ausencia de garantías para quienes trabajan la tierra, también ocultó la existencia de una violencia política ejercida desde el establecimiento, en cabeza de las instituciones armadas, y sobre quienes hoy recaen cientos de miles de demandas, procesos judiciales en curso y otros cientos con condenas a causa de la violación a los derechos humanos, entre esos a la vida, la integridad física, o como lo ha conocido el mundo entero, por los mal llamados falsos positivos.

En su discurso, Santos expresa que ese reconocimiento lo recibía a nombre de las víctimas, y aseguró que “el mayor anhelo de quienes han padecido el conflicto armado es la justicia, pero sobre todo la verdad”. Esa misma verdad y justicia es la que reclaman las víctimas de los crímenes silenciados por el mismo establecimiento.

Las víctimas del Estado existen y exigen justicia tanto como paz

Así lo expresan en un comunicado el Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado, Movice, quienes de antemano saludaron al Presidente por dicho galardón, a su vez señalaron que este constituye “un respaldo de la comunidad internacional a la búsqueda de la paz en Colombia y un llamado para seguir trabajando por su pronta implementación y el cumplimiento de lo acordado”.

Pero también le recordaron al presidente que en el país no solo existen las víctimas de una de las partes que por cinco años ha negociado una paz para Colombia. También hay un ramillete de víctimas invisibles, al paso que afirman: “Las víctimas en Colombia son un amplio y diverso universo, así lo demuestran también numerosas sentencias internacionales como la de la masacre de La Rochela, Mapiripán, Santo Domingo, el Palacio de Justicia o el asesinato del senador Manuel Cepeda Vargas. Pese a esto, se insiste en invisibilizarlas”.

También recordaron que han sido igualmente miles las víctimas que, por acción u omisión, hacen que Colombia aparezca con los más altos estándares entre los países que violan constantemente los derechos de sus pobladores.

“Son miles las víctimas ocasionadas por la acción u omisión de agentes del Estado y estructuras paramilitares, que originaron graves violaciones a los derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario a través del doloroso delito de la desaparición forzada, las ejecuciones extrajudiciales, las prácticas de genocidio político, torturas, desplazamiento forzado, despojo de tierras, entre otras, contra líderes sociales, políticos y de derechos humanos; prácticas que todavía hoy no han cesado. El asesinato de más de 70 líderes sociales y de derechos humanos perpetrados en lo corrido del 2016 indica que estos poderes a nivel local y regional se mantienen”, afirman.

Un Nobel de Paz no puede desconocer la historia

Con la misma indignación la representante de la Unión Patriótica y sobreviviente de un atentado contra su vida, Aída Avella Esquivel, también se dirigió por medio de una carta, esta vez a los organizadores del galardón. En ella la dirigente afirma que con mucha preocupación recibieron el discurso del presidente Santos, pues este “invisibiliza completamente a las víctimas del terrorismo de Estado. Ni una palabra sobre los falsos positivos que costaron la vida de miles de jóvenes a manos de las Fuerzas Militares, ni del exterminio de la UP, ni de otros crímenes atroces. Ignorarlos es desconocer la historia de nuestro país”.

Avella también menciona que desconocer a las víctimas del Estado en la premiación es la advertencia de que “no les interesa reconocer y menos frenar el exterminio del que están siendo víctimas los campesinos, líderes reclamantes de tierras, defensores de derechos humanos, ni las poblaciones cercanas a los centros de concentración de la insurgencia que en estos momentos dejan las armas”.

El llamado a reconocer lo pactado

Tanto el movimiento de Víctimas, Movice, como la líder de la UP hacen el llamado a respetar lo pactado en la mesa de La Habana, recordando que dicho acuerdo recoge a todas las partes responsables e inmersas en el conflicto, incluidos los agentes del Estado, a quienes el mandatario representa como jefe supremo.

El Movice recuerda que “actualmente, la Justicia colombiana está investigando a varios altos mandos militares, no sólo por omisión de responsabilidad en graves crímenes, sino también por su participación directa, de allí la urgencia que en la implementación del acuerdo se honren los compromisos internacionales del Estado colombiano y los principios establecidos en el acuerdo final”. De acuerdo con esto, las víctimas instan a que la responsabilidad de mando de agentes estatales se desarrolle conforme a lo establecido en el artículo 28 del Estatuto de Roma.

De manera conmovedora, la representante de la UP, partido político de izquierda que fuera víctima en los años 80 de un genocidio político y cuyos crímenes continúan en su mayoría en la impunidad, le recuerda al presidente que su colectividad votó por su candidatura en la segunda vuelta con la esperanza de avanzar hacia la búsqueda de la paz y la verdad.

Al paso que reitera: “Queremos seguir creyendo en la paz, pero si el Presidente tiene esa actitud discriminatoria, ¿qué podemos esperar para sobrevivir en un país donde los grupos paramilitares están resurgiendo en medio de la fragilidad del proceso de paz? Agradecemos que hayan concedido el Premio Nobel de la Paz a Colombia y al Presidente de la República, pero no podemos pasar por alto que las otras víctimas no sean reconocidas porque sería contrario a nuestros principios de inclusión y a la esperanza de construir una Colombia en la cual se practique la tolerancia que tanta falta le ha hecho a nuestro país”.

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