jueves, marzo 28, 2024
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Renace la esperanza de la UP en el Tolima

Nelson Lombana Silva

Dentro de un ambiente de esperanza, entusiasmo y camaradería, se realizó el reencuentro departamental de militantes, amigos y simpatizante de la Unión Patriótica, UP, en la ciudad de Ibagué, el día inmediatamente anterior.

Doscientas personas venidas de distintos municipios del Tolima, se reunieron en el salón Los Ocobos de la Universidad del Tolima, para testimoniar con inusitado entusiasmo la vigencia de este movimiento político de izquierda que fue literalmente borrado del escenario nacional mediante el genocidio y los criminales planes como baile rojo, golpe de gracia, plan esmeralda y tantos otros, auspiciados por el Estado, los Estados Unidos y el paramilitarismo.

Los abrazos de los viejos militantes del Partido Comunista y de la Unión Patriótica, se confundieron con la alegría desbordante de la Juventud Comunista, Juco, y las heroicas mujeres sobrevivientes de la talla de la compañera María Inés Pacheco ex concejal de Dolores, cuyas lágrimas rodaron por sus cansadas mejillas expresando así su emotividad oceánica.

Las distintas expresiones de las izquierdas que hay en el departamento concurrieron solícitas a rodear y compartir este momento histórico para la izquierda del departamento que encarna con holgura, claridad y coraje la UP. Se respiró por doquier fraternidad, unidad y solidaridad, colocándose en evidencia una vez más que la unidad de la izquierda en Colombia y en particular, en el Tolima, Sí es posible, no es una utopía.

Estuvo el evento matizado por la cultura, la poesía, el canto y un documental sobre las luchas que libraron los campesinos del sur del Tolima por la tierra y el soberano derecho a trabajar dignamente, la resistencia liderada por los marquetalianos liderados por los inmortales campesinos y después comandantes de las FARC – EP, Manuel Marulanda Vélez y Jacobo Arenas. Ese vídeo, obra de un francés, grafica el surgimiento de la Unión Patriótica, su programa y su esperanza de justicia social y de paz verdadera para todos y todas.

Una lluvia de mensajes y saludos inundaron el escenario, todos enfatizando en la unidad de la izquierda, la convergencia, el desarrollo de esta ideología desde los puntos de coincidencia, quedando en el ambiente político que la izquierda colombiana debe dar ese paso y pasar de ser simple oposición a ser opción de poder.

Se hizo énfasis en la necesidad de meterle pueblo a los diálogos de la Habana y cerrarle el paso a la derecha y la extrema derecha que en su ocaso inexorable pretende sostenerse en el poder sobre montañas de crímenes de lesa humanidad.

Tres discursos centrales se pronunciaron en este evento: El primero estuvo a cargo del presidente departamental de la Unión Patriótica, Alirio Urrego Mesa; el segundo, a cargo de la Juventud Comunista, Juco; y el tercero, a cargo nuestro, en nuestra condición de secretario general del Partido Comunista en el Tolima.

Transcribimos dos intervenciones, se dificultó tener acceso oportuno del texto del discurso pronunciado por Juco. Este es el discurso pronunciado por el compañero Alirio Urrego Mesa:

Discurso: Reencuentro de la Esperanza

Compañeros y compañeras militantes y simpatizantes de la Unión Patriótica;

Amigos y amigas: Reciban un fraternal y revolucionario saludo en nombre de la dirección departamental de la Unión Patriótica:

El establecimiento nos devolvió la personería jurídica, pero continuamos pidiendo a éste la devolución de las curules en senado, cámara, asambleas y concejos municipales; además de aportes económicos que aseguren la continuidad legal de nuestro proyecto político y social.

Nos proponemos aportar nuestro conocimiento, experiencia y acumulado histórico en la consolidación de la unidad política y social de las fuerzas que en nuestro país conforman la lucha por la transformación social y política de nuestras viejas estructuras de dominación y explotación, para conseguir una plena democracia que elimine los actuales grados de explotación, desempleo, carencia de servicios eficientes de salud y educación y degradación moral de nuestras clases populares.

Para los días 15, 16 y 17 del presente mes realizaremos en la ciudad de Bogotá el Congreso de la Unión Patriótica para revisar nuestro programa, nuestros estatutos, fijar nuestra posición política frente a la actual coyuntura social y política y las estrategias a mediano y largo plazo.

En el caso del departamento del Tolima, la Unión Patriótica obtuvo por nuestro candidato presidencial Jaime Pardo Leal 17.144 votos, que nos aseguran 26 delegados al congreso nacional de la Unión Patriótica, quienes serán elegidos en esta asamblea departamental; esos mismos votos, en el pasado representaban la voluntad de cambio de gentes buenas y con esperanza, cambios que se vieron detenidos por la violencia paramilitar y paraestatal, resguardados por los medios de comunicación y por quienes en apariencia defienden la democracia desde el establecimiento.

Es preciso destacar que según estadísticas de reiniciar “corporación para la defensa y promoción de los derechos humanos” en el departamento del Tolima se cometieron 665 delitos, entre 1984 y 2006, de los cuales se destacan 175 homicidios, 297 desplazamientos forzados, 25 desapariciones forzadas, lo cual significa que en el Tolima también fuimos víctimas del genocidio contra la Unión Patriótica. Situación que no es diferente al resto del país.

Ahora bien, esta situación de violencia repercutió en el desarrollo posterior de nuestro movimiento, que tuvo que hacer frente a las políticas del establecimiento, con la ausencia de líderes y simpatizantes, unos asesinados y otras víctimas del miedo. Si nosotros queremos reivindicar la esperanza que hoy nos anima, exigimos como acto de justicia con nuestra Unión Patriótica en el Tolima una curul en la cámara de representantes, mediante circunscripción especial, tal como hoy reza en los acuerdos que en La Habana han concretado las FARC y el gobierno del presidente Santos. Dicha curul nos serviría, como medio de lucha para convertir el triángulo del Tolima (municipios de Natagaima, Coyaima y Purificación) en reserva campesina, para detener así la expropiación y expoliación que sufre la región por parte de las multinacionales que allí ya se han instalado.

Pero además este mecanismo de reserva campesina, se sustenta en leyes expedidas por el gobierno nacional, en la década de 1980 a 1990; con ello se protegería la propiedad colectiva de la tierra, tradición ancestral de los pueblos que allí habitan, bajo la modalidad de resguardos indígenas, figura esta que data de la época de la colonia. Y que cobra mayor importancia hoy en día, donde el sin sentido del sistema, busca su explotación bajo formas capitalistas de propiedad y usufructo. Se convierte entonces la reserva campesina en un acto de resistencia y protección ante la invasión de capitales foráneos.

Una curul por la circunscripción especial nos permitiría impulsar como aspiración viable la candidatura del compañero Nelson Lombana Silva, secretario general del partido Comunista en el Tolima, cuyas virtudes como militante en la izquierda democrática yo defiendo públicamente.

En el plano de la crítica y de la autocrítica, es necesario rediscutir la dialéctica entendida como la lucha entre términos contrarios que llevan a nuevos desarrollos políticos y sociales. Yo reconozco públicamente que el actual gobierno ha hecho cosas importantes y positivas: El reconocimiento público que en Colombia existe un conflicto militar, social y político; la aprobación de la ley de víctimas, la ley de restitución de tierras, la defensa en la asamblea de las naciones unidas de una justicia transicional, son aportes que se deben reconocer en el contrario, no hacerlo sería reducir la dialéctica a una simple visión de términos no contrarios, sino contradictorios que frenan cualquier desarrollo: Nosotros somos buenos y los demás No – Buenos (Un concepto vacío, sin contenido, que convierte el discurso en una simple diatriba panfletaria).

Un ejemplo claro de desarrollo dialéctico está en La Habana, donde las FARC reivindica las reservas campesinas creadas legalmente por el establecimiento y cuyo desarrollo permitiría a la sociedad colombiana adoptar formas de propiedad colectiva y de trabajo asociativo, contribuyendo en gran medida en la superación de la crisis alimentaria que hoy padecemos. Serviría como vehículo de desmovilización de parte del movimiento armado, evitándose su desplazamiento a las grandes ciudades, donde los espera el desempleo, el sicariato y su ingreso a los círculos de la delincuencia común.

Las ideas aquí expuestas, son inquietudes personales que buscan generar reflexiones y discusiones, como aporte al desarrollo de nuestra conciencia política y social, sin tener aspiraciones o interés particular.

Me despido con renovadas esperanzas, por una mejor y posible Colombia para todos. Con la Unión Patriótica en crecimiento y desarrollo.

Muchas gracias.

Esta es la intervención del secretario general en el Tolima y miembro del comité central del Partido Comunista Colombiano, Nelson Lombana Silva:

La Unión Patriótica: Esperanza que sigue brillante en Colombia

Distinguidos compañeros y compañeras,
Distinguidos militantes, amigos y simpatizantes,
Distinguidos invitados e invitadas especiales,
Compañero José Nelson Tovar Rojas, primer alcalde Comunista en Colombia;
Señoras y señores:

Hoy, es una fecha memorable para la izquierda tolimense, un acontecimiento histórico que nos reafirma con creces la tesis de que los pueblos son eternos y los tiranos efímeros. Los pueblos son invencibles y los partidos y movimientos consecuentes con los anhelos de los pueblos.

La más hermosa lección de heroísmo, de compromiso con la historia, la democracia y la perspectiva de revolución anticapitalista, antimonopolista y antioligárquica, la ha escrito con letras de oro, con sangre y con sacrificio: La Unión Patriótica.

Mataron a muchos y muchas, asesinaron a miles y miles de verdaderos patriotas, atemorizaron, torturaron, desaparecieron, descuartizaron en escenas dantescas que ni si quiera le pasaron por la cabeza a escritores de la talla de Alan Poe, con el único propósito malvado de matar una flor en primavera, una esperanza en medio de la desesperanza, una tenue luz en medio de las tinieblas de un régimen criminal e inhumano, que permite que los niños mueran de física hambre, jóvenes no puedan estudiar ni encontrar trabajo, ancianos mueran abandonados sin amor, mujeres prostituidas por necesidad económica, un sistema antiambientalista que entrega sus recursos naturales a las multinacionales y transnacionales sacrificando el equilibrio ecológico y colocando en entre dicho la misma existencia humana.

Todo eso y mucho más lo hizo la burguesía colombiana en malévolo contubernio con los Estados Unidos y sus partidos tradicionales, a través de siniestros planes denunciados valientemente por el Partido Comunista y otras organizaciones consecuentes, como el plan baile rojo, el plan de baja intensidad, plan golpe de gracia y los que se han venido implementando últimamente incluyendo el tenebroso plan Laso, plan Colombia, plan patriota, plan consolidación, plan fin del fin, etc, etc.

Todos esos planes fueron y son implementados en el marco del terrorismo de Estado y el truculento cuento del enemigo interno, para tener hincado de rodillas al pueblo, para impedir que piense y asuma una postura orgánica que le permita forjar su historia y construir un sistema humano, digno, ambientalista, socialista. Todo ese febril espíritu guerrerista fue implementado para asesinar la esperanza que encarna la Unión Patriótica. Usaron los medios de comunicación, las religiones, el mismo pensum académico para alienar y justificar lo injustificable. Mataron la verdad, la justicia y la solidaridad.

Pero, lo hermoso, lo heroico, lo admirable, lo histórico que hoy nos llena de orgullo y de certeza que estamos caminando por el camino correcto es que esa esperanza con la cual nació la Unión Patriótica sigue brillando sin mancha en el amplio firmamento de la patria del libertador Simón Rodríguez y todos los héroes y heroínas que han caído defendiendo los sueños del pueblo colombiano.

Podría uno preguntarse por qué ese gigante Goliat no pudo derrotar al pequeño David que encarna la Unión Patriótica. Por qué no pudo vencer ideológicamente y en franca lid las tesis de la UP, por qué tuvo que acudir a la fuerza bruta de la represión del binomio militar – paramilitar y atentar abiertamente contra lo más sagrado del ser humano como es la vida.

Elemental. Porque la burguesía encarna el pasado, la Unión Patriótica el presente y el futuro; porque los procesos son dialécticos e históricos; porque la Unión Patriótica se guía por la verdad, la justicia social, la ciencia, la discusión, el argumento, mientras que la burguesía se sostiene aún sobre la mentira, la explotación del hombre por el hombre y la violencia.

Muchos de los hombres y las mujeres que están en este recinto tuvieron seguramente la oportunidad de platicar con compañeros de la talla de Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo Osa, Demetrio Aldana, Alberto Márquez y tantos mártires más. Eran personas humanas demasiado humanas como diría Federico Nietzsche. No robaban, no mataban, no calumniaban, no mentían. ¿Por qué los asesinaron? ¿Por qué dejaron viudas, huérfanos? ¿Por qué dejaron a un pueblo acéfalo? ¿Por qué mataron la sonrisa primaveral de la esperanza? Porque eran personas que amaban a su clase social y luchaban denodadamente por la justicia social, porque siempre se preocuparon por hacer coincidir lo que decían con lo que hacían, porque soñaban con la paz con justicia social, la democracia y las perspectivas de Socialismo. Además, porque eran invencibles ideológicamente y cuando no hay argumento, el único camino para imponer sus mezquinos intereses es la violencia, toda vez que la violencia es la ausencia de capacidad de convencer, no teniendo otra alternativa que imponer a sangre y fuego.

Este sencillo pero emotivo reencuentro de militantes, amigos y simpatizantes de la Unión Patriótica en el Tolima, antesala al V congreso nacional que se realizará durante los días 15, 16 y 17 de noviembre en Bogotá, constituye una prueba fehaciente de que la alegría y la esperanza que encarna la Unión Patriótica no ha muerto. Nos indica también que el sacrificio de casi cinco mil militantes de la UP y el Partido Comunista, principalmente, no fue estéril y que nosotros no vamos a ser inferior a ese gran desafío.

Por lo tanto, los sagrados postulados de la Unión Patriótica reverdecen como lo hacen las ideologías, según el italiano Norberto Bobio, por supuesto, en un escenario distinto con nuevos elementos y hechos históricos que hay que dimensionar para sacar lo mejor y continuar la marcha hacia el puerto inexorable de la victoria popular.

Esa bandera que hace 83 años levanta con decisión el Partido Comunista y que la Unión Patriótica acogió con beneplácito debe seguir ondeando majestuosa en las impresionantes alturas y profundas llanuras de la patria; debe seguir concitando esperanza, táctica y estrategia como diría el comandante Ernesto Che Guevara; debe seguir orientando el camino hacia el poder popular. Esa bandera es la unidad.

Unidad sin sectarismo, sin exclusiones, sin protagonismos superfluos u oportunismo estéril, unidad consecuente con los diálogos de paz entre la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo, FARC – EP y el gobierno del presidente Santos; unidad con el propósito de que el presidente Santos permita los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional, ELN; unidad con la defensa de la soberanía nacional, la seguridad alimentaria, la defensa de nuestros recursos naturales; unidad por la defensa de la red hospitalaria, la salud pública, la educación pública y la defensa, en general, de lo público. Unidad contra la corrupción, contra el paramilitarismo y contra la injusticia social; unidad contra las multinacionales y transnacionales, contra los tratados de libre comercio, contra la vulgar intromisión en los asuntos internos de los países latinoamericanos. Unidad sin ambigüedades.

La Unión Patriótica debe continuar desarrollando su misión histórica con más amplitud, respetando la diversidad y la pluralidad, pero sin renunciar a sus más caros principios. Una Unión Patriótica que debe estar en el centro del debate electoral del momento con amplitud y espíritu convergente, unitario. Unión Patriótica que debe gritar con más ímpetu que nunca la unidad de las izquierdas para pasar de ser simple oposición a ser opción de poder. Una Unión Patriótica que apoye cuadros comprometidos con la revolución como el Comunista y tolimense, Carlos A. Lozano Guillén. Una Unión Patriótica que aporte fórmulas para candidaturas democráticas y que ayuden realmente a radicalizar los cambios que necesita el país con suma urgencia. Una izquierda de verdad, una izquierda que interprete correctamente la dialéctica y los sueños de los pueblos. Una Unión Patriótica internacionalista y Bolivariana, una Unión Patriótica a la altura de los desafíos del momento y del futuro.

Ese será el gran monumento que nosotros podamos erigir a los caídos o los que hayan de caer por la causa noble de los pueblos, por cuanto hay que decir con toda franqueza que el genocidio contra la Unión Patriótica y el Partido Comunista, principalmente, no es infortunadamente cosa del pasado, se sigue asesinando, se sigue amenazando, se sigue torturando, se sigue desplazando y se sigue estigmatizando.

De igual manera, hay que decir con la firmeza que dan las ideas, la verdad, la ciencia y las convicciones ideológicas, que el régimen capitalista con todo su poder omnipotente, no pudo ni podrá jamás detener las ruedas de la historia, tarde o temprano, Colombia será socialista y la Unión Patriótica será protagonista de este histórico e inexorable proceso en unidad y convergencia, por supuesto.

Muchas gracias.

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