jueves, marzo 28, 2024
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Reflexiones sobre el Plan Municipal de Desarrollo de Cali

Lejos de contribuir a resolver los graves problemas que afrontan la ciudad y sus habitantes, no deja de ser más de lo mismo en cuanto a la continuidad de las políticas caracterizadas por una nueva dosis de desarrollismo, neoliberalismo y asistencialismo que se vienen aplicando desde tiempo atrás.

“Cali una ciudad de oportunidades” dice el optimista slogan que contrasta con la realidad de pobreza y miseria de amplias franjas de la población marginada.
“Cali una ciudad de oportunidades” dice el optimista slogan que contrasta con la realidad de pobreza y miseria de amplias franjas de la población marginada.

Luz Betty Jiménez de Borrero y Pablo Borrero(*)

El plan de Desarrollo Municipal 2016-2019 “Cali Progresa Contigo”, tiene como objetivo principal “impulsar la generación de ingresos, el emprendimiento y el fomento del empleo”. Dichos propósitos buscan producir una transformación en la vida de los caleños, en la idea de que por este camino se logrará que la ciudad y sus habitantes tengan un mejor nivel de inversión, el cual debe garantizar la sostenibilidad fiscal de las finanzas municipales.

Igualmente en la parte final de la exposición de motivos del proyecto se dice que el Plan de Desarrollo “compromete a todos los estamentos de la sociedad caleña”, con lo cual se aspira a posicionar a Cali a nivel nacional e internacional.

Los cinco ejes del plan guardan relación con la esperanza de que Cali se convierta en la ciudad social y diversa, amable y sostenible, en paz y con seguridad y cultura ciudadana, empoderada y pujante, participativa y bien gobernada.

En relación con lo anterior consideramos necesario hacer las siguientes reflexiones: En primer lugar, aunque el costo del plan se calcula en 11.6 billones de pesos, hasta el momento no se sabe con certeza cómo se obtendrán dichos recursos, a menos que la administración incremente sustancialmente los impuestos, tasas y contribuciones, y se logre recuperar la abultada deuda que tienen los contribuyentes con el fisco municipal por concepto del pago del impuesto predial correspondiente a vigencias pasadas, además de los recursos derivados del cobro de valorización de las 21 megaobras, circunstancia ésta que hará más gravosa la situación de los caleños en la actualidad.

La otra vía sería endeudando al municipio tal como sucedió en el inmediato pasado con las consecuencias ya conocidas de reducción de la inversión social en educación, salud, vivienda, saneamiento básico, etc.

Fracasos comprobados

En segundo lugar, el plan recoge no solo las propuestas contenidas en el programa de gobierno del actual alcalde, sino una serie de programas del anterior gobierno como el denominado Territorios de Inclusión y de Oportunidades (TIO), cuya aplicación ha constituido en general un fracaso que se repetirá inexorablemente al igual que en el inmediato pasado.

No sobra agregar que el plan de Desarrollo está armonizado con el Plan de Desarrollo Departamental y con el Nacional 2014-2018 que contienen un conjunto de proyectos y programas encaminados a desarrollar las políticas de corte neoliberal impuestas por el régimen centralista a los territorios y regiones del país, detrás de las cuales se encubren los propósitos e intereses de algunos sectores económicos y políticos ligados con el gran capital financiero nacional e internacional y que a nivel local se asocian para el reparto de los recursos del presupuesto a través de las denominadas alianzas público privadas, APP.

En tercer lugar, no es cierto que el plan de desarrollo comprometa a todos los sectores sociales, económicos y políticos de la municipalidad, pues tan solo tiene un carácter indicativo y por tanto únicamente compromete al sector público, en tanto que para el sector privado es potestativo acogerlo o no, acorde con sus intereses y necesidades individuales o colectivas.

Causas equivocadas

En cuarto lugar, dicho plan no tiene por objeto erradicar las causas que generan la exclusión, ni la desigualdad social y la pobreza existentes en la ciudad, sino en conjurar sus efectos respecto de determinados sectores económicos y sociales excluidos del progreso y del bienestar, en favor de los cuales se distribuyen los recursos del presupuesto para calmar las necesidades de una población condenada a vivir del asistencialismo mendicante (falsa solidaridad), mediatizado por el clientelismo político y la corrupción, y con lo cual se deja por fuera de la atención de parte de la administración a amplios sectores populares y medios de la población.

En quinto lugar, es necesario observar que las políticas y programas que contiene el plan no podrán ser modificadas unilateralmente por el Concejo Municipal al tiempo que el plan de inversiones solo podrá ser modificado con la anuencia del gobierno municipal, lo que hace que el control y manejo de los dineros públicos derivados de los impuestos que pagan los ciudadanos pierdan su carácter representativo y democrático.

En sexto lugar, el plan de desarrollo municipal tiene prelación sobre los demás acuerdos municipales lo que en cierta forma le permite al alcalde modificar en la práctica el contenido de otros acuerdos o suspender transitoriamente sus efectos durante el período de su mandato.

No resuelve problemas

En séptimo lugar, la idea de convertir a Cali en el centro (nodo de la región) a partir de la aplicación estratégica de los TIO, no parece tener asidero en la realidad, desligada de la necesidad de diseñar una política demográfica que atienda de manera racional y ordenada los problemas del desplazamiento, el crecimiento de la población y el aumento de las necesidades básicas en materia económica, política, social, ambiental, cultural, etc., que en el caso específico deben ser tenidas en cuenta por la administración municipal.

En octavo lugar, en lo atinente al tratamiento que se le debe dar al posconflicto vale la pena agregar que el interés del gobierno municipal es el de mejorar las condiciones de seguridad, explotación económica del trabajo con destino a garantizar el desarrollo de la pequeña economía mercantil y de servicios dependientes del gran capital, que además muy poco o nada benefician al grueso de la población hacinada en los cinturones de miseria existentes en la ciudad.

Finalmente se podrá decir que el plan de desarrollo municipal que aprobará el Concejo local a más tardar el 31 de mayo, lejos de contribuir a resolver los graves problemas que afrontan la ciudad y sus habitantes, no deja de ser más de lo mismo en cuanto a la continuidad de las políticas caracterizadas por una nueva dosis de desarrollismo, neoliberalismo y asistencialismo que se vienen aplicando desde tiempo atrás para beneficio de algunos sectores sociales vulnerables y para otros privilegiados que requieren en las actuales circunstancias de un gobernante filántropo y demandante de la participación activa y transparente de los ciudadanos y funcionarios públicos, sin distingos y discriminaciones de ninguna índole para ejecutar el nuevo Plan de negocios de la Cali que debemos de “crear y creer” supuestamente en igualdad de condiciones para todos.

* Veeduría Ciudadana por la Democracia y la Convivencia Social.

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