jueves, marzo 28, 2024
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Refinería de Barrancabermeja: Ecopetrol frena modernización

A la industria petrolera la caída de los precios del crudo le ha servido para despedir a miles de trabajadores y buscar exenciones tributarias. Ahora, frenan un plan de inversión que busca modernizar la refinación en el país

Refinería de Barrancabermeja.
Refinería de Barrancabermeja.

Juan Carlos Hurtado F.
@aurelianolatino

Desde hace años, a la par con sus peticiones reivindicatorias, la Unión Sindical Obrera (USO) le ha exigido a la administración de Ecopetrol la modernización de sus refinerías, con el argumento de buscar una capacidad acorde al mercado, generar menores impactos ambientales y garantizar la soberanía energética del país.

En los inicios del primer gobierno de Álvaro Uribe Vélez, empezó el proyecto de ampliación de la refinería de Cartagena, aunque inmediatamente después fue vendida a la transnacional Glencore y un año después Ecopetrol la compró por 400 mil millones de pesos más.

Al regreso a manos de la estatal petrolera, la refinería venía con un contrato amarrado con la Chicago, Bridge and Iron para la modernización, pero con la condición de que todo lo que facturara la contratista debía ser pagado por la estatal: “Actualmente, ese proyecto le está significando a los colombianos un sobrecosto de más de 3.650 millones de dólares. Es uno de los actos de despilfarro y corrupción más grandes del país en los últimos años”, comentó Martín Rabelo, dirigente de la USO.

El plan de inversión para la modernización de la refinería de Barrancabermeja se originó con base en la necesidad de producir combustibles más limpios o con porcentajes de azufre más bajos, aumentar la capacidad de cargar crudos pesados y extrapesados para mejorar la conversión y garantizar el suministro interno de combustibles. Es un proyecto por valor aproximado de 5.800 millones de dólares, del que ahora se anuncia su imposibilidad de realizar por los bajos precios del petróleo.

En un acuerdo entre la USO y la empresa, se estipuló entre otras cosas que el plan sería desarrollado directamente por Ecopetrol con recursos propios y sin la participación de un socio estratégico. “Luego de eso han aparecido varios peros al proyecto, como que se requiere que la junta directiva haga una evaluación de las cifras para ver la sostenibilidad; después dijeron que hasta que no se pusiera en funcionamiento el proyecto de Cartagena no darían vía libre al otro; y ahora salen con que por los bajos precios del petróleo no hay cómo desarrollarlo. Lo han estado aplazando hace cinco años”, explica el dirigente de la USO.

El nuevo argumento

La caída en los precios del barril de crudo ha encendido las alarmas en el gobierno nacional, por la afectación que genera en la economía. Es sabido que gran parte del presupuesto de la nación lo producen las ventas de este hidrocarburo, aunque las reservas no sean para muchos años.

Por ende, el pasado 6 de febrero, al momento de radicar el Plan Nacional de Desarrollo, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, expresó: “Para nadie es un misterio que la caída en los precios del petróleo reduce los ingresos fiscales. Por eso el plan de inversiones que se presenta en el Plan Nacional de Desarrollo está ajustado a esas nuevas posibilidades. El monto total de inversiones que realizará el gobierno central asciende en los próximos cuatro años, 2015-2018, a 160,3 billones de pesos. Eso es, 17 billones menos frente a lo que habíamos pensado en noviembre pasado”.

Para los dirigentes de los trabajadores petroleros es un argumento falso, puesto que al momento de la venta del 11% de las acciones de la estatal petrolera se dijo que se tendrían mejores condiciones para su desarrollo y fortalecimiento. Según ellos, el problema está en que desde hace cinco años se empezó a distribuir el 80% de las utilidades entre sus accionistas: el Estado y los privados.

En términos de Martín Rabelo, eso ha generado una descapitalización de la empresa que la ha obligado a endeudarse al punto que actualmente debe 16 billones de pesos a la banca internacional. “Si comparamos la forma como la empresa reparte utilidades con la manera como lo hacen otras empresas del ámbito mundial, vemos que las otras lo máximo que distribuyen es el 35%, mientras Ecopetrol distribuye el 80%. Eso es lo que la tiene sin la posibilidad de garantizar su portafolio de inversión”.

Martín Rabelo explica que la empresa replanteó su estrategia para garantizar las transferencias al Estado, por lo cual solo invierte en exploración 560 millones de dólares, lo que afectará su desarrollo.

“También quieren recortar conquistas a los trabajadores y ya le hemos dicho al gobierno que no lo vamos a permitir ya que la responsabilidad de la actual situación de la empresa también se debe a la mala política petrolera del país. Mintieron cuando afirmaron que la conversión de Ecopetrol en una empresa de economía mixta era para darle autonomía, porque no hacen sino sacarle dinero. Lo hacen vía transferencias, vía impuestos, vía programas de responsabilidad social ya que suplanta al Estado en las regiones donde opera, y no le han permitido desarrollarse como debe ser”.

“Nosotros no vamos a permitir recortes en las garantías de los trabajadores porque en la época de las vacas gordas no nos llamaron a decirnos que con nosotros iban a hacer una redistribución de utilidades. Todo lo que hemos conquistado es con peleas que hemos dado”, anota el dirigente de la USO.

El interés de fondo

También se ha argumentado que si el Congreso de la República aprueba un proyecto para la reducción del precio de la gasolina, la modernización en Barranca se afectaría seriamente. Según el dirigente de la USO eso no es cierto porque la mayoría de recursos de la venta de combustibles en el país no van para las arcas de la empresa, sino que, por vía de impuestos o sobretasa a la gasolina, para en las arcas del Estado; Ecopetrol solo se queda con la cuota que le pertenece al productor.

El planteamiento de la USO es que justamente ahora es cuando hay que desarrollar la refinería si se tiene en cuenta que el bajo valor del crudo genera buenas posibilidades por los márgenes de utilidad que deja el valor agregado de la refinación.

El sindicato no entiende la negativa al plan de Barranca cuando por otro lado en Sebastopol y en el Meta se impulsan proyectos de refinación de crudo. El primero privado y el segundo en alianza público-privada. “Es fácil concluir que le apuestan al marchitamiento de la refinería de Barranca y a la privatización de la refinación en el país. Por eso fue que hace años el sindicato insistió en la necesidad de modernizar. Esta tiene dos ventajas: produce combustibles limpios e incrementa el factor de conversión; es decir, que a cada barril no se le aprovechará el 70% sino el 95%, lo que significará más ingresos para el país y menor impacto ambiental”, concluye Martín Rabelo.

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