miércoles, abril 24, 2024
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Que la cultura sea el lenguaje de la paz

El Foro de arte y cultura contó con la participación de los Indignados de España, el cantautor cubano Pablo Milanés y el reconocido semiólogo y filósofo Jesús Martín Barbero, y se clausuró con un maravilloso concierto en el que hicieron presencia figuras de la talla de Antonio Arnedo, Hugo Candelario y la agrupación argentina Bajo Fondo

Redacción cultural

Entre el 26 y el 29 de marzo se realizó en el Centro de Memoria de Bogotá el foro Arte y Cultura por la Paz convocado por el Instituto Distrital de las Artes, Idartes, de la mano del Movimiento de Artistas por la Paz. El objetivo de este importante encuentro fue principalmente reflexionar sobre el papel del arte y la cultura en la construcción de la paz en medio de la reconstrucción de la memoria colectiva.

En esta oportunidad el evento contó con la participación de España, Cuba, Japón, México, Argentina, Venezuela, Portugal y Países Bajos, así como gestores culturales de relevancia nacional y distrital, quienes junto con los movimientos artísticos, culturales y de jóvenes de todo el país, debatieron durante tres días en torno al aporte de las políticas artísticas y culturales ante los posibles escenarios del llamado posconflicto.

Los invitados internacionales que se dieron cita en Bogotá fueron los españoles Stéphane M. Grueso Lenoir y Jesús Martín Barbero, los cubanos Roxana Pineda y Pablo Milanés, los argentinos Hernán de Vega “La Cabra” y Gustavo Santaolalla, el venezolano Juan Calzadilla, el brasileño “Ferrez”, el japonés Ko Murobushi y representando a los Países Bajos Ariel Sánchez Meertens.

Durante los cuatro días que duró el evento se realizaron varios paneles que contaron con una nutrida asistencia de público y varios aportes del movimiento social, enfocados a temas como: arte y cultura en la paz de Colombia y la paz de la región; arte e historia en el relato del conflicto; qué institucionalidades y políticas públicas para el arte y la cultura necesita la paz; movimientos sociales; nuevas ciudadanías y nuevas subjetividades; proceso constituyente y arte y cultura para la Paz.

Centro de Memoria, un paso gigante

“Lo primero que tengo que decirte es que tengo una envidia total de ver que exista un edificio, un Centro de Memoria como este. Nosotros tenemos un gran problema con eso de no reconocer la memoria histórica. España es el segundo país del mundo detrás de Camboya con más muertos que desaparecidos, tenemos entre 100 y 140 mil personas enterradas en fosas y el de la memoria es un tema que en mi país no se trata. No se habla de eso porque es una cosa fea, antigua, de la gente que ganó la guerra y no se trata directamente”.

“Entonces venir a Colombia y ver que existen estos Centros de Memoria y no solo en Bogotá es maravilloso. He tenido la oportunidad de escuchar varias intervenciones bastante críticas con algunos aspectos del Ministerio de Cultura, y del poder del Estado, que en España son impensables que ocurran dentro de un evento realizado por instituciones del Estado. Con lo cual yo no puedo más que felicitar, es necesario y estoy muy feliz de estar aquí”, le dijo a VOZ Stéphane M. Grueso Lenoir, cineasta, periodista y miembro del Movimiento Indignados de España.

El evento, que formó parte de la celebración de los tres años de Idartes, cerró con una fiesta en la que más de 4.000 personas cantaron, bailaron y gozaron con los diferentes invitados e invitadas y con las variadas expresiones latinos, cubanas, cundiboyacenses y del Pacífico.

Concierto inolvidable

El concierto inició con la presentación de Lucía Pulido, que con su sabor latino y letras comprometidas inició la fiesta de la paz. Los diferentes géneros musicales encontraron un espacio en esta celebración, la maestría en la interpretación de uno de los más reconocidos jazzistas de Colombia, Antonio Arnedo, quien afirmó que la música “es el lenguaje universal”.

Los asistentes pudieron disfrutar además de una mezcla de sonidos del Pacífico con los acordes urbanos del jazz, un regalo de parte del colombiano Hugo Candelario, de la maravillosa voz de Pablo Milanés y de la brillante interpretación de tango electrónico por parte de la Agrupación Bajo Fondo.

Una tarde musical, llena de buena vibra y miles de razones para afirmar que el arte y la cultura son pilares fundamentales en la construcción de una sociedad pacífica próspera y feliz.

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