viernes, marzo 29, 2024
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“Pudiera hacerse mucho más si se levanta el bloqueo”: Raúl Castro

Obama, en histórica visita a Cuba en casi cien años, encontró un pueblo digno, que habló con firmeza a través de sus dirigentes y reiteró su exigencia de levantar el bloqueo económico y devolver el territorio de Guantánamo para restablecer completamente las relaciones bilaterales

Barack Obama y Raúl Castro en un momento del encuentro.
Barack Obama y Raúl Castro en un momento del encuentro.

Alberto Acevedo

La visita que el presidente Obama realizó a Cuba en la última semana de marzo pasado está llena de simbolismos. No solamente es la primera visita de un jefe de Estado norteamericano en ejercicio en casi cien años, sino la primera de esta naturaleza que se efectúa durante los más de sesenta años de revolución socialista en la mayor de las Antillas.

Para los colombianos resulta de la mayor importancia que en la primera conversación de los mandatarios cubano y norteamericano ante los medios de comunicación, ambos estadistas hubieran hecho una valoración positiva de los acuerdos de paz entre la insurgencia y el gobierno colombiano que se adelanta desde hace más de tres años en La Habana.

Raúl Castro, anfitrión del encuentro, saludó la intermediación norteamericana en las conversaciones de paz, y Obama agradeció la ayuda cubana, al brindar la sede de las conversaciones y poner al servicio de los diálogos de paz en Colombia una enorme e invaluable infraestructura física, material y humana.

Significativo también, que el presidente cubano hubiera expresado ante el visitante su preocupación por el destino del gobierno venezolano, víctima de una ofensiva mediática y desestabilizadora, aupada por el Departamento de Estado norteamericano, que amenaza con del destino futuro de toda la región, en cuanto a cambios sociales progresistas se refiere.

Y si Obama traía la intención de combinar el garrote con la zanahoria, abriendo una compuerta más en el camino de la normalización de sus relaciones con el gobierno socialista de la isla, pero al mismo tiempo pretendiendo imponer una agenda de cambios políticos, tras una pretendida defensa de los derechos humanos, se encontró con un pueblo y un gobierno que hablaron claro y firme en torno a su soberanía y al derecho que les asiste de escoger en forma soberana su destino.

Por eso, en el marco de un diálogo respetuoso, salpicado de anécdotas y en medio de la calidez con que el mandatario norteamericano fue recibido en La Habana, sus gobernantes reclamaron por el levantamiento total y definitivo del criminal bloqueo económico, por el cierre de la prisión de Guantánamo y la devolución de ese territorio a la isla.

Ante tal firmeza de principios, Obama debió hacer varios reconocimientos en torno a la soberanía y el derecho a la autodeterminación del pueblo cubano. “El destino de Cuba no será decidido por Estados Unidos o ninguna otra nación. El destino de Cuba será decidido por los cubanos y nadie más”, dijo el jefe de Estado norteamericano en su primera comparecencia ante los medios de comunicación.

En respuesta a una serie de preguntas hechas por periodistas al término de su intervención, Obama reiteró esta posición: “No podemos forzar cambios en ningún país. Estos deberán venir de adentro. Con China y Vietnam también tenemos serias diferencias sobre derechos humanos” y sin embargo avanzan las relaciones con ambas naciones.

El presidente Raúl Castro, por su parte, dijo que “las últimas medidas adoptadas por su gobierno son positivas, pero no suficientes. Hemos sugerido otras. El bloqueo económico es el obstáculo más importante para el desarrollo del pueblo cubano. Es necesario que se devuelva el territorio de Guantánamo”. Pero “no debe pretenderse que por ello, el pueblo cubano renuncie a su soberanía”.

Ambos gobernantes, al término de sus conversaciones, en las que ventilaron con franqueza sus puntos de vista y discrepancias, coincidieron en anunciar una serie de acuerdos y protocolos dirigidos al mejoramiento de las relaciones entre las dos naciones. Entre ellos están el aumento de viajes de norteamericanos a la isla, una mayor utilización del dólar como moneda circulante entre los cubanos.

El apoyo a los granjeros norteamericanos que se beneficiarán con nuevas líneas de intercambio con los cubanos. Emprendimientos de empresas conjuntas, el aumento de la cobertura de Internet, más intercambios educativos, más capacitaciones en inglés. Lucha conjunta contra el zika, protección de aguas marítimas territoriales, acuerdos en torno a la defensa del clima y lucha conjunta contra el narcotráfico y la delincuencia organizada, son otras iniciativas que figuran en el paquete de acuerdos de colaboración bilateral entre los dos gobiernos.

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