Desde el primero de diciembre de 2015, cuando los pasaron de Saludcoop a esta entidad, no les han pagado salud ni ARL ni pensión ni cesantías. La calidad en la atención a los pacientes ha bajado y nadie responde por esta situación.
Juan Carlos Hurtado Fonseca
@aurelianolatino
Alrededor de 30 trabajadores de la EPS Cafesalud, entre camilleros, enfermeras, auxiliares, médicos y terapistas, protestaron frente a la clínica Jorge Piñeros en la autopista Norte de Bogotá, aduciendo que desde hace meses a 633 de ellos en todo el país no les han pagado.
La manifestación, realizada este 10 de marzo, se llevó a cabo en horas de la mañana y, con arengas y breves interrupciones del flujo vehicular en esta importante avenida, también pedía la salida del ministro de Salud, Alejandro Gaviria, con el argumento de no ser alguien apto para el cargo.
Además, los trabajadores expresaron que la calidad en la atención a los pacientes ha bajado. Según Claudia Sandoval, una de las trabajadoras, desde el primero de diciembre de 2015, cuando los pasaron de Saludcoop a esta entidad, no les han pagado salud ni ARL ni pensión ni cesantías. “Y lo que es peor, hay madres cabeza de familia”.
“Dijeron que el señor Roso vino, robó y nadie da razón, nadie da respuestas, el liquidador no da respuestas. El Ministro ayer nos dijo que iba a venir a hablar con nosotros y no puso la cara ni envió a algún delegado. No envió a nadie aunque puso la cara Pedro Mestre, el liquidador, quien dice que no hay plata, que después de 20 años debemos irnos con una mano adelante y otra atrás. Nos dijo que le estábamos cobrando a un muerto”, dice la trabajadora quien al igual que sus compañeros y compañeras están activos en Cafesalud.
A la manifestación se unió María Cristina Rodríguez, una cansada y desesperanzada usuaria quien dijo tener una hemorragia hace cuatro meses y no le dan cita con ginecología con el argumento de no tener agenda.
Luis Felipe Acosta, de 84 años, también se unió a la protesta por las burlas de la EPS que lo tiene de lado a lado con órdenes pero sin entregarle sus medicamentos. Dice tener graves problemas de próstata desde hace dos años. “Yo soy solo, a esta edad no tengo quién me dé cobijo”, dijo don Luis Felipe mientras soltaba algunas lágrimas, bajaba la cara y se echaba la bendición.
