jueves, marzo 28, 2024
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Por qué sí y por qué no

Consulta popular en Ibagué contra la megaminería y plebiscito nacional para refrendar los acuerdos de paz entre al Gobierno y las FARC

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Juan Pablo Montero

Durante muchos años la ciudad de Ibagué y el departamento del Tolima no han tenido mayor resonancia en la coyuntura nacional salvo hechos aislados o de corrupción como los Juegos Nacionales, los problemas institucionales del centro académico más importante como es la Universidad del Tolima y el lamentable manejo maniqueo de la élites criollas que cada cuatro años miran cómo se reparten el botín en contratación y puestos burocráticos. Sumado a estos temas la ciudad lleva más de 15 años ocupando los primeros puestos en desempleo y el departamento se encuentra en los últimos lugares del crecimiento económico a nivel nacional, notándose que la crisis que atraviesa la región no es la mejor.

Pero en medio de esta situación existen dos hechos relevantes para Ibagué y el Tolima. El primero tiene que ver con la fuerte oposición a los proyectos neoextractivistas impuestos en la nueva división internacional del trabajo, donde nuestros territorios simplemente se convierten en socavones para extraer recursos naturales, como es el caso de la explotación a cielo abierto del proyecto La Colosa abanderado por la multinacional Anglogold Ashanti, donde por medio de la Alcaldía municipal y los movimientos sociales en pro de la defensa de la vida han convocado una consulta popular para decirle no a la megaminería en nuestro territorio, defendiendo la vida.

Es un acontecimiento histórico para que los ibaguereños podamos decidir sobre lo que realmente queremos para nuestro desarrollo social, económico, cultural, ambiental y político.

El segundo hecho relevante es que el Tolima vio cómo hace más de 60 años, en medio de la violencia bipartidista, la influencia contrainsurgente de Estados Unidos proveniente de la guerra fría auspició a las élites nacionales en su doctrina de seguridad nacional anticomunista desatar el más violento ataque contra un puñado de campesinos en Marquetalia, que posteriormente le dieron origen al movimiento insurgente más importante del país como son las FARC-EP, donde realizaron su programa y plataforma de lucha principalmente enfocado al problema agrario que sigue aquejando al país en general.

Por eso luego de cuatro años de conversaciones entre el Gobierno y las FARC-EP en La Habana (Cuba), vemos la posibilidad de culminar este conflicto por medio de la refrendación de los acuerdos vía plebiscito nacional donde el sí significa parar la guerra e invertir en problemas como la educación, la salud, la infraestructura y el desarrollo rural integral.

En conclusión: la apuesta para la consulta minera el próximo 2 de octubre es decirle no a la muerte de los recursos naturales en beneficio de las multinacionales y mercaderes criollos que por unas cuantas monedas le entregan el país al capital transnacional, y para el plebiscito que busca refrendar los acuerdos le decimos sí a la paz con justicia social, porque los sectores populares vamos por más, vamos por una asamblea nacional constituyente que abra el camino para que los sectores que han sido excluidos históricamente sean los principales protagonistas a la hora de construir un nuevo orden social.

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